miércoles, 30 de marzo de 2011

Abd el-Krim

Abd el-Krim fue un dirigente de la resistencia contra la administración colonial española y francesa en el Rif, región de cultura bereber en el norte del actual reino de Marruecos, y presidente de la efímera República del Rif (1923-1926). Abdel Krim nació en Axdir en 1882 (o 1883) y murió exiliado en El Cairo (Egipto) el 6 de febrero de 1963 a los 79 u 80 años de edad. Abd el-Krim fue hijo de Abd El-Karim Al-Jattabi, un cadí, miembro del clan de los Ait Jattab, una facción de la belicosa tribu de los Ait Waryagar o Beni Urriaguel. De su padre, jefe del clan, recibió una educación religiosa tras lo cual fue enviado a cursar bachillerato español en Tetuán y Melilla, después estudió derecho islámico en la mezquita Qarawiyyin de Fez, y más adelante derecho en la Universidad de Salamanca. Sirvió a la administración colonial española como traductor y escribiente de árabe en la Oficina Central de Tropas y Asuntos Indígenas en Melilla, donde también trabajó para el periódico El Telegrama del Rif, en el que escribía un artículo diario en árabe. Aún joven fue nombrado cadí, y a la edad de 32 años qādī al-qudāt, jefe de los cadíes. En 1915, ante las sospechas francesas de que colaboraba con los alemanes (son los años de la Gran Guerra) se le abrió un expediente que dejó al descubierto sus verdaderos sentimientos contra la administración europea. Fue enjuiciado, permaneciendo encarcelado en el fuerte de Rostrogordo, de donde intentó fugarse, rompiéndose una pierna al descolgarse por la muralla. No recobró la libertad hasta un año más tarde y al poco tiempo, se retiró a su cábila para comenzar a preparar la lucha contra los administradores europeos. Para 1921 era ya el líder del movimiento anti-protectorado de Marruecos y desde esa posición preparó la sublevación general del Rif, atrayendo a su causa a gran parte de los soldados indígenas al servicio del ejército español, por lo que tras el Annual el ejército español se vio forzado a replegarse. Bajo el emirato de Abd el-Krim el Rif se organizó como territorio independiente. Creó la denominada República del Rif, que no fue bien vista por España y Francia —con la excepción de Inglaterra, que contaba con razones estratégicas para avalar la decisión— por cuanto su finalidad era arrebatar a franceses y españoles la administración del territorio rifeño y de todo Marruecos. España y Francia se aliaron en su contra, y la contraofensiva conjunta, que comenzó el 8 de septiembre de 1925 con el desembarco de Alhucemas, bajo el mando del General Miguel Primo de Rivera, acabó con la derrota de los rifeños sublevados en 1926. Después de la derrota, el líder rifeño fue denunciado por algunos guerrilleros rifeños, pero él, antes de ser juzgado por los españoles, prefirió entregarse a las tropas francesas. Las autoridades del protectorado convinieron su deportación a la isla de La Reunión, una posesión francesa de ultramar próxima a Madagascar. En 1947, tras lograr autorización del gobierno francés para su traslado a la metrópoli, escapó durante una escala en Puerto Saíd. El gobierno egipcio, encabezado por el rey Faruq I, lo acogió como refugiado. Desde Egipto encabezó el comité de liberación del Magreb. En 1956, tras la independencia de Marruecos, rechazó la oferta del rey Mohammed V de regresar con honores a su patria. Murió en El Cairo en 1963, poco después de ver completa la descolonización del Magreb, tras la independencia de Argelia

martes, 22 de marzo de 2011

Batalla del Ebro

La batalla del Ebro fue la mayor de cuantas se libraron en la Guerra Civil Española, pero también la más sangrienta y larga de toda la guerra. Tuvo lugar en el cauce bajo del valle del Ebro, entre la zona occidental de la provincia de Tarragona (Terra Alta) y en la zona oriental de la provincia de Zaragoza (Mequinenza) y se desarrolló durante los meses de julio a noviembre de 1938. Constituyó el enfrentamiento decisivo de la guerra ya que en ella se decidió el derrotero de la Guerra Civil Española, en un contexto europeo inmerso en la Crisis de los Sudetes que parecía a punto de estallar la guerra en la que quedaría unida la guerra de España. Aunque ejércitos republicanos lograron obtener una importante victoria inicial, tras la sangría en hombres y material del Ejército Popular de la República fue imposible evitar la derrota final del Bando republicano y después de 4 meses de lucha las tropas republicanas volvieron a cruzar el río Ebro. Después de esta importante derrota, quedó marcado el destino de la II República Española.

