jueves, 21 de enero de 2010

El inicio de la guerra civil en Canarias

La presencia francesa en Canarias no era muy importante a mediados de 1936, sobre todo si es comparada con la británica o la alemana. Sin embargo, se conserva buena parte de la correspondencia del consulado de Las Palmas durante el verano y, en menor medida, el otoño de 1936. Esta documentación resulta especialmente interesante no sólo por los datos que aporta sobre el estado de las islas, sino también por la actitud de los diplomáticos extranjeros y sus respectivos compatriotas ante la sublevación contra la República. Por tanto, la presente comunicación se divide en dos partes. La primera está dedicada a las noticias recogidas por el cónsul francés con respecto a la situación política y económica del archipiélago. La segunda se centra en las relaciones con las principales colonias y autoridades extranjeras, tanto en lo que se refiere a los temores iniciales de estas como a la actitud de las autoridades locales hacia ellas. Todo ello contrastado con los informes diplomáticos británicos, de fecha posterior, así como los que redactaron los gobernadores civiles en 1938. LA SUBLEVACIÓN MILITAR El interés de Francia por Canarias entre 1900 y 1936 había sido débil, aunque creciente hasta esa última fecha. Así lo confirman la limitada presencia de sus ciudadanos, el escaso número de instituciones de enseñanza. la reducida cantidad de negocios, la debilidad de los intercambios comerciales y la baja frecuencia de las escalas de sus buques en los principales puertos canarios. Las líneas aéreas y marítimas que pasaban por Canarias durante el periodo de entreguerras no estaban controladas por Francia. Todo ello ayuda a comprender el desinterés de las autoridades galas por estas islas, a las cuales no consideraban 2prioritarias y a pesar de la preocupación que suscitó la presencia alemana durante la I Guerra Mundial.1 En realidad, la colonia británica era la que desplegaba la mayor influencia en el archipiélago. Al estar situado estratégicamente en las rutas que conducían hacia el Atlántico, el capital británico no tardó en hacerse con el control de las actividades portuarias y los cultivos de exportación, es decir, los sectores más dinámicos de la economía canaria. Sin embargo, hacia 1935 Francia se había convertido en el principal mercado para uno de estos cultivos, el plátano, no sólo por la necesidad de completar la limitada producción de esta fruta en las colonias francesas sino también al quedar reservado el mercado británico para el plátano jamaicano, como consecuencia de las medidas adoptadas en la Conferencia de Ottawa (1932) para afrontar la crisis iniciada en 1929.2 Quizá fuera esta la razón por la que el consulado francés se había establecido en Las Palmas, junto al principal puerto de escala del archipiélago, el de La Luz, en lugar de instalarse en Santa Cruz de Tenerife. Esta última había sido la capital provincial de Canarias hasta la división de 1927 y todavía era la sede de la Capitanía General, así como de los consulados del Reino Unido, Italia y Alemania. El cónsul francés, Henri Dorange, estuvo ausente hasta finales de septiembre de 1936, siendo sustituido hasta entonces por el vice-cónsul Pierre Thiais, agregado de consulado y gerente del consulado en Las Palmas. Este último hubo de encargarse hasta entonces de la correspondencia con el Ministro de Asuntos Exteriores, Ivon Delbos. Parte de la información que le enviaba semanalmente procedía de los agentes consulares en La Palma, Arrecife de Lanzarote y, sobre todo, Santa Cruz de Tenerife, donde Bigourdan hacía de enlace con los cónsules extranjeros. El primero de estos informes semanales conservado en la documentación del consulado francés en Las Palmas fue redactado una semana después de la sublevación. A diferencia de los cónsules británico e italiano, los cuales tenían conocimiento de la existencia de una conspiración contra la República, en este documento no se advierte ninguna implicación francesa en sus preparativos. A 1 DELAUNAY, Jean-Marc: “¿Hacia África, hacia América? Los franceses y las islas Canarias 1900-1936”, en: V Coloquio de Historia Canario-Americana (1982), Las Palmas de Gran Canaria, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1987, volumen II, pp. 841-848. 2 Para los intereses británicos: QUINTANA NAVARRO, Francisco: “Los intereses británicos en Canarias en los años treinta: una aproximación”, Vegueta. Anuario de la Facultad de Geografía e Historia, núm. 0 (1992), pp. 149-172. Con respecto a la importación de plátanos por Francia: SUÁREZ BOSA, Miguel; MARTÍNEZ MILÁN, Jesús; LUXÁN MELÉNDEZ, Santiago de; SOLBES FERRI, Sergio: “Auge y crisis de los productos de exportación en el primer tercio del siglo XX en Canarias”, Boletín Millares Carlo, núm. 14 (1995), pp. 101-117. 3grandes rasgos coincide con la reconstrucción que ha realizado la historiografía regional sobre los acontecimiento del 18 de julio y días posteriores. En Las Palmas, tras la proclamación del estado de sitio, las fuerzas militares ocuparon rápidamente el interior de Gran Canaria con apoyo falangista. Los sindicatos y organizaciones obreras respondieron con la huelga general y la voladura de algunos puentes, mientras el gobernador civil resistió en su sede con guardias de asalto y guardias civiles hasta que la amenaza de bombardeo le obligó a rendirse. En Tenerife, el gobernador civil también intentó resistir, pero fue arrestado. En ambos casos los tiroteos no ocasionaron muchas víctimas, pero sí hubo numerosos arrestos.3 Este primer informe también recogía datos sobre cuestiones que la historiografía ha cuestionado posteriormente. Una de ellas era la muerte del general Amado Balmes Alonso, Comandante Militar de Gran Canaria, el cual, según la versión oficial, murió accidentalmente al disparársele su pistola. Así lo expresó el cónsul francés, aunque también incluyó los rumores que apuntaban a un suicidio, al negarse a participar en la sublevación militar que, según sus fuentes, había sido preparada desde hacía meses. El 1 de agosto Thiais añadió que su muerte fue presentada como un asesinato a manos de los leales a la República, con el fin de ganarse el apoyo incondicional de las guarniciones de Marruecos, donde el general Balmes gozaba de cierto prestigio.4 Otro rumor reproducido por el vice-cónsul francés consistió en la supuesta conspiración comunista, cuyo fin era provocar una insurrección el 25 de julio, y que parecía confirmada por el supuesto hallazgo de documentos con datos sobre organización, armamento y aparatos de radio. La creencia en esta conspiración fue compartida por la colonia británica, en la cual no faltaron testimonios en apoyo del levantamiento contra la República, como el del ex-director del Bank of British West 3 Centre des Archives Diplomatiques de Nantes (CADN), Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despacho núm. 84 de Pierre Thiais, gerente del consulado de Francia en Las Palmas, a Ivon Delbos, Ministro de Asuntos Exteriores, 25 de julio de 1936. Sobre los acontecimientos posteriores al 18 de julio: ALCARAZ ABELLÁN, José; ANAYA HERNÁNDEZ, Luis Alberto; MILLARES CANTERO, Sergio; SUÁREZ BOSA, Miguel: “La Guerra Civil en Gran Canaria”, en: CABRERA ACOSTA, Miguel Ángel: La Guerra Civil en Canarias, La Laguna, Francisco Lemus Editor, 2000, pp. 19-46. Véase también en la misma obra colectiva: RIVAS GARCÍA, Ramiro: “La Guerra Civil en Tenerife”, pp. 47-78. Con respecto al cónsul británico: ALCARAZ ABELLÁN, José; ANAYA HERNÁNDEZ, Alberto; MILLARES CANTERO, Sergio: “Los extranjeros y la Guerra Civil en la Provincia de Las Palmas (1936-1939)”, en: VII Coloquio de Historia Canario-Americana, Las Palmas de Gran Canaria, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1990, volumen I, pp. 99-132. En cuanto al cónsul italiano: GONZÁLEZ VÁZQUEZ, Salvador: “La conspiración militar de 1936 en Canarias”, en: IX Coloquio de Historia Canario-Americana, Las Palmas de Gran Canaria, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1992, pp. 1.065-1.100. 4 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despachos 84 y 87 del gerente del consulado al Ministro de Asuntos Exteriores, 25 de julio y 1 de agosto de 1936, respectivamente. 