martes, 31 de mayo de 2011

Pongalo en H

César Manrique








Nació el 24 de abril de 1919 en Arrecife, en el seno de una familia de clase media, y desde muy temprana edad evidenció su facilidad para el dibujo y su admiración por autores como Picasso, Matisse y Braque. Su infancia transcurrió entre el Charco de San Ginés —zona de Arrecife cercana al puerto y núcleo original de la población— y la Caleta de Famara, lugar que inspiró su posterior vinculación con la defensa del patrimonio natural de la isla de Lanzarote.

Al estallar la Guerra Civil española en 1936, se alistó como voluntario en el bando franquista, sirviendo en el cuerpo de artillería de Ceuta y combatiendo más tarde en distintos frentes peninsulares. Nunca quiso hablar de su atroz experiencia en la guerra, y al regresar a casa en 1939, aún vistiendo el uniforme, se despojó de la ropa, la pisoteó con rabia y le prendió fuego.

Concluida la guerra, ingresó en la Universidad de La Laguna para estudiar arquitectura técnica, pero después de dos años abandonó la carrera para trasladarse a Madrid y, gracias a una beca concedida por la Capitanía General de Canarias, ingresar en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando donde se graduó como profesor de arte y pintura en 1945. Ya en 1942 tiene lugar su primera exposición individual en Arrecife, y con el auge del surrealismo en la década de los 50 funda la galería Fernando Fé, la primera galería no figurativa de España. Durante esa época realizó murales en Lanzarote, como el del Aeropuerto de Guacimeta y el parador de Turismo de Arrecife, y en la península, y expone su trabajo en varios países.

En 1964 se trasladó a Nueva York donde expuso, entre otras, en la Galería Catherine Viviano y tuvo contacto con las corrientes artísticas norteamericanas.

En 1966 se instala definitivamente en Lanzarote, donde comenzaba a desarrollarse el sector turístico. A partir de 1973 comienza su estrecha colaboración con el arquitecto Fernando Higueras, quien en 1962 había proyectado la casa de César Manrique en Camorritos, en las afueras de Madrid. Ambos acometen diversos proyectos dentro de la isla lanzaroteña, comenzando por las obras del Mirador del Río. Durante las décadas de los 70 y 80 tiene lugar una importante actividad como creador de espacios perfectamente integrados en el entorno natural. También participó en proyectos en otras islas del archipiélago y otros lugares de España, como el Centro Comercial La Vaguada 1983 en Madrid.

En 1988 traslada su residencia a su nueva casa de Haría, construida y decorada por Manrique y publica "Escrito en el fuego".

Murió en un accidente de tráfico el 25 de septiembre de 1992, cerca de la sede de la fundación que lleva su nombre, inaugurada en marzo de ese mismo año.

La Fundación, ubicada en la antigua residencia del artista en Taro Tahíche, acoge hoy en día sus obras (esculturas, dibujos, pinturas...) y las de otros artistas.

Web de César Manrique

sábado, 21 de mayo de 2011

Andy Warhol


Andrew Warhola (Pittsburg, 6 de agosto de 1928 - Nueva York, 22 de febrero de 1987), más comúnmente conocido como Andy Warhol, fue un artista plástico y cineasta estadounidense que desempeñó un papel crucial en el nacimiento y desarrollo del pop art. Tras una exitosa carrera como ilustrador profesional, Warhol adquirió notoriedad mundial por su trabajo en pintura, cine de vanguardia y literatura, notoriedad que vino respaldada por una hábil relación con los medios y por su rol como gurú de la modernidad. Warhol actuó como enlace entre artistas e intelectuales, pero también entre aristócratas, homosexuales, celebridades de Hollywood, drogadictos, modelos, bohemios y pintorescos personajes urbanos.

Uno de los aportes más populares de Warhol fue su declaración sobre los «15 minutos de fama» que cualquier persona puede conseguir. Esta frase en cierta manera vaticinó el actual poder de los medios de comunicación y el apogeo de la prensa amarilla y de los reality shows.