Batalla del Ebro

La Batalla del Ebro

domingo, 13 de marzo de 2011

Grigori Rasputín


Grigori Yefímovich Rasputín (22 de enero de 1869 – 29 de diciembre de 1916) fue un místico ruso con una gran influencia en los últimos días de la Dinastía Romanov. Aunque tradicionalmente en español es más conocido como Rasputín, la pronunciación en ruso, es Raspútin. También fue conocido como «el Monje Loco».

En su lugar de origen pretendía darse una apariencia de Jesucristo y tenía fama de sanador mediante el rezo, razón por la cual y gracias a una amiga de la zarina llamada Anna Výrubova, en 1905 fue llamado al palacio de los zares para curar la grave enfermedad de su hijo único Alexis Nikoláyevich, que padecía de hemofilia. El zarevich efectivamente mejoró —algunos investigadores sostienen que fue mediante hipnosis— y la familia Romanov, especialmente la zarina Alejandra, cayó bajo la influencia de este controvertido personaje. Rasputín nació en la región de Tobolsk (actual Óblast de Tiumen) en un pequeño pueblo llamado Pokrovskoye, cerca del río Tura. Creció de manera salvaje en los campos de Siberia. No tuvo ninguna formación académica y desde muy joven fue cuatrero (es decir, ladrón de ganado). Cuando tenía alrededor de 18 años se marchó a meditar al monasterio de Verkhoturye, aunque también es posible que fuera enviado allí como pena por robar. Su experiencia durante los 3 meses escasos que permaneció en el recinto claustral, junto con una visión de la Virgen que presenció a la vuelta del monasterio, lo llevaron a convertirse en un místico. Ingresó poco después en una secta cristiana condenada por la Iglesia Ortodoxa Rusa conocida como khlysty.

Los jlystý creían que para llegar a la fe verdadera hacía falta el dolor. En las reuniones de esta secta las fiestas y orgías eran constantes y Grigori se convirtió en un acérrimo integrante. El ingreso en esta congregación marcó al profeta siberiano de por vida, y explica la notoria vida sexual que tuvo en años posteriores y que acabó ennegreciendo su reputación de hombre santo.

Tras abandonar la secta conoció a un iluminado llamado Makariy, el cual ejerció una enorme influencia sobre Rasputín.

En el año 1889 se casó con Praskovia Fyodorovna Dubrovina con la que tuvo tres hijos: Dmitri, Varvara, y María. Se sabe que engendró más vástagos con otras mujeres. En 1901, se marchó de su región natal y se hizo peregrino. Estuvo dos años viajando por tierras eslavas, Grecia y Tierra Santa. Aprendió mucho de historia, esoterismo, teosofía, viejas religiones y tradiciones. En 1903 vuelve de nuevo a Rusia. Deambula por las calles de San Petersburgo siendo considerado como un adivino popular y empezó a albergar el objetivo de relacionarse con la familia real.

Muy atacado por cortesanos y nobles que se sintieron sobrepasados en sus intereses, los rumores que propagaron sirvieron de alimento para los revolucionarios enemigos del régimen zarista. El zar sólo lo toleraba en la medida que la zarina lo aceptara, aunque no había decisión del zar que no pasara por la supervisión de él. Durante la Primera Guerra Mundial fue acusado de ser un espía alemán y de influir políticamente en la zarina, que era de ascendencia alemana, en sus nombramientos ministeriales cuando el zar estuvo ausente por la guerra. Este hecho fue desastroso para la permanencia del régimen zarista.

Considerado amigo íntimo del zarevich Alexei Nicolaevich y su «médico» personal, ya que éste le proporcionaba una especie de «hipnosis curativa» y le ofrecía la seguridad que su sobreprotectora madre no podía ofrecerle, el futuro de la dinastía Románov estaba en sus manos. Si él no salvaba de la muerte al hemofílico zarévich la especulación sobre el heredero al trono quedaba abierta. Gracias a esas aparentemente milagrosas curaciones la zarina Alexandra confió ciegamente en el curandero, ya que las pruebas de sanación que le producía a su hijo eran inexplicables. Confió también en los vaticinios del monje sobre los destinos de la santa Rusia, a la cual veía Rasputín en sus visiones «envuelta en una nube negra e inmersa en un profundo y doloroso mar de lágrimas».


El príncipe Félix Yusupov (que según se dice era un homosexual atraído por Rasputín) y el primo del zar, el gran duque Demetrio Románov decidieron finalmente asesinarlo en Petrogrado la noche del 29 al 30 de diciembre de 1916 para acabar con su influencia sobre la zarina de origen alemán.