4Africa, nacionalizado en 1938 a pesar de su contribución a la causa franquista. En realidad, la conflictividad social, en muchos casos dirigida contra empresas de capital extranjero, se había agudizado durante los meses en los que gobernó el Frente Popular, pero no ha quedado constancia documental de ninguna conspiración, a excepción de estos rumores, reproducidos sin confirmar, y la versión propagada por las autoridades franquistas para justificar la sublevación del 18 de julio.5 La situación económica oscilaba entre el agravamiento y la mejoría, según se agudizara o paliara la escasez de artículos de primera necesidad. A principios de agosto cesaron las exportaciones de plátanos a Francia, y quince días después ya era evidente la consiguiente carencia de divisas que impedía realizar las importaciones indispensables para el abastecimiento de la población. Esta escasez disminuyó un poco a principios de septiembre con la llegada de artículos de primera necesidad, pero apenas un mes después era evidente la exigua disponibilidad de harina, azúcar, jabón y maíz. A finales de noviembre volvió a experimentarse cierta mejoría, pero para entonces ya se apreciaba un notable aumento del coste de la vida. Los diplomáticos franceses no profundizaron en las causas del deterioro económico, en gran parte provocado por las nuevas autoridades. El propio Gobernador Civil de Las Palmas reconoció en 1938 que los organismos creados en noviembre de 1936 para aplicar la política autárquica resultaron ineficaces, en buena medida a causa de la forzada reorientación del comercio canario hacia la Península.6 Otro asunto que captó la atención francesa en Canarias fue el envío de tropas isleñas a la Península: según los representantes consulares franceses, estas ascendían a medio millar de voluntarios falangistas a principios de septiembre de 5 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despacho 87 del gerente del consulado al Ministro de Asuntos Exteriores, 1 de agosto de 1936. Sobre la supuesta conspiración comunista: ALCARAZ ABELLÁN, José et al.: “La Guerra Civil...”, pp. 19-20. En cuanto al testimonio del ex-director del Bank of British West Africa: National Archives (NA), Foreign Office (FO) 371/22.684, carta de sir Roy Wilson al Foreign Office, transmitiendo un informe del ex-director del Bank of British West Africa, 26 de julio de 1938. Con respecto a la conflictividad social: MILLARES CANTERO, Agustín: “Sobre el papel de las compañías imperialistas en Gran Canaria: Canary Islands, Union, COPPA, City, SEP, CICER, UNELCO y Tranvías”, Aguayro, núm. 98 (pp. 31-34), 100 (pp. 39-42) y 101 (pp. 31-33), 1978 (abril-julio). 6 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despachos núm. 92 y 99 del gerente del consulado al Ministro de Asuntos Exteriores, 20 de agosto y 5 de septiembre de 1936, respectivamente. También en la misma caja: despachos núm. 117 y 143 del cónsul al Ministro de Asuntos Exteriores, 1 de octubre y 27 de noviembre de 1936, respectivamente. Véase el informe del Gobernador Civil en: Archivo General de la Administración (AGA), Gobernación, Caja 2.791, memoria del Gobernador Civil de Las Palmas, 18 de septiembre de 1938. Sobre la política autárquica en Canarias: RODRÍGUEZ MARTÍN, José Ángel: “Economía 1936-1979”, en: VVAA: Canarias, siglo XX, Las Palmas de Gran Canaria, Edirca, 1983, pp. 305-322. 51936 y un total de unos 5.000 soldados hasta noviembre de ese mismo año. También fue mencionada ese último mes la expedición que partió desde el archipiélago para ocupar Guinea, todavía leal a la República, así como la noticia de mediados de 1937 sobre el envío de una división reclutada en las islas hacia la Península. Todavía no sabemos la cifra exacta de reclutas canarios que participaron en la Guerra Civil, pero es de suponer que muchos de los más de 70.000 movilizados salieron del archipiélago. Los voluntarios falangistas sólo son algunos de los miles que se engancharon en las milicias, a pesar de la escasa presencia de Falange en las islas antes de 1936. En cuanto a la unidad militar reclutada en Canarias, se trata probablemente de la División núm. 151, aunque aquí sólo se alistó a parte de sus efectivos, siendo completada posteriormente en la Península.7 Tampoco pasó desapercibida la represión ejercida contra aquellos que mantuvieron su lealtad a la República. Ya en el informe de 25 de julio Thiais indicó numerosas detenciones e incluso que en Tenerife fueron requisados tres buques para utilizarlos como prisiones provisionales. Un mes después el agente consular en Santa Cruz de Tenerife apuntó que la cifra de detenidos en la isla oscilaba entre los 2.000 y los 3.000. Sin embargo, en estos informes no ha quedado constancia de que la represión fuera especialmente sangrienta, pues fueron redactados entre julio y septiembre de 1936, cuando las ejecuciones y desapariciones fueron selectivas. En cambio, entre diciembre de dicho año y junio de 1937 se intensificó, concentrándose en este semestre la mayoría de sus víctimas mortales, para el cual no se ha conservado ningún informe en los fondos del antiguo consulado.8 No obstante, sí se recoge un aspecto de la represión que afectó a numerosos ciudadanos extranjeros, entre ellos el francés Melchior Paulet. Las autoridades militares registraban las logias masónicas, mientras los falangistas humillaban a sus 7 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despacho núm. 99 del gerente del consulado al Ministro de Asuntos Exteriores, 5 de septiembre de 1936. Véase en la misma caja: despachos núm. 143 y 78 del cónsul al Ministro de Asuntos Exteriores, 27 de noviembre de 1936 y 25 de junio de 1937, respectivamente. Para la cifra de canarios movilizados: Archivo General Militar de Ávila (AGMA), Subsecretaría del Ministerio del Ejército, Caja 20.994, estadística por regiones de reemplazos llamados a filas y voluntarios alistados durante la guerra, 1940. En cuanto a los residentes en la provincia de Las Palmas alistados en las milicias: DORESTE MORALES, Prudencio: 8 meses de campaña, Las Palmas de Gran Canaria, Imprenta Falange, 1941, pp. 121-127 y 178-220. Con respecto a la División 151: PINTO DE LA ROSA, J. M.: El grupo mixto de ingenieros núm. 4 en la campaña de liberación, 1936-1939, Santa Cruz de Tenerife, 1944, pp. 67-68. 8 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despacho núm. 84 del gerente del Consulado al Ministro de Asuntos Exteriores, 25 de julio de 1936. También en la misma caja: despacho núm. 475 del agente consular en Santa Cruz de Tenerife al vice-cónsul en Las Palmas, 28 de agosto de 1936. Sobre la represión: ALCARAZ ABELLÁN, José et al.: “La Guerra Civil...”, p. 30. 6miembros, entre ellos el citado Paulet. Sin embargo, lo grave en este caso fue que la Policía afirmó que no podía protegerlo, razón por la que Thiais se vio obligado a repatriarlo con su familia. Esta persecución afectó también a muchos españoles, incluidos varias docenas de militares, en una confusa mezcla de masonería y comunismo, aprovechada para situar a los adictos al nuevo régimen en los puestos de mayor responsabilidad. En el caso de los extranjeros sirvió de excusa para reducir su influencia económica, especialmente la británica, en beneficio de comerciantes españoles, tal y como se desprende del informe del propio Gobernador Civil de Las Palmas.9 LAS RELACIONES CON LAS NUEVAS AUTORIDADES Una de las misiones del consulado francés era garantizar la seguridad de sus compatriotas en medio de los graves acontecimientos que estaban teniendo lugar. Sin embargo, su mayor fuente de preocupaciones en este sentido no la constituían los sublevados contra la República, sino la hipotética venganza de los partidarios de esta última en caso de que fracasara la rebelión, las posibles defecciones en el Ejército si fracasaba, se agotaba o padecía dificultades de abastecimiento, y el riesgo de un bombardeo naval por parte del crucero Méndez Núñez, al cual se suponía en Fernando Poo. Esta última posibilidad resultaba especialmente inquietante, ya que los cañones del barco tenían un alcance superior a 20 kilómetros, mientras que las piezas de artillería de costa en Canarias no pasaban de los 15. Estos temores fueron compartidos por los representantes consulares de Gran Bretaña, Italia, Alemania y Bélgica en una reunión celebrada en casa del cónsul británico a finales de julio. Como medida de precaución se planteó la evacuación de sus respectivos ciudadanos, aprovechando la presencia del crucero británico Amphion en Santa Cruz de Tenerife.10 De forma mucho más clara, el cónsul británico, Paterson, comunicó al agente consular francés en Tenerife que sólo temía algún peligro para su colonia si 9 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despacho núm. 104 del gerente del consulado al Ministro de Asuntos Exteriores, 19 de septiembre de 1936. PAZ SÁNCHEZ, Manuel A. de; GONZÁLEZ, Ramón Felipe: “Sobre el 18 de julio y la represión de la masonería en Canarias: informes y denuncias (1936-1939)”, en. VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984), Las Palmas de Gran Canaria, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1987, volumen I, 2ª parte, pp. 1.037-1.060. FERRER BENIMELI, J. A.: “Militares masones en Canarias”, en: VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984), Las Palmas de Gran Canaria, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1987, volumen I, 2ª parte, pp. 1.001-1.035. AGA, Gobernación, Caja 2.791, memoria del Gobernador Civil de Las Palmas, 18 de septiembre de 1938. 10 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despacho núm. 424 del agente consular en Santa Cruz de Tenerife al vice-cónsul en Las Palmas, 28 de julio de 1936. 