Fue personaje polémico durante su vida - algunos críticos calificaban sus obras como pretenciosas o bromas pesadas - y desde su muerte en 1987 es objeto de numerosas exposiciones retrospectivas, análisis, libros y documentales, además de ser recreado en obras de ficción como la película I Shot Andy Warhol (Mary Harron, 1996). Al margen de la fama y de la polémica, está considerado como uno de los artistas más influyentes del siglo XX debido a su revolucionaria obra.

Martin Luther King



Martin Luther King, Jr. (Atlanta, 15 de enero de 1929 – Memphis, 4 de abril de 1968) fue un pastor estadounidense de la iglesia bautista que desarrolló una labor crucial en Estados Unidos al frente del Movimiento por los derechos civiles para los afroamericanos y que, además, participó como activista en numerosas protestas contra la Guerra de Vietnam y la pobreza en general.

Por esa actividad encaminada a terminar con el apartheid estadounidense y la discriminación racial a través de medios no violentos, fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz en 1964. Cuatro años después, en una época en que su labor se había orientado especialmente hacia la oposición a la guerra y la lucha contra la pobreza, fue asesinado en Memphis, cuando se preparaba para liderar una manifestación.

Luther King, activista de los derechos civiles desde muy joven, organizó y llevó a cabo diversas actividades pacíficas reclamando el derecho al voto, la no discriminación y otros derechos civiles básicos para la gente de raza negra de los Estados Unidos. Entre sus acciones más recordadas están el boicot de autobuses en Montgomery, en 1955; su apoyo a la fundación de la Southern Christian Leadership Conference, en 1957 (de la que sería su primer presidente); y el liderazgo de la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad, en 1963, al final de la cual pronunciaría su famoso discurso "I have a dream" (‘yo tengo un sueño’), gracias al cual se extendería por todo el país la conciencia pública sobre el movimiento de los derechos civiles y se consolidaría como uno de los más grandes oradores de la historia estadounidense.
La mayor parte de los derechos largamente reclamados por el movimiento serían promulgados legalmente con la aprobación de la Ley de los derechos civiles y la Ley del derecho al voto.

King es recordado como uno de los mayores líderes y héroes de la historia de Estados Unidos, y en la moderna historia de la no violencia. Se le concedió a título póstumo la Medalla Presidencial de la Libertad por Jimmy Carter en 1977 y la Medalla de oro del congreso de los Estados Unidos en 2004. Desde 1986, el Martin Luther King Day es día festivo en los Estados Unidos.

Ofensiva del tet

A fines de enero de 2008 se cumplió el 40 aniversario de un evento que sorprendió al mundo, cambió el curso de la historia, y sigue preñado de lecciones para nuestros días. En las primeras horas del 31 de enero de 1968, soldados del Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur y el Ejército de Vietnam del Norte lanzaron lo que llegó a ser conocido como la Ofensiva del Tet (Coincidió con Tet Nguyen Dan, el nuevo año lunar) contra los ocupantes estadounidenses y su gobierno títere.


Los insurgentes atacaron simultáneamente en todo el país, en más de cien ciudades y localidades, de Pleiku en las tierras altas a Danang en la costa, de Khe Sanh en el norte al Delta del Mekong en el extremo sur. El historiador estadounidense Stanley Karnow describe la Ofensiva del Tet como una ‘ofensiva sorpresa de extraordinaria intensidad y de sorprendente alcance... que por primera vez llevó audazmente la guerra de su marco rural a una nueva arena – las áreas urbanas supuestamente impregnables de Vietnam del Sur.’ Al ser atacadas las comisarías, los barracones militares, prisiones y oficinas gubernamentales, sólo las bases fuertemente fortificadas de EE.UU. se mantuvieron seguras, y los insurgentes rompieron incluso los muros en algunas de ellas. Lo más espectacular fue cuando un grupo de 19 comandos se abrió paso hasta el complejo de la embajada de EE.UU. en Saigón, donde resistió durante seis horas y media – tiempo suficiente para que las imágenes de su rebeldía fueran transmitidas a todo el mundo.