Finalmente, tras varios intentos previos de acabar con él, Rasputín murió 24 días antes de haber cumplido los 48 años de edad. El príncipe Yusúpov escribió posteriormente un relato en donde contaba punto por punto los sucesos ocurridos en la última noche de Rasputín. Pues, al parecer el monje ruso primero fue envenenado y más tarde tiroteado, y cuando lo creían muerto, envolvieron su «cadáver» en una alfombra y lo tiraron al río Neva. Pero luego, en la autopsia, se descubrió que murió ahogado.

Investigaciones recientes ofrecen la versión de que para el asesinato de Rasputín, se contó con la participación de los servicios secretos británicos, en donde un agente que residía por entonces en Petrogrado, llamado Oswald Rayner, bajo el mandato de otro agente, llamado John Scale, participó directamente en el asesinato de este personaje.

viernes, 4 de marzo de 2011

Sucesos de Casas Viejas

En 1933 España se encuentra inmersa en la llamada Revolución de Enero de 1933, una insurrección huelguista de tres semanas de duración, durante la cual se desarrollaron los asesinatos de Casas Viejas que conmocionaron a la opinión pública española contemporánea.

El 11 de enero de 1933 tuvo lugar en la localidad gaditana que actualmente se llama Benalup-Casas Viejas una revuelta protagonizada por un amplio grupo de anarquistas de la CNT secundando la huelga general revolucionaria convocada por la central sindical a nivel nacional, con la intención de hacer la revolución, para así conseguir llegar a organizarse sin gobierno, atendiendo a su ideología libertaria. Hicieron reparto de alimentos para los más necesitados, abolición de la propiedad privada, destituyendo al alcalde e intentando tomar el cuartel de la Guardia Civil, donde se encontraban un sargento y tres números. Durante el enfrentamiento hirieron de muerte al sargento y a uno de los números.

Enterado el Gobierno, envió inmediatamente fuerzas de la Guardia Civil y de la Guardia de Asalto, todos ellos al mando del capitán Manuel Rojas que entraron a tiros en el pueblo, incendiaron la casa donde se habían refugiado algunos de los dirigentes de la insurrección, entre ellos Francisco Cruz Gutiérrez, conocido como "Seisdedos" que muere calcinado junto a otros vecinos al ser incendiada su choza por la Guardia de Asalto, y luego procedieron a una serie de detenciones: fusilando a participantes, sospechosos, vecinos y a sus familiares aleatoriamente, algunos de los cuales fueron ejecutados tras sufrir tremendas torturas (algunos fueron quemados vivos).

Un testigo presencial, guardia de Asalto, escribió jornadas después de los asesinatos que «allí estuvimos hasta el final de la toma, que fue a las cuatro y cinco de la madrugada que se sintieron los últimos tiros».

Conocidos los hechos en el resto de España, se produjo un gran escándalo periodístico y parlamentario, que conmocionó a la sociedad española. Por 170 votos a favor y 130 en contra, las Cortes aprobaron la creación de una Comisión de investigación sobre los sucesos el 24 de febrero, formada por Manuel Muñoz Martínez, Puig Ferrater, Gabriel Franco, Poza Juncal, Fernando González Uña, Jiménez Asúa, Miguel García Bravo-Ferrer, Lara, Botella y Casanueva. El 15 de marzo la Comisión elabora un informe definitivo en el que reconoce la existencia de los fusilamientos. Sin embargo, el Gobierno gana una moción de confianza el 24 de marzo por 210 votos contra 1. No obstante, este hecho hizo perder mucha popularidad al gabinete de Azaña y, a la larga, sería una de las causas de su caída en las elecciones de noviembre de 1933. El movimiento libertario, además, inició desde entonces un llamamiento social de rechazo hacia la autoridad republicana que caló profundamente entre las clases populares, cada vez más distanciadas de un República burguesa que no cumplía sus anhelos de justicia y equidad social.

El capitán Rojas acusó en el proceso de estar simplemente cumpliendo las órdenes de Azaña, quien había indicado hacer el mayor número de muertos, mediante la frase: "No quiero heridos, los tiros a la barriga". Sin embargo, en el juicio posterior no se probaron estos comentarios.

El periódico de la CNT describió los hechos como "Fue una razzia de mercenarios de la Legión en un aduar rifeño". Numerosos periodistas y militantes ácratas, entre ellos Ramón J. Sender, Eduardo de Guzmán y Francisco Ascaso, acudieron días después de los sucesos a la localidad a cubrir la noticia y solidarizarse con los vecinos represaliados.

En julio de 1934, 26 campesinos de Casas Viejas fueron juzgados por los delitos de posesión de armas de guerra y ejecución de actos contra las fuerzas armadas. Diez fueron absueltos y, de los restantes, uno condenado a 6 años de prisión, cuatro a 5 años, dos a 3 años, seis a 2 años y tres a 1 año.


martes, 1 de marzo de 2011