7la sublevación militar era derrotada. En tal caso el Amphion se encargaría de defender a los extranjeros y evacuarlos a Marsella. Inicialmente, Pierre Thiais señaló al Ministro de Asuntos Exteriores que la colonia francesa mantenía la clama y gran sangre fría. Sin embargo, el mismo día que envió ese despacho, el agente consular en Tenerife le mandó otro en el que afirmaba que dicha calma había cedido al conocer los preparativos de evacuación. El temor era evidente en los ingenieros de la Sociedad Nacional de Obras Públicas y Marítimas (PUMA), pues, siguiendo instrucciones de la autoridad militar, habían despedido a una veintena de obreros que no se habían presentado a trabajar, y, por tanto, temían represalias si la sublevación fracasaba.11 En pocos días se empezó a organizar la evacuación de la colonia francesa. En Tenerife se calculaba que había unos 80 franceses, más una cifra desconocida de sirios y libaneses, bajo protección francesa, estimada en unos 300. Al día siguiente, Thiais comunicó al agente en Tenerife las instrucciones que había recibido al respecto, en las cuales se indicaba que la presencia de buques franceses en los puertos españoles no sería permanente, por lo que debía comunicar a sus compatriotas que podían aprovechar las facilidades existentes en ese momento para ser repatriados. Sin embargo, en Tenerife sólo se presentó una treintena de personas dispuestas a embarcarse en el torpedero Tempête, ya en aquella isla. También se dispuso la creación de depósitos voluntarios que evitaran la pérdida de bienes en caso de evacuación, ya que las autoridades militares habían restringido la exportación de capitales y bloqueado las cuentas bancarias.12 A finales de agosto ya estaban constituidos los grupos de embarque para una eventual evacuación, la cual pareció convertirse en realidad a mediados de septiembre. Fue entonces cuando el cónsul británico comunicó a las autoridades militares españolas que el Méndez Núñez había carboneado en Lagos el día 4 y se dirigía hacia Europa. A pesar del secreto que debía rodear a esta reunión no tardaron en circular rumores sobre la llegada del crucero con el supuesto objetivo de bombardear los depósitos de combustible de la refinería de CEPSA y la no menos 11 CADN, Consulado en Las Palmas, despacho núm. 87 del gerente del consulado al Ministro de Asuntos Exteriores, 1 de agosto de 1936. Véase también en la misma caja: despachos núm. 435 y 436 del agente consular en Santa Cruz de Tenerife al vice-cónsul en Las Palmas, 1 y 3 de agosto de 1936, respectivamente, así como la carta del ingeniero delegado de PUMA a dicho agente el 1 de agosto. 12 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, despachos núm. 436 y 439 del agente consular en Santa Cruz de Tenerife al vice-cónsul en Las Palmas, 3 y 4 de agosto de 1936, respectivamente. Véase también en la misma caja: despachos núm. 192 y 193 del gerente del consulado en Las Palmas al agente consular en Santa Cruz de Tenerife, 4 y 5 de agosto de 1936, respectivamente. 8hipotética conspiración de izquierdas aprovechando la llegada de este crucero, en la cual tomarían parte varias decenas de soldados que habían sido arrestados. Ante tal contingencia, el Amphion pediría al buque español tiempo suficiente para poner a cubierto a los extranjeros. Finalmente, el crucero español continuó su viaje hacia Málaga, adonde llegó el 21 de septiembre sin detenerse en Canarias.13 A pesar del temor a las represalias de los leales a la República, poco a poco fue creciendo la preocupación con respecto a la hostilidad que los sublevados comenzaban a mostrar hacia los franceses. Ya a finales de julio, el agente consular en Santa Cruz de Tenerife visitó, a iniciativa propia, al comandante militar, para solicitarle que desmintiera los rumores que circulaban sobre la supuesta entrega de armas y material por el Gobierno francés al español. Tal actuación le valió una severa reprimenda por parte del gerente del consulado, no sólo por el total desconocimiento que Bigourdan tenía sobre la política que Francia seguía con respecto al conflicto español, sino también porque en el archipiélago se había difundido otra interpretación de su visita.14 En cualquier caso, ni siquiera el propio Gobierno francés tenía en ese momento una idea clara de la política que debía mantener. Inicialmente, el gobierno del Frente Popular, presidido por Léon Blum, quiso apoyar por motivos políticos e ideológicos la petición de ayuda que recibió el 20 de julio del Gobierno español. Pero la noticia fue filtrada a la prensa de derechas por el agregado militar y el encargado de negocios de la embajada española en París, dando pie a una intensa oposición interna y a la falta de apoyo británico, factores que forzaron al Gobierno francés el día 25 a prohibir la exportación de armamento a España, excepto la de aviones desarmados a través de la industria privada. En un difícil equilibrio entre la intervención reclamada por la izquierda y la no intervención exigida por la derecha, Blum terminó proponiendo a las potencias europeas un acuerdo de no intervención, que no tardó en ser incumplido en detrimento de la República española. Mientras tanto, el contrabando de aviones desarmados, de los que el Gobierno de Madrid recibió 41 en 1936, no resultó de gran valor, fue 13 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despachos núm. 466, 492, 494 y 497 del agente consular en Santa Cruz de Tenerife al vice-cónsul en Las Palmas, 24 de agosto, y 10, 11 y 13 de septiembre de 1936, respectivamente. Sobre el viaje del Méndez Núñez de Fernando Poo a Málaga: ALPERT, Michael: La guerra civil española en el mar, Madrid, Siglo XXI de España Editores, 1987, pp. 54-55. 14 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despacho núm. 424 del agente consular en Santa Cruz de Tenerife al vice-cónsul en Las Palmas, 28 de julio de 1936. Véase la respuesta de este último en la misma caja: despacho núm. 187 del gerente del consulado en Las Palmas al agente consular en Santa Cruz de Tenerife, 29 de julio de 1936. 9excesivamente caro y sirvió de excusa para la ayuda italiana y alemana a los sublevados.15 Uno de los factores que habían decidido la no intervención francesa era la división que padecía el país ante el conflicto español. Las derechas, marcadas por el anticomunismo y su oposición al anticlericalismo, insistieron en que no se proporcionase ningún tipo de ayuda a Madrid. Dentro de las izquierdas sólo los comunistas eran partidarios del envío de armas a España, mientras que radicales y socialistas estaban divididos al respecto incluso dentro de sus respectivos partidos. Las discrepancias eran evidentes en el gobierno de Léon Blum, donde los ministros partidarios de la no intervención, entre los cuales se encontraba Ivon Delbos, se impusieron a la intención de Blum de ayudar al Gobierno español. A todo ello había que añadir el conservadurismo de la administración francesa, sobre todo en el Quai d’Orsay, como en los casos del secretario general Alexis Léger, el director adjunto René Massigli, el embajador Jean Herbette o, sin ir más lejos, los representantes consulares en Canarias, más preocupados por las represalias de los leales a la República que por la incipiente francofobia de los sublevados.16 A principios de agosto ya tuvieron ocasión de experimentar la hostilidad de las autoridades militares. En Las Palmas impidieron al gerente del consulado la recepción del telegrama núm. 19 del Ministerio de Asuntos Exteriores francés, exigiéndole para ello nada menos que la correspondiente tabla de cifrado. La llegada del torpedero Têmpete suavizó un poco la situación, ya que en Tenerife el comandante militar aceptó visar los telegramas cifrados de la agencia consular por cortesía, cuando, según los reglamentos internacionales vigentes, debería ser un derecho. Además, las comunicaciones telefónicas también estaban siendo vigiladas, debiendo hacerlas en español. Tampoco se respetó la convención consular de 1862, 15 MORADIELLOS, Enrique: 1936. Los mitos de la Guerra Civil, Barcelona, Ediciones Península, 2005, pp. 156-159. Del mismo autor: El reñidero de Europa. Las dimensiones internacionales de la Guerra Civil española, Barcelona, Ediciones Península, 2001, pp. 77-80, 86-88 y 92-106. Véase también: ALPERT, Michael: Aguas peligrosas. Nueva historia internacional de la Guerra Civil española, 1936-1939, Madrid, Ediciones Akal, 1998, pp. 22-36 y 53-62. VIÑAS, Ángel: “Intervención y no intervención extranjeras”, en: MALEFAKIS, Edward (ed.): La Guerra de España 1936-1939, Madrid, Taurus, 1996, pp. 263-288. Con respecto al contrabando de aviones: HOWSON, Gerald: Armas para España. La historia no contada de la Guerra Civil española, Barcelona, Ediciones Península, 2000, pp. 40-48, 56-58, 65-77 y 355-359. 16 AVILÉS FARRÉ, Juan: Pasión y farsa. Franceses y británicos ante la guerra civil española, Madrid, Eudema, 1994, pp. 1-28. Sobre el conservadurismo de la administración francesa: MIRALLES, Ricardo: “Las relaciones hispano-francesas en el siglo XX”, en: BUSTURIA, Daniel (dir.): Del reencuentro a la convergencia. Historia de las relaciones bilaterales hispano-francesas, Madrid, Ciencias de la Dirección, 1994, pp. 35-116, especialmente las pp. 80-82. Véase también: OLAYA, Francisco: La intervención extranjera en la Guerra Civil, Móstoles, Ediciones Madre Tierra, 1990, pp. 88-96. 