Hue, la antigua capital y tercera ciudad del sur por su tamaño, fue sólo recapturada por EE.UU. después de veinticinco días de feroces combates casa por casa. Ambos lados cometieron allí atrocidades contra la población civil y, al terminar la batalla, 116.000 de la población de la ciudad de 140.000 fueron dejados sin vivienda. EE.UU. había perdido 216 soldados; sus oponentes entre 3.000 y 5.000.


En todo el país, las pérdidas del FLN y de los norvietnamitas alcanzaron proporciones aterradoras. Tal vez haya muerto una mitad – 45.000 – de los soldados involucrados en la ofensiva inicial. Lo que es más, no pudieron conservar ninguna parte del terreno que habían capturado. El objetivo había sido precipitar un levantamiento popular en el sur. Cuando no se materializó – en parte porque el Partido Comunista era débil entre los trabajadores urbanos – prevaleció el armamento superior de EE.UU.


En su notable novela, “The Sorrow of War,” el escritor vietnamita (y veterano del conflicto) Bao Ninh, describe la terrible retirada de Saigón de los insurgentes, perseguidos por tierra y aire por las fuerzas de EE.UU., arrastrando en camillas a sus heridos a través de las montañas, la maraña selvática y el terreno convertido en polvo por los B52. En menos de una quincena fueron rodeados dos veces, y dos veces rompieron el cerco, combatiendo intrépidamente... Carecían de alimentos y sus unidades habían sido despedazadas...’


La contraofensiva de EE.UU. fue feroz e indiscriminada. Las áreas urbanas en manos del FLN fueron pulverizadas. Dentro de dos semanas, 630.000 civiles vietnamitas se convirtieron en refugiados. El 7 de febrero, cuando EE.UU. recapturó el terreno baldío que había sido Beltre, la ciudad del delta del Mekong, un mayor estadounidense explicó a la prensa: ‘Fue necesario destruir la ciudad para salvarla.’ Poco después, mientras purgaban Saigón de presuntos colaboradores, el general Ngoc Lona, jefe de la policía nacional de Sudvietnam fue filmado mientras asesinaba calmadamente a un prisionero maniatado disparándole en la cabeza. Esta imagen también circuló por el mundo, debilitando aún más las afirmaciones estadounidenses de su intención moral. Lo peor aún no había pasado – aunque el público no lo supo hasta dos años después – cuando, el 16 de marzo, soldados de EE.UU. entraron en la aldea de My Lai y masacraron a 500 campesinos desarmados, en su mayoría mujeres y niños.


La Ofensiva del Tet es descrita a veces como un desastre militar que se convirtió en un triunfo político. Años más tarde, el general Tran Do, uno de los arquitectos de la ofensiva, comentó: “Con toda honestidad, no logramos nuestro objetivo principal, que era incitar levantamientos en todo el sur. A pesar de ello, infligimos fuertes pérdidas a los estadounidenses y a sus marionetas, y eso fue un gran logro para nosotros. En cuanto al impacto en EE.UU., no había sido nuestra intención – pero resultó ser un resultado afortunado.”


Para un público estadounidense formado en la creencia en la supremacía sin igual de EE.UU. en lo militar y moral, Tet fue un choque. Durante tres años, le habían asegurado que la guerra en Vietnam estaba siendo ganada. Sólo el 21 de noviembre de 1967, el general William Westmoreland, comandante de EE.UU. en Vietnam, había informado a los crédulos medios que los comunistas eran “incapaces de montar una ofensiva importante.”


La Ofensiva del Tet hizo insostenible la disparidad entre las afirmaciones del gobierno de EE.UU. y la realidad en el terreno. El movimiento contra la guerra que había estado ganando fuerza durante dos años, fue vindicado. Voces influyentes en los círculos gobernantes abandonaron la guerra. Un editorial en el Wall Street Journal formuló: “El público estadounidense debiera prepararse para aceptar, si no lo ha hecho todavía, la perspectiva de que todo el esfuerzo en Vietnam podría estar condenado.” En la primaria de Nueva Hampshire, realizada el 12 de marzo, el presidente Lyndon Johnson fue embarazado por los fuertes resultados del candidato contra la guerra Eugene McCarthy. Cuatro días después, Robert Kennedy anunció que desafiaría a Johnson en la carrera a la Casa Blanca. El 31 de marzo, dos meses después de Tet, el presidente anunció que no buscaría la reelección, y ofreció abrir negociaciones con los norvietnamitas, que aceptaron el 3 de abril.


La Ofensiva del Tet causó miedo y temblores en los corredores del poder, pero en el mundo en general inspiró a millones. El espectáculo del desafío al mayor poder del planeta y su humillación por un ejército de pobres alentó a los radicales por doquier a cuestionar jerarquías establecidas desde hace mucho tiempo. Las insurgencias estudiantiles por las que se hizo famoso el año 1968 comenzaron después de Tet, primero en Alemania e Italia en febrero, extendiéndose luego a EE.UU., y con su clímax en Francia en mayo.


Sin embargo, la guerra de EE.UU. en Vietnam continuaría con su furia destructora durante cuatro años más. La política de EE.UU. cambió después de Tet: hacia lo que llegó a ser conocido como “vietnamización,” en la que el riesgo para los soldados de EE.UU. fue limitado y se aumentó la dependencia del poder aéreo. Las bajas estadounidenses fueron continuamente reducidas, de 16.000 en 1968, a 6.000 en 1970 y 600 en 1972. Mientras tanto, sin embargo, las bajas del otro lado aumentaron sin parar. Tal vez la mitad de los 5 millones muertos durante el conflicto EE.UU.-Vietnam (según cifras del gobierno de Vietnam) perecieron durante estos años posteriores al Tet. Vastas superficies del país fueron destruidas e intoxicadas. En mayo de 1970, EE.UU. expandió la guerra a Camboya y Laos, matando a otros 700.000.


Ésta es la siniestra lección para Iraq. Hay pocas cosas que sean tan peligrosas como un poder imperial en retirada. Sí, la guerra de Iraq está desacreditada, sus arquitectos abandonarán pronto sus puestos, y los principales candidatos presidenciales de EE.UU. dicen que quieren reducir la presencia de tropas de EE.UU. Ninguno, sin embargo, parece dispuesto a abandonar la misión de EE.UU. en Iraq, que es también apoyada por una serie de fuerzas corporativas, especialmente las compañías petroleras. Como mostró Vietnam, la alternativa a una retirada rápida y completa no es un compromiso feliz, sino una prolongada devastación.

El coche de gasógeno:


Debido a la dictadura impuesta por Franco, España sufrió un aislamiento internacional por causa del sistema económico autárquico que se había impuesto en aquel entonces, así que no había otra manera que ingeniárselas como uno podía para seguir escapando con lo que se tenía, de ahí surgieron estos ingeniosos coches "made in Spain".

El Biscuter




No sería posible describir los años cincuenta en España sin el Biscuter dada su popularidad ya que significó el acceso del españolito a un vehículo de cuatro ruedas. Con un coste de 25.000,- Ptas "sólo" representaban el sueldo de 3 años cuando para adquirir un caro vehículo importado se necesitaban casi las 100.000,- Ptas de la época (un sueldo aproximado de unos 10 años).