10pues la policía se empeñaba en visar y firmar los pasaportes, rechazando los certificados de matriculación válidos hasta ese momento. Además, el buque Marechal Lyautey fue obligado a marcharse del Puerto de la Luz sin cargar los plátanos que había venido a buscar y después de ser registrado por las autoridades españolas, con la excusa de que ocultaba a varios líderes comunistas.17 La hostilidad no procedía sólo de la actuación de las autoridades sino también de la prensa local, controlada por los sublevados. La campaña cuestionando la neutralidad del Gobierno francés continuó a lo largo de los meses de agosto y septiembre. Así, había noticias sobre el supuesto bombardeo realizado por una escuadrilla francesa o la hipotética fuga de Abd-el-Krim de la isla de Reunión, noticia que once años después se convirtió en realidad. La Gaceta de Tenerife mutiló incluso las declaraciones del general Queipo de Llano para darles un sentido desagradable contra Francia. La hostilidad contra todo lo francés era visible entre los partidos de derechas, hasta el punto de que el agente consular señaló que había oído que un grupo de exaltados tenía la intención de manifestarle su hostilidad y que “la calle está en calma cuando los paramilitares no están en ella”. Pese a todo, la colonia francesa seguía felicitándose de la “calma” que reinaba en Santa Cruz de Tenerife tras la ocupación militar.18 A finales de septiembre la situación era tan delicada que el cónsul, en un despacho muy confidencial, tuvo que dictar instrucciones al agente en Tenerife. Comenzaba reconociendo la situación difícil en la que se encontraban y de la cual él responsabilizaba a la prensa local. Reconocía que no tenían derecho a ningún recurso legal ante las autoridades militares, pues todavía no estaban acreditados ante ellas, y recordaba las dificultades de las comunicaciones, sobre todo las telegráficas. Por todo ello pedía paciencia y prudencia, recomendando que no exigiera nada a las autoridades locales, sino que sólo solicitara e intentara conseguir su gracia mediante el prestigio y la influencia personal de los representantes consulares.19 17 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despachos núm. 88, 89, 90 y 91 del gerente del consulado al Ministro de Asuntos Exteriores, 5, 7 y 8 de agosto de 1936, respectivamente. Véase en la misma caja: despachos núm. 447 y 475 del agente consular en Santa Cruz de Tenerife al vice-cónsul en Las Palmas, 8 y 28 de agosto de 1936. 18 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despachos 96 y 99 del gerente del consulado al Ministro de Asuntos Exteriores, 28 de agosto y 5 de septiembre de 1936, respectivamente. Véase también en la misma caja el despacho núm. 497 del agente consular en Santa Cruz de Tenerife al vice-cónsul en Las Palmas, 13 de septiembre de 1936. 19 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despacho núm. 248 del cónsul en Las Palmas al agente consular en Santa Cruz de Tenerife, 29 de septiembre de 1936. 11 Desde principios de noviembre de 1936 los sublevados intentaban tomar al asalto Madrid, por lo que el cónsul decidió recabar información sobre la situación en las demás islas, especialmente en lo concerniente a la colonia francesa. En La Palma se mantenía la tranquilidad, sin noticias en la prensa contra Francia, ni incidentes con sus ciudadanos. En cambio, en Lanzarote sí había protestas contra el supuesto apoyo francés al Gobierno español, aunque no por parte de las autoridades. Finalmente, desde Tenerife el agente consular señalaba que la francofobia había disminuido, a pesar de las graves humillaciones que habían padecido algunos franceses. En otro despacho anterior Biguordan señalaba que el cónsul británico y el de EEUU habían recibido instrucciones de no realizar ninguna manifestación con ocasión de la toma de Madrid, declinando las invitaciones de las autoridades para asistir a actos públicos. Previamente el cónsul francés había transmitido unas instrucciones similares a este agente consular.20 De forma paralela a la hostilidad contra Francia los representantes consulares iban percibiendo un creciente acercamiento de las nuevas autoridades locales hacia el III Reich e Italia. Ya a finales de agosto circulaban los rumores sobre un acuerdo clearing hispano-alemán para exportar plátanos desde Canarias a cambio de mercancías germanas, precisamente cuando se habían paralizado las exportaciones de esta fruta al mercado francés. De hecho, Alemania impuso intercambios según normas especiales para desviar las exportaciones isleñas hacia sus puertos. También se hablaba de la supuesta donación de 30.000 pesetas por parte del cónsul alemán, Jacob Ahlers, con el fin de construir casas para los obreros. Y por si quedara alguna duda, los batallones de voluntarios y balillas desfilaban por las calles cantando himnos fascistas, no sólo españoles sino también de procedencia alemana e italiana.21 En noviembre, cuando la francofobia había disminuido, la influencia italo-germana era mayor, especialmente tras el reconocimiento del gobierno de Burgos 20 Sobre la batalla de Madrid: BEEVOR, Antony: La Guerra Civil española, Barcelona, Editorial Crítica, 2005, pp. 251-276. Para un estudio más pormenorizado: MARTÍNEZ REVERTE, Jorge: La batalla de Madrid, Barcelona, Editorial Crítica, 2004. En cuanto a los informes consulares: CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despachos de los agentes consulares en Santa Cruz de La Palma y Arrecife de Lanzarote al cónsul en Las Palmas, 26 y 28 de noviembre de 1936. Véase también en la misma caja: despachos núm. 591 y 606 del agente consular en Santa Cruz de Tenerife al cónsul en Las Palmas, 14 y 24 de noviembre de 1936, respectivamente. Con respecto a las instrucciones del cónsul francés: despacho núm. 284 del cónsul en Las Palmas al agente consular en Santa Cruz de Tenerife, 9 de noviembre de 1936. 21 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despacho núm. 92 del gerente del consulado en Las Palmas al Ministro de Asuntos Exteriores, 20 de agosto de 1936. Sobre la reorientación del comercio canario hacia Alemania: VIÑAS, Ángel: Guerra, dinero, dictadura. Ayuda fascista y autarquía en la España de Franco, Barcelona, Editorial Crítica, 1984, p. 161. 12por ambas potencias. Para entonces, los aviones de la Lufthansa y los dirigibles alemanes sobrevolaban las islas, contribuyendo así a acrecentar el prestigio del III Reich en la opinión pública. Esta presencia aérea tenía una importancia que iba más allá de lo simbólico. Por un lado, el cónsul francés indicaba que dicha compañía operaba con total libertad en Gando. Por el otro, aunque Dorange no lo mencionaba, el responsable de la Lufthansa en Canarias era Otto Bertram, antiguo oficial de la Marina alemana, miembro del partido nazi y agente del servicio clandestino de apoyo naval en el exterior (Etappenorganisation). Esta reabasteció a seis submarinos alemanes en el Puerto de la Luz en 1941 con el consentimiento del Gobierno español, inclumpliendo así sus obligaciones como neutral.22 La preocupación ante la creciente influencia alemana fue aumentando con el paso del tiempo y no sólo entre los representantes consulares franceses. A mediados de 1937 el cónsul francés alertaba de la creciente influencia alemana e italiana en todos los campos. Así, sus productos inundaban los mercados y eran recomendados y vendidos con preferencia a los demás. La prensa y la radio sólo publicaban noticias procedentes de esos países e incluso se ofrecía cursos gratuitos de ambos idiomas. Como muestra de la simpatía de las autoridades locales hacia Italia y Alemania el cónsul mencionaba la visita de varios buques de guerra alemanes a principios de noviembre. No era menor el recelo de los representantes consulares británicos, los cuales coincidían con sus homólogos franceses al quejarse del favoritismo de las autoridades hacia los productos alemanes, como en el caso del cónsul germano, Jacob Ahlers, a costa de la casa británica Yeoward. Más inquietantes eran las especulaciones sobre las negociaciones para adquirir las islas de Lanzarote y Fuerteventura.23 22 CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despacho núm. 143 del cónsul en Las Palmas al Ministro de Asuntos Exteriores, 27 de noviembre de 1936. Con respecto a Otto Bertram: pp. VIÑAS, Ángel: Franco, Hitler y el estallido de la Guerra Civil. Antecedentes y consecuencias, Madrid, Alianza Editorial, 2001, 336-337. Véase también: RAMÍREZ MUÑOZ, Manuel: “Gando y el enlace aéreo Península-Canarias. Proyectos y primeras realidades: LAPE (1934-1935)”, Boletín Millares Carlo, núm. 15 (1996), pp. 383-410. Sobre la ayuda prestada a los submarinos alemanes en Canarias y el resto de España: ROS AGUDO, Manuel. La guerra secreta de Franco 1939-1945), Barcelona, Editorial Crítica, 2002, pp. 72-117. 23 Para el informe del cónsul francés: CADN, Consulado en Las Palmas, Serie B, Caja 33, despachos núm. 78 y 121 del cónsul en Las Palmas al Ministro de Asuntos Exteriores, 25 de junio y 10 de noviembre de 1937. En cuanto a la competencia de los productos alemanes: NA, FO 371/22.684, carta de Sir Roy Wilson al Foreign Office trasladando un informe del ex-director del Bank of British West Africa en Tenerife, 26 de julio de 1938. Con respecto a los rumores sobre la adquisición de las dos islas: NA, FO 371/24.161, informe confidencial del representante del Bank of British West Africa al cónsul británico en Santa Cruz de Tenerife, 5 de mayo de 1939, remitida diez días después al Foreign Office. 13 En conclusión, los representantes consulares franceses en Canarias no estuvieron implicados en los preparativos de la sublevación del 18 de julio contra el gobierno del Frente Popular, tal y como se aprecia en los informes remitidos a París. Pero creyeron que estarían más seguros en manos de las nuevas autoridades que en las de aquellos que se mantenían leales a Madrid. De hecho, su principal preocupación durante los primeros meses fue garantizar la seguridad de sus compatriotas frente a un posible fracaso de la sublevación o el bombardeo de las islas por el crucero Méndez Núñez. Sin embargo, poco a poco este temor fue cediendo frente a la creciente francofobia y el progresivo acercamiento de los sublevados a los regímenes fascistas, sin olvidar las dificultades para comunicarse con París. En suma, los representantes consulares franceses, al igual los británicos, pasaron de las ilusiones depositadas inicialmente en la sublevación militar al recelo y la preocupación ante la simpatía de las nuevas autoridades hacia Italia y Alemania.