El principio de la historia: Pese a lo que significó en la España de la posguerra y a su arraigo popular (que dio lugar a chistes, chascarrillos como "es más fea que un Biscuter", etc.) fue obra de un ingeniero francés: Gabriel Voisin pionero de la aviación (construyó el primer aeroplano que voló sobre Europa) y fabricante de vehículos en Francia, que en 1920 diseñó un microcoche llamado "Sulky" de motor dos tiempos trasero que finalmente no se produjo. Una vez terminada la segunda guerra mundial Voisin empezó a trabajar otra vez en la idea del cochecillo de dos plazas y durante los años 1947/48 diseñó un nuevo vehículo de carrocería monocasco de aluminio fabricada por Potez y motor delantero de dos tiempos 125 cc marca Gnome & Rhone (quien debía de producir el vehículo) que fue presentado en el Salón de París de 1949 bajo el nombre de Biscooter. El pequeño Voisin fue un gran éxito y se llegaron a admitir casi 1.500 pedidos en firme, aunque un estudió de mercado posterior no aconsejo su producción, lo que unido a las desavenencias de Voisin con Gnome Rhone parecía indicar que el proyecto quedaría en el más absoluto de los olvidos, pero un grupo de empresarios españoles supo ver las posibilidades que el vehículo tendría en una España sedienta de motorizarse y se adquirió la patente a la empresa francesa "Compagnie Aeromecanique Francaise" para comenzar su producción en España.

La empresa: En 1953 se creó la empresa "Auto Nacional, S.A." en San Adrián del Besós con José María Marcet Coll, conocido empresario además de alcalde y presidente del Aeroclub de Sabadell como presidente y Damián Casanova como jefe de taller. Gabriel Voisin supervisó el proyecto e incluso se desplazó de un tirón desde París a Barcelona con el prototipo en cuestión, toda una gesta si se tiene en cuenta que Voisin contaba ya con 77 años. En la Feria de Muestras de 1953 se presentó (ahora con motor Hispano Villiers de 197 cc) y fue un rotundo éxito lo que animó a la empresa a producirlo al año siguiente bajo el nombre de Biscuter Autonacional Voisin ( el nombre Biscuter proviene de la españolización del termino Bi-scooter ya que se podría considerar a este coche como un doble scooter o un scooter con 4 ruedas). Se fabricaron aproximadamente 10.000 unidades entre el turismo, las furgonetas y el coupé.

Características técnicas: Motor: Hispano Villiers fabricado en España bajo licencia de la empresa británica "The Villiers Engineering Co" de dos tiempos monocilíndrico de 197 cc (59x72 mm), compresión de 7,25: 1, potencia de 9 caballos a 4800 rpm con un régimen máximo de 5800 rpm. La refrigeración es mixta aire con culata refrigerada por aceite (2,4 litros), lo que dio lugar a una espectacular culata que mas bien parecía propia de un tricilíndrico que de un sencillo monocilíndrico. La citada culata era de aluminio y el cilindro de fundición. Carburador: dell’Orto 24 horizontal. Transmisión; 3 marchas adelante (sin marcha atrás) con palanca de cambios en el volante y transmisión a las ruedas delanteras por cadenas. A partir de 1955 se implemento la marcha atrás mediante un inversor de giro por lo que el vehículo disponía de ¡3 marchas atrás!. Las relaciones eran 1ª 2,97: 1, 2ª 1,60: 1, 3ª 1:1. Relación del puente: 5,5; 1. Equipo eléctrico: Batería de 6 voltios y 36w. Rectificador de selenio. Claxon. Dos faros con luces de carretera, cruce y ciudad. Faro piloto-stop. Limpiaparabrisas. Arranque manual en los primeros modelos y posteriormente también eléctrico. Dirección: cremallera. Frenos: De tambor, el delantero sobre el diferencial y los traseros sobre las ruedas. Los modelos coupé, furgoneta y rubia disponían de frenos a las cuatro ruedas. Suspensión: Cuatro ruedas independientes, telehidráulica, por resortes espirales y elementos de caucho. Ruedas: Cuatro con neumáticos 400 x 8, llantas de disco y rueda de recambio. Chasis: monocasco con carrocería de duraluminio y posteriormente de chapa de acero.

Modelos y carrocerías:

Turismo normal (100 y 200 A): fue el primer modelo producido y el más popular (se le conocía como "zapatilla"), disponía de carrocería descubierta con capota de lona y como opción puertas con ventana también de lona y un único asiento corrido para dos adultos (en los folletos de propaganda se anunciaban 2/3 plazas). El modelo 100 disponía de una carrocería de aluminio y 240 Kg de peso mientras que el posterior 200-A, Soportaba una pesada carrocería de acero que elevaba su peso a 295 Kg.

Medidas: Largo: 2,56 mts. Ancho: 1,10 mts. Alto 1,38 mts, Velocidad: 76 Kms/hora, Consumo: 4,5 litros/100 Kms "de mezcla" (en realidad casi el doble)

Comercial o Rubia (200 C): Versión familiar con caja de madera y cubierta metálica al estilo de las "rubias" americanas con capacidad para 4 personas o 2 personas y carga de 200 Kgs.

Furgoneta (200 I): El añadir una caja de madera a la versión familiar (200c) dio como resultado una camioneta y una furgoneta con toldo de lona capaz de cargar 250 Kgs mas el conductor.

Medidas: Largo: 2,95 mts. Ancho: 1,22 mts. Alto 1,52 mts, Peso: 320 Kgs, Velocidad: 65 Kms/hora

Medidas: Largo: 2,75 mts. Ancho: 1,11 mts. Alto 1,11 mts, Peso: 320 Kgs, Velocidad: 65 Kms/hora

Coupé (200 F): Presentado en 1957 fue el ultimo de la saga. Tuvo escaso éxito pese a que se trataba de un cabriolet de carrocería de plástico de agraciadas formas (con cierto parecido con el Pegaso, no en vano se le denomino popularmente "Pegasín") con capota de lona y hard-top opcional diseñado por Serra (que también diseño el bonito Clua)

Medidas: Largo: 3,03 mts. Ancho: 1,22 mts. Alto: 1,23 mts, Peso: 310 Kgs, Velocidad: 76 Kms/hora

El final: Como a la gran mayoría de microcoches de la época le llegó su hora con la aparición del 600 por lo que la empresa cerró en 1960 si bien no se produjeron coches desde el año anterior. Se quedaron en el tintero proyectos como la versión de cuatro plazas e incluso una furgoneta de mayores dimensiones. Como curiosidad mencionaré que a mediados de los años 80 se estudió la posibilidad de fabricarlo en la población sevillana de Lora del Rio y pese a la gran repercusión que tuvo esta iniciativa se desestimó ya que aparentemente carecía de la más mínima lógica comercial... o quizá la tuviera ya que en estos últimos años se están importando principalmente de Francia varios vehículos de concepción similar que no requieren carné de conducir (se estima que en Europa se venden unas 25.000 unidades al año), pero eso es otra historia y ya la contaremos dentro de 30 o 40 años...

“Eva Perón en España”, (1947)


El viaje de Eva Perón a España, en 1947, fue el hecho más destacado de las relaciones hispano argentinas de la época. España, gobernada por el régimen de Franco, había sido excluida de los foros internacionales y aislada del resto del mundo, por aplicación de la Resolución 39 dictada en la 59º sesión plenaria de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU, en 12 de diciembre de 1946.

Argentina hizo frente a la resolución de la ONU, adoptando un acuerdo para la venta de cereales y alimentos a crédito, en octubre de 1946. Por otra parte, no solo fue proveedora de alimentos a un país jaqueado por el hambre. Nombró embajador al doctor Pedro J. Radío, quien fue recibido multitudinariamente por la población madrileña el 16 de enero de 1947, hecho reflejado por la prensa, entre otros por el ABC de 17 de enero, que tituló “Madrid tributó ayer un indescriptible recibimiento al nuevo embajador de la Argentina en España”.