Guerra Civil Española

Se denomina Guerra Civil Española a la guerra civil que tuvo lugar en España entre el pronunciamiento del 17 y 18 de julio de 1936 y el último parte de guerra firmado por Francisco Franco el 1 de abril de 1939.
Suele dársele también el nombre de guerra de España, que comparte con otras guerras civiles del siglo XIX (las guerras carlistas).
Los bandos en contienda se denominaron a sí mismos bando nacional (el vencedor, organizado en torno a los militares sublevados) y bando republicano (el perdedor, que se fue constituyendo en torno al gobierno de la Segunda República Española, ejercido por el Frente Popular desde las elecciones de febrero de 1936); mientras que recibían de su contrario los adjetivos de fascista y rojo, respectivamente. En líneas generales, se identificaban respectivamente con la derecha política y la izquierda política, las clases altas (que en zonas de pequeña propiedad agrícola -Galicia, Castilla la Vieja, Navarra- contaban con apoyos más amplios) y el movimiento obrero (muy dividido, que protagonizó durante la guerra una frustrada Revolución española y violentos enfrentamientos internos), la iglesia católica y el anticlericalismo (con significativas excepciones, como el nacionalismo vasco), y con distintas ideas de España y opciones de organización territorial, de forma de Estado o de su misma existencia.
El contexto internacional pasaba por los momentos críticos anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Mientras que las democracias liberales (Inglaterra y Francia) procuraron el mantenimiento de una política de no intervención, cada uno de los bandos fue claramente apoyado por las potencias identificadas con el fascismo (la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini) y el comunismo (la Unión Soviética de Stalin).
El tema de la Guerra Civil es el de mayor producción literaria de toda la historiografía española así como el más polémico y generador de debate social y político (véase memoria histórica). Ni siquiera en las fechas hay acuerdo total: los denominados revisionistas proponen la revolución de 1934 como inicio de la guerra, mientras que la propia declaración del estado de guerra fue divergente en ambos bandos: el gobierno republicano no declaró el estado de guerra hasta casi su final (para mantener el control civil de todas las instituciones), mientras que el gobierno de Franco no levantó la declaración hasta varios años después de terminada (para garantizar su control militar).
Las consecuencias de la Guerra civil han marcado en gran medida la historia posterior de España, por lo excepcionalmente dramáticas y duraderas: tanto las demográficas (aumento de la mortalidad y descenso de la natalidad que marcaron la pirámide de población durante generaciones) como las materiales (destrucción de las ciudades, la estructura económica, el patrimonio artístico), intelectuales (fin de la denominada Edad de Plata de las letras y ciencias españolas) y políticas (la represión en la retaguardia de ambas zonas -mantenida por los vencedores con mayor o menor intensidad durante todo el franquismo- y el exilio de los perdedores), y que se perpetuaron mucho más allá de la prolongada posguerra, incluyendo la excepcionalidad geopolítica del mantenimiento del régimen de Franco hasta 1975.

miércoles, 20 de enero de 2010

Haití es el «país de la semana»