Además, Argentina representó los intereses de España ante Estados manifiestamente hostiles, como los del bloque soviético, desarrollando también una intensa y efectiva campaña ante los estados iberoamericanos para mitigar el bloqueo internacional impuesto al Gobierno de Franco –al que no eran ajenos Gran Bretaña y los Estados Unidos de América-, a la vez que promovía la incorporación de España en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El embajador y delegado argentino ante la ONU, doctor José Arce y Arce, defendió acertadamente dicha posición. En noviembre de 1947 los delegados de Yugoslavia y de Bielorrusia en la ONU atacaron al Dr. José Arce y condenaron a la Argentina por apoyar "al último resto del eje Roma-Berlín"; el canciller bielorruso, Kuzma Kiseler, recriminó a Arce, señalando que el apoyo a Franco era la continuación del otorgado por Argentina a Hitler y a Mussolini durante la Segunda Guerra Mundial. La acusación fue rechazada por Arce, quien explicó que, desde su posición, él defendía la Carta de las Naciones Unidas, en cuanto prohíbe la intervención en los asuntos internos de un Estado soberano y "…las glorias de España y no las de un régimen que rige en España actualmente".

En éste marco, hacia las 16,23 hs. del 6 de junio de 1947, desde el aeropuerto Presidente Rivadavia, en las afueras de Castelar (provincia de Buenos Aires) decolaba la aeronave de Iberia que llevaba a España a doña María Eva Duarte de Perón, seguida por otro DC-4 de la Flota Aérea Mercante Argentina (FAMA), transportando equipaje y algunos viajeros de la comitiva.
Con el viaje de la esposa del entonces presidente de la Nación, general D. Juan Domingo Perón, Argentina dio prueba indudable de su reconocimiento a España. El año siguiente, el 18 de octubre de 1948 se firmaba en Buenos Aires el Convenio sobre Migración, como protocolo adicional de los acuerdos comerciales anteriores, haciendo posible que miles de españoles pudieran llegar a radicarse en suelo argentino.

El viaje de Eva Perón a España, desde su partida, el 6 de junio de 1947, hasta su despedida en Barcelona, jueves 26 de junio de 1947. Incluyendo su visita a Andalucía, desde el domingo 15 de junio, cuando llegara a Granada, hasta su despedida, en Sevilla, el día jueves 19.

miércoles, 18 de mayo de 2011

La transición entre muros de la cárcel de Zamora

Curas rojos, sacerdotes vascos del proceso de Burgos, presos comunes encuadrados en la Copel, jóvenes delincuentes como el Vaquilla, miembros del PCE, de los GRAPO, hasta llegar a lo más cualificado de la ultraderecha española. Todo un curioso muestrario humano de la transición política y social de España cruzó el umbral de la prisión de Zamora. La prisión ha saltado nuevamente a la actualidad por albergar a 13 presos de la ultraderecha, entre ellos varios encausados en la matanza de Atocha y el condenado por el asesinato de la joven Yolanda González, Emilio Hellín, a quien recientemente el juez de vigilancia penitenciaria de Valladolid ha concedido un polémico permiso.

ENVIADA ESPECIALSólo desde la terraza de la enfermería, la visión del Duero, imposible desde las celdas, puede mitigar la sensación de encierro. Francisco García-Salve recuerda, sin embargo, haber visto desde su celda, desde los baños, desde algún sitio, al menos la línea de árboles que bordea el río, cuando la niebla, frecuente y espesísima en los inviernos de Zamora, no aísla la prisión de su entorno, hasta cegar incluso los reflectores de seguridad.

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Han pasado más de diez años desde que el 24 de noviembre de 1975 el que fuera jesuita y militante del PCE -"no tenía todavía el carné, pero ya estaba en el partido"- abandonó la cárcel de Zamora tras cumplir una condena por asociación ilícita que quedó interrumpida por el indulto concedido a la muerte del general Franco, con los estudios de derecho prácticamente concluidos y la firme decisión de colgar los hábitos. "De la prisión recuerdo el frío. Había un corredor abierto que daba al patio, que era algo terrible en los inviernos". El corredor, en el ala llamada provincial, donde se albergó, desde 1968 en que llegaron los primeros, a los sacerdotes que debían cumplir una condena penal, está ya acristalado, aunque el frío entra por todas partes, y llega incluso hasta la amplia sala donde los presos comunes que hoy cumplen aquí condena o esperan juicio, ven la televisión.