La República de Haiti o Haití es un país de América Central, situado en la parte occidental de la isla La Española y que limita al norte con el océano Atlántico, al sur y oeste con el Mar Caribe o de las Antillas, y al este con la República Dominicana. Su territorio comprende igualmente la isla de la Gonâve, la isla de la Tortuga, el archipiélago de las islas Cayemites y la isla de Vaches así como otros diversos islotes de sus aguas territoriales. La inhabitada isla de La Navasse (en español isla Navaza) es reclamada por Haití ante la administración de los Estados Unidos. La superficie total de Haití se extendiende en 27.750 km², albergando una población de 10.033.000 habitantes (2009). Su capital y ciudad principal es Puerto Príncipe, gravemente dañada por un terremoto el 12 de enero de 2010.
Haití está constituido en forma de república semipresidencialista según la Constitución aprobada en 1987, pero cuya vigencia quedó suspendida desde entonces en varias ocasiones por la violencia política, particularmente tras el golpe de estado militar de 1991 y la crisis de 2004 que forzó la intervención de Naciones Unidas mediante el destacamento de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH). Tras un proceso electoral tutelado por la comunidad internacional en 2006, el Jefe del Estado, elegido por sufragio universal, es René Préval mientras que la Asamblea Nacional de Haití designó en 2009 a Jean-Max Bellerive como primer ministro.
La economía de Haiti generó en 2009 un PIB de solamente 6.908 mil millones de dólares y una renta per cápita de 772 dólares, lo que la convierte en la más pobre de todo el continente americano y una de las más desfavorecidas del mundo. El 80% de su población vive bajo el umbral de pobreza y un 75% de ella es dependiente de un sector de la agricultura y pesca organizado en pequeñas y frágiles explotaciones que solo permiten la subsistencia debido a su fragilidad por la carencia y empobrecimiento del suelo disponible. Esta situación tiene su origen en la sobreexplotación y la erosión del terreno, consecuencia de una intensiva y descontrolada desforestación que ha llevado la superficie arbolada de Haití del 60% en 1923 a menos del 2% en 2006.Las devastadoras tormentas tropicales que se sucedieron a lo largo de 2008, afectaron a las escasas infraestructuras de comunicaciones que, a imagen de los sectores industriales y de servicios, sufren de la carencia de inversiones sostenidas por culpa de la inestabilidad y la violencia. El sector industrial más importante es el textil, que representa más del 75% del volumen de exportaciones y 90% del PIB pero que es fuertemente dependiente de la demanda y ayudas arancelarias exteriores, particularmente la de los Estados Unidos. Haití está incluido en el programa del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial para los Países en vías de desarrollo altamente endeudados (Highly-Indebted Poor Country, HIPC).
Haití proclamó su independencia el 1 de enero de 1804, siendo el segundo país del continente americano, y primero de América Latina en acceder a ella tras un singular proceso revolucionario de carácter abolicionista iniciado en 1791 que desembocó en una prolongada lucha armada contra Francia, la potencia colonizadora desde finales del siglo XVII. Este proceso convirtió a Haití, cuya base étnica poblacional tiene en un 95% su origen en habitantes del África subsahariana, en escenario del primer caso en la Historia Universal por el que la rebelión de la población sometida al sistema de esclavitud condujo a su emancipación y a la abolición de esta forma de explotación de forma autónoma y perdurable en el tiempo, sentando un precedente definitivo para la supresión del comercio transatlántico de personas. Este episodio es específicamente recordado por Naciones Unidas mediante la Resolución 29/C40 para la constitución del Día internacional del recuerdo de la trata negra y de su abolición celebrado cada 23 de agosto, y la institución de la medalla Toussaint Louverture, en homenaje a uno de los líderes políticos haitianos.
Historia
Artículo principal: Historia de Haití
El 5 de diciembre de 1492 Cristóbal Colón arriba a La Española, parte de las que serán llamadas Antillas Mayores, y la isla pasa a formar parte del Imperio español. Antes de la llegada de los españoles, estaba habitada por las etnias arawak, caribes y taínos; su población estimada entonces era de unos 300.000 habitantes.
A comienzos del siglo XVII, debido al auge que había adquirido el comercio informal de los colonos criollos de la isla y que iba en contra del monopolio que pretendía la metrópoli, el gobernador español Antonio de Osorio ordenó entre 1605 y 1606 la despoblación de las bandas septentrional y occidental de la isla con el fin de frenar esa práctica. Con el tiempo, en las zonas despobladas de la parte oeste se fueron asentando los bucaneros, hombres que vivían de la caza de reses y cerdos cimarrones, el comercio de pieles y el cultivo de tabaco, así como los filibusteros, ambos de origen francés. Primeramente ocuparon la Isla de la Tortuga y más tarde estos poblamientos determinaron que la parte occidental de la isla fuera reclamada por Francia. En 1697, España cedió a Francia esa parte de la isla por el Tratado de Ryswick, constituyéndose el Saint Domingue francés.
A mediados del siglo XVIII, el Haití colonial, ocupado por Francia bajo un férreo y cruel sistema esclavista, contaba con una población de 300.000 esclavos y apenas 12.000 personas libres, blancos y mulatos principalmente.
El 14 de agosto de 1769 se habría producido en Bois-Cayman una ceremonia del sacerdote vudú Boukman, que es considerada como el punto de partida de la Revolución Haitiana. El largo proceso emancipador tiene por protagonista a François Dominique Toussaint-Louverture, quien entre 1793 y 1802 dirige la revolución haitiana con sagacidad, enfrentando a españoles, ingleses y franceses, hasta su captura, destierro y muerte en Francia.
En 1803, Jean Jacques Dessalines vence definitivamente a las tropas francesas en la batalla de Vertierres y en 1804 declara la independencia de Haití, proclamándose Emperador. En 1822, las tropas haitianas invadieron la parte oriental de la isla de La Española (República Dominicana), que recobraría su independencia en 1844. La gran inestabilidad política del país sirvió a Estados Unidos como pretexto para invadirlo en 1915 y ejercer así un control absoluto hasta 1934.
Los sucesos siguientes reflejaron la pugna entre las autoridades mulatas y las masas populares afrodescendientes.
En 1957 fue elegido como Presidente François Duvalier, conocido popularmente como Papa Doc, que gobernó dictatorialmente con ayuda militar y financiera de Estados Unidos y que en 1964 se hizo proclamar presidente vitalicio. Su hijo Jean-Claude Duvalier (Nené Doc) le sucedió en 1971. En enero de 1986 una insurrección popular le obligó a exiliarse y el ejército se hizo con el control del poder, mediante la formación de un Consejo Nacional de Gobierno, presidido por el general Henri Namphy.

Interior de la Ciudadela Laferrière construida bajo el gobierno de Henri Christophe (autoproclamado Enrique I de Haití)
En enero de 1988 ascendió a la Presidencia Leslie François Manigat, pero fue depuesto en julio del mismo año por Namphy, a quien derrocó Prosper Avril. Tras una presidencia provisional de Ertha Pascal Trouillot, depuesta por un golpe de Estado, Jean-Bertrand Aristide fue presidente electo a partir de febrero de 1991, siendo también depuesto, tras una grave crisis interna en el año 2004, que incluyó violentos episodios, que culminaron con la ocupación de Haití por parte de los "Cascos Azules" de la ONU. En el 2006, René Préval es elegido presidente del país. El 12 de enero de 2010 tuvo lugar un terremoto de magnitud de 7,0.
Símbolos nacionales
Véase también: Bandera de Haití, Escudo de Haití y La Dessalinienne
La Constitución haitiana de 1987, establece como emblemas nacionales a la bandera, el escudo y al himno conocido popularmente como La Dessalinienne.
La bandera de Haití fue adoptada el 25 de febrero de 1986, pero su diseño se remonta a principios del siglo XIX. Es una bandera compuesta por dos franjas horizontales del mismo tamaño de color azul (la superior) y rojo (la inferior). En un primer momento la franja azul fue de color negro. En el centro de la misma figura, dentro de un rectángulo de color blanco, el escudo nacional. La bandera de uso civil carece de escudo.

Escudo Nacional de Haití
El escudo de armas de Haití consiste en una palmera coronada por el gorro frigio con los colores de la bandera nacional. Al pie de la palmera aparece representado un tambor y a cada lado de la misma, tres rifles con bayoneta calada, el mismo número de banderas nacionales y diverso armamento, destacando dos cañones, uno a cada lado.

Escudo Nacional de Haití

Geografía

Artículo principal: Geografía de Haití
Haití comprende la tercera parte de la isla La Española, al oeste de la República Dominicana y entre el Mar Caribe y el Atlántico Norte. Las coordenadas geográficas de Haití son 72° 25′ longitud oeste y 19° 00′ latitud norte. El área total es de 27.750 km², de los cuales 27.560 km² son tierra y 190 km² agua. Haití tiene 1.771 km de costas y 360 km de frontera con la República Dominicana.
El punto más bajo de Haití es al nivel del mar. Su punto más elevado está en Chaine de la Selle a 2.680 m. No hay ríos navegables. El lago más grande es Etang Saumâtre, una masa de agua salada ubicada en la región sur.
Ocupa la parte occidental de la isla La Española, en el mar Caribe o de las Antillas, que comparte con la República Dominicana. Se distingue por dos penínsulas (la de Saint-Nicholas al norte y la de Tiburón al sur) que forman el golfo de la Gonave. Entre otras islas que pertenecen a Haití están las de Gonave y la de Tortuga.
La región norte consiste en el Macizo du Nord (en español macizo del Norte) y el Plaine du Nord (Plano del Norte). El macizo del Norte es una extensión de la Cordillera Central de la República Dominicana. Comienza en la frontera este del Haiití, al norte del río Guayamouc, y se extiende al noroeste por la Península del Norte. Las tierras bajas del Plano del Norte están ubicados sobre la frontera norte con la República Dominicana, entre el Macizo del Norte y el Océano Atlántico. La región central consisten en dos llanos y dos sierras. La Meseta Central se amplía a lo largo de las costas del río Guayamouc, al sur del Macizo del Norte. Al sudoeste de la Meseta Central están ubicadas las Montañas del Norte, cuya parte más septentrional se combinan con el Macizo del Norte. El punto más occidental es conocido como Cap Carcasse.
La región sur consiste en el Plano Callejón Sin Salida (al sudeste) y la Península Montañosa (también conocida como Península Tiburón). El Plano Callejón sin salida es una depresión natural que abriga a los lagos de salinas del país, como el Trou Caïman y el lago más grande del Haití, el Laz Azuei. En la región suroeste está ubicado el punto más alto del Haití, con 2.680 msnm.

Clima

El clima de Haití es tropical. La estación más lluviosa se extiende de abril a junio y de octubre a noviembre, y con frecuencia el país es azotado por tormentas tropicales y ciclones. El 18 de septiembre de 2004, el huracán Jeanne alcanzó Haití. Una semana después, el balance no definitivo era de más de 1.160 personas muertas y otras 1.250 desaparecidas. Los efectos de esta tormenta agravaron las ya difíciles condiciones de vida del país, ya que dejó 170.000 personas sin alimentos ni agua.
El clima es tropical en las costas y frío en las montañas. El calor disminuye gracias a las brisas marinas.

Economía



Vertedero de basura en un barrio de clase baja de Cabo Haitiano.


Artículo principal: Economía de Haití
Haití tiene la renta per cápita más baja de todo el hemisferio occidental, es decir, que puede considerarse el país más pobre de toda América. Los indicadores sociales y económicos colocan a Haití en puestos descendentes detrás de otros países en vías en desarrollo de bajos ingresos (particularmente en el hemisferio) desde los años 80. Haití está en la posición 150 de 177 países en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU.
Aproximadamente un 70% de la población vive en la pobreza. Cerca del 70% de los haitianos depende de la agricultura, que consiste principalmente de agricultura de subsistencia a pequeña escala y emplea cerca de las dos terceras partes de la población económicamente activa. El país ha tenido muy pocos puestos nuevos de trabajo desde que el Presidente René Préval tomara posesión en febrero de 2006, aunque la economía informal está en crecimiento. El fracaso en el intento de lograr acuerdos con patrocinadores internacionales han impedido que Haití obtenga asistencia para un presupuesto y programas de desarrollo.
La pobreza resulta extrema en gran parte de la población, tanto que sus ingresos no les alcanza para adquirir un poco de arroz u otros alimentos básicos, debíendo alimentarse para subsistir con una especie de galletas hechas de lodo (barro), manteca vegetal y sal, que es vendida a bajo precio, lo que acarrea secuelas de desnutrición y otros males físicos.
Tres cuartas partes del territorio haitiano están constituidas por suelos montañosos, y las llanuras están formadas por tierras deforestadas y actualmente estériles. La causa principal del empobrecimiento del territorio es la explotación forestal excesiva por una población que cada vez aumenta su demanda de leña y madera, lo que ha provocado la erosión del suelo y una tremenda escasez de agua potable. Esta situación contrasta con la de la vecina República Dominicana, que con un clima similar y unas condiciones de partida similares practicó una política forestal adecuada y actualmente tiene una cubierta vegetal sostenible.
Un factor extra que podría hacer que la economía no mejore es la falta de empuje por parte de los profesionales, pues se cree que un 80% de los haitianos con niveles educativos elevados han emigrado en busca de otras alternativas promoviendo la fuga de cerebros. También es importante señalar la fuerte emigración ilegal hacia la República Dominicana a través de la frontera. Aunque su carácter informal no permite un cálculo preciso, la población inmigrante haitiana en la nación vecina se estima en más de un millón de personas.
Los puertos más importantes para el intercambio comercial son Port-au-Prince, Gonaïves y Cap Haitien. El Puerto Privado de Gonaïves es particularmente apto para buques de hasta 6 m de calado.

Descarga de ayuda humanitaria en el Puerto Privado de Gonaïves
Haití recibe anualmente cooperación y ayuda humanitaria de países desarrollados tanto de América como de otras partes del mundo, siendo de importancia mencionar a Estados Unidos (mediante el programa de la USAID), Canadá, Argentina, Brasil, Chile, México, Reino Unido, Colombia y Cuba







Descarga de ayuda humanitaria en el Puerto Privado de Gonaïves






Demografía







Evolución demográfica de Haití entre 1961 y 2003. Población en millones de Habitantes








Al año 2007 Haití tenía una población de 8.706.497 habitantes. El 95% de los haitianos son principalmente de ascendencia africana y el restante 5% está compuesto por blancos y mestizos. El idioma oficial es el francés. La esperanza de vida es de 57 años. El promedio de hijos por mujer es de 4,86 (el promedio más alto del continente americano). La tasa de crecimiento poblacional es del 2,45% por año. Tan sólo el 52,9% de la población está alfabetizada. Aunque Haití promedia cerca de 270 personas por km², su población está concentrada más fuertemente en las zonas urbanas, planicies costeras y valles.
El francés es uno de los dos idiomas oficiales, pero es hablado por sólo una parte de la población. Casi todos los haitianos hablan kreyòl (criollo o creole haitiano), el otro idioma oficial del país. El inglés es hablado entre los jóvenes y en el sector comercial. El español es hablado principalmente en las zonas limítrofes a la República Dominicana.
La religión principal es la católica, que practica el 60% de la población haitiana. También hay un grupo de protestantes, que forman la minoría religiosa más importante del país. Otras minorías las forman los animistas. Los practicantes del vudú están en un porcentaje de las religiones anteriormente nombradas. También hay algunos fieles al vudú que la tienen como única creencia.




Salud




La mitad de los niños del Haití están vacunados y solamente el 40% de ellos tienen acceso a la asistencia médica básica. Incluso antes del terremoto del 2010, casi la mitad de las causas de muertes eran atribuidas al VIH/CIDA, infecciones respiratorias, meningitis y enfermedades de diarrhea, incluyendo el cólera y la tifoidea. El 90% de los niños del Haití sufren de enfermedades hídricos y de parásitos intestinales. Aproximadamente el 5% de la población adulta sufren del VIH. Los casos de tuberculosis son de diez veces más alto que el promedio del resto de América Latina




Cultura




Artículo principal: Cultura de Haití
La educación es gratuita y obligatoria para niños de 6 hasta 12 años, sin embargo al país le faltan instalaciones adecuadas y hay muchos infantes que no acuden a la escuela.
Como manifestaciones de música popular podemos mencionar al gagá y al kompa, este último mal llamado a veces merengue haitiano . Estas manifestaciones musicales son cantadas generalmente en criollo. El gaga es interpretado con regularidad en las festividades de Semana Santa en los asentamientos de haitianos en los bateyes de los campos cañeros de la vecina República Dominicana. La Virgen del Perpetuo Socorro es la Patrona de Haití.
La cultura es muy rica en tradiciones, y muchas de las costumbres, al ser los haitianos descendientes de esclavos traídos de África, todavía las conservan. Es muy común ver por las calles haitianas a mujeres llevando elementos de todo tipo sobre sus cabezas como se ve en África. Sus artesanos son muy buenos en materiales tales como la herrería, trabajos con madera desde pequeños elementos hasta muebles hechos totalmente a mano.




lunes, 18 de enero de 2010

Explotación infantil


Explotación infantil se refiere al trabajo de niños en cualquier sistema de producción económica de un país, una región y en el mantenimiento económico de un grupo o clan familiar. La explotación infantil es un hecho que azota en especial a países en vías de desarrollo, pero en el mismo se ven implicados los países industrializados. También se le denomina trabajo infantil.
El Día Internacional contra la esclavitud infantil se celebra el 16 de abril.
Concepto
Se puede hablar estrictamente de "explotación infantil" en los siguientes casos:
Todos los niños y niñas menores de 16 años que desempeñan cualquier actividad económica de producción que afecta su desarrollo personal o el disfrute de sus derechos.
Niños y niñas que son obligados a mantener un constante trabajo para que después le quiten los ingresos recaudados.
Niños y niñas en edades comprendidas entre los 12 y los 14 años que realizan cualquier trabajo que implique un riesgo y sea evidentemente peligroso.
Todos aquellos menores de edad que son víctimas de las peores formas de explotación infantil como las siguientes:
Niños y niñas víctimas del tráfico (drogas, armas,...)
Que sufren cualquier forma de esclavitud
Obligados a prostituirse.
Reclutados por la fuerza, obligados o inducidos a realizar actividades ilegales o que amenazan su integridad.
Es pertinente el uso del concepto "explotación infantil" en vez del genérico de "trabajo infantil" en la medida en que existen formas de trabajo en las que participan niños, niñas y adolescentes y que no necesariamente implican formas de explotación o abuso, como son los trabajos formativos propios de las culturas ancestrales o el trabajo vacacional (temporal) de colegiales en las sociedades urbanas. En este sentido vale la pena recordar los artículos de la declaración universal de los derechos humanos: Artículo 3 Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. Artículo 25, 2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales.


Causas
Las razones son múltiples:
Marginación social y extrema pobreza: la familia en general carece de las condiciones necesarias de subsistencia y hace que los niños trabajen para mantener la economía familiar. Esta situación solo puede resolverse con una decidida voluntad estatal de desarrollar a la nación y proteger la familia.
Redes de explotación infantil: múltiples redes del crimen organizado trabajan en todo el planeta para usar a los niños y niñas en sus propósitos económicos, como la mendicidad y la prostitución.
Conflictos armados: en situaciones desastrosas de orden público, los niños y las niñas son víctimas de todo tipo de abuso.
Por presión del grupo de pares: algunos niños y adolescentes trabajan por acompañar a sus amigos, sus ganancias son utilizadas para cubrir sus propias necesidades, pero por el gusto de manejar dinero se van quedando mayor tiempo en las calles, adaptándose a las vivencias de la calle.
Por negligencia de sus padres: Esto es un acto de irresponsabilidad paterna. Es muy frecuente en padres adolescentes.
Por orfandad: Esto se da cuando los niños o adolescentes son huérfanos y no tienen como sostenerse (esto tiene que ver algo con la mendicidad).

Cifras
Los reportes de la UNICEF dicen que alrededor de 246 millones de niños y niñas son sujeto de explotación infantil en el planeta y al menos tres cuartas partes (171 millones) lo hacen en condiciones o situaciones de peligro. Sin embargo, según el reporte "Protección infantil contra el abuso y la violencia: Explotación infantil" de Unicef, el 70% de los niños y niñas trabajadores del mundo lo hacen en el sector de la agricultura.
Por otra parte más de 50 países reclutan a menores de 18 años y los arman para la guerra (2006).

Erradicación del Trabajo Infantil
En América Latina se estima que cerca del 70% de niños y niñas que trabajan lo hacen en el sector rural. Si bien la agricultura, ya sea familiar de subsistencia o comercial, puede no ser una actividad peligrosa en sí misma, hay muchos niños, niñas y adolescentes que trabajan en este sector en situación de riesgo y en muchos casos de extrema explotación.
En determinadas condiciones, el trabajo infantil en la agricultura puede implicar explotación infantil, así como riesgos físicos, debido a la manipulación de herbicidas y pesticidas, al uso de maquinaria pesada o instrumentos punzo-cortantes, por adversidades climáticas y muchas veces por largas jornadas de trabajo. Los niños y niñas se exponen también a violencia en lugares de trabajo por parte de los adultos con consecuencias psicológicas como el abuso y el estrés ocasionado por la presión de cumplir con determinadas cuotas de producción.
Todo esto lleva a que muchos de ellos abandonen la escuela, o deban combinar el estudio con largas jornadas en el campo lo que afecta seriamente su rendimiento educativo y por tanto su formación.

La ONU y la erradicación del trabajo infantil
La eliminación del trabajo infantil ha sido una de las prioridades de las organizaciones de las Naciones Unidas desde sus inicios, a fin de prevenir y combatir la explotación infantil.
Desde sus inicios la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de las Naciones Unidas ha basado su acción en la estipulación de la edad mínima de admisión al empleo como criterio para definir y reglamentar el trabajo infantil. También promueve un enfoque flexible, que le permite a los países abordar progresivamente el problema a partir de estrategias orientadas al fortalecimiento de las capacidades nacionales y a la atención prioritaria de niños, niñas y adolescentes víctimas de las peores formas de trabajo infantil.
Además, en 1992 la OIT creó el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC, por sus siglas en inglés) una iniciativa de cooperación técnica dedicada exclusivamente a prevenir y combatir el trabajo de los niños y niñas.Es nuestro deber ayudar a estos niños que son utilizados injustamente para el beneficio de otros
Si bien en los ámbitos oficiales hay consenso en torno a estos objetivos, existen voces discrepantes como las de los movimientos de niños, niñas y adoelscentes trabajadores que cuestionan el enfoque de erradicación del trabajo infantil, entre otras razones porque no considera las características culturales de muchos pueblos y naciones que integran el trabajo infantil como una estrategia pedagógica y de socialización, es un enfoque que criminzaliza a quienes son víctimas de determinadas condiciones sociales y se resiste a considerar la opinión de quienes dice favorecer, esto es, de los niños, niñas y adolecsentes trabajadores. En el Perú para el año 2001 se reportaban un promedio de 1'900,000 niños, niñas y adolescentes que trabajan de los cuales 664,000 como promedio los hacían en las calles de las ciudades más grandes del país. Como una de las estrategias principales surgio el Programa Educadores de Calle desde el Estado, aunque su cobertura más alta fue alcanzar la atención de 8.000 niños, niñas y adolescentes trabajadores de la calle.

Por que no deben trabajar los niños
Las razones por las cuales los niños, no deberían trabajar son las siguientes:
El trabajo no permite al menor ser un niño o una niña, por ejemplo, no le da espacio para la lúdica, tiempo normal para los niños del mundo.
El trabajo atenta contra los derechos fundamentales del niño.
El trabajo puede poner en riesgo su salud mental y física, por ejemplo, existen labores que entorpecen el normal crecimiento (trabajar en un socavón) o atrofian su cuerpo.
El niño y la niña no tienen todavía el criterio para tomar decisiones, por lo tanto, el niño o la niña que trabaja están siempre obligados a ello. A no ser que los tutores de los niños consientan o les obliguen a trabajar a partir de los 16 años.
Los niños, niñas y adolescentes pierden tanto en el presente como en su futuro, las oportunidades que no se aprovechan hoy, serán las frustraciones de mañana. Como se señala en el Libro "Cicatrices de la Pobreza", hay personas que no superan el sentimiento de ser pobre y de no haber alcanzado sus metas. Muchos culpan su condición de pobres, incluso cuando son personas adultas.

Trabajos peligrosos
Los "trabajos peligrosos" se refieren a actividades que ponen en peligro la vida y la salud mental o física del trabajador. En cada nación del mundo deben existir legislaciones que garanticen la protección del obrero que realiza trabajos peligrosos y en cuanto a menores de edad, estos no pueden ser permitidos bajo ninguna circunstancia. Algunos de estos trabajos peligrosos son:
Explotación minera.
Trabajos que manipulan productos químicos, por ejemplo los pesticidas en la actividad agraria.
Manipulación de maquinaria pesada y peligrosa como materiales corta punzantes o eléctricos.
Trabajo en las diferentes construcciones de edificios.
Trabajos relacionados con acciones bélicas de todo tipo.
Trabajos que tienen que ver con manipulación de armas.
Trabajos sospechosos
Trabajos que no tienen un riesgo para la vida, pero que constituyen un abuso a los derechos del niño son aquellos que le exigen trabajar ocultos a la luz pública, en situaciones infrahumanas, en largas horas de trabajo y poca remuneración y que obstaculizan el normal desarrollo de su crecimiento. Entre ellos se pueden contar los siguientes:
Niños y niñas que trabajan en el servicio doméstico.
Niños y niñas que trabajan en plantaciones.
Niños y niñas que atienden negocios como camareros.
Niños y niñas que venden cosas en las calles.
Mendicidad infantil.
Trabajos contra la dignidad humana
Trabajos que atentan contra el normal crecimiento del niño y la niña y va en contra de su dignidad y respeto personal se convierten además en abuso infantil:
Prostitución.
Pornografía infantil.
Exhibicionismo.
Uso militar de niños.
El trabajo infantil desvirtúa la percepción de los niños, niñas y adolescentes, sus modelos a seguir por lo general son negativos y sus experiencias de vida, muchas veces les hacen dar mayor crédito a actitudes de riesgo y de mayor peligro
La explotación infantil por regiones
Aunque las cifras coinciden casi siempre con los países en vías de desarrollo o países pobres, los países industrializados están implicados en este drama debido a que en muchas ocasiones adquieren productos en los cuales los niños y las niñas de los países en vías de desarrollo trabajaron. Por otra parte la constante ola migratoria que llega a los países industrializados lleva consigo un alto número de menores de edad, muchos de los cuales viven en marginación en los países ricos y se ven obligados a trabajar para ganarse la vida.