"Lo peor fueron los 227 días seguidos que me pasé en celdas de castigo, donde no te permitían tener ninguna manta". -recuerda García Salve- "Yo me envolvía los pies en papel higiénico, y gracias que algún funcionario caritativo te ponía una toalla en el suelo".

Hoy los 13 presos ultraderechistas encerrados en el primitivo ala celular de la prisión, a esta hora vacia, limpia y en perfecto orden, cuentan con las ventajas que ha impuesto el signo de los tiempos. "Ya son posibles tres comunicaciones semanales, vis-a-vis, con la esposa, o la compañera, o la amiga, siempre que sea la misma todas las veces -señala Gerardo Prieto, director de la cárcel de Zamora desde el 6 de julio de 1983-, y por supuesto se les permite leer todo lo publicado legalmente". "Pero, aun así -comenta otro de los funcionarios más veteranos de Zamora-, yo le digo que estos ultras están muy abandonados. No han recibido más visitas que las de sus familiares, y se les ve que no tienen mucho dinero. Cuando estaban los curas, por aquí pasaron cantidad de obispos: Setién, Cirarda, muchísimos. Luego, con los grapos, qué le voy a decir. Además que se les veía manejar dinero, vaya que el partido suyo les cuidaba".

Quizá de todas las etapas conflictivas que ha vivido esta cárcel, la más tormentosa, al menos para los periodistas locales, fue el año en que los grapos permanecieron encerrados en ella. "Eran terribles las broncas que organizaban sus familias. Recuerdo que todos teníamos cierta psicosis de pánico en Zamora", comenta un informador local. Pero en la calle la gente se encoge de hombros cuando se le pregunta por la cárcel. "¿Que hay cuántos ultras? Ah, pues ni idea. Yo, la verdad es que estoy más preocupada por el paro. La cárcel me da igual", comenta la dueña de una tienda de lanas. Nadie parece saber nada de los internos actuales, aunque la mayoría recuerda vagamente a los curas o a los grapos. "Sí, algo recuerdo de una fuga muy grande -comenta el dueño de una antigua pañería de la plaza Mayor- porque había muchos controles en las carreteras". Y es que la prisión de Zamora ha sufrido también un intenso historial de fugas o intentos fallidos de evasión.

Bajo el módulo del provincial está el lugar, convenientemente tapado ya, en que los curas vascos excavaron en 1976 el primer túnel en un intento de huída que quedó tan sólo en eso, al ser descubierto a tiempo por los funcionarios. Sin embargo, el suelo de arenilla sobre el que se asienta la prisión, la proximidad de la frontera portuguesa -poco más de 60 kilómetros- y la densa niebla que circunda el recinto en invierno propiciaron una sonada fuga en diciembre de 1979. La fuga de los cinco cerebros de los GRAPO encerrados desde diciembre del año anterior en Zamora. Enrique Cerdán Calixto, Abelardo Collazo Araujo, Fernando Hierro Chomón, Francisco Brotons Beneyto y Juan Martín Luna consiguieron la libertad gracias a un nuevo túnel que en aquella ocasión sí llegó al exterior.

"Qué quiere que le diga de aquellos días en que dirigí la cárcel de Zamora". Pedro Romero, hoy inspector de Servicios de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, instalado en Madrid, prefiere no decir nada, casi nada, de aquel mes y medio escaso de 1979 en el que "pasamos de tener 42 a 83 grapos, además de los comunes que habían llegado de la prisión de Segovia. Para los grapos teníamos sólo 29 celdas, y claro, hubo que juntarles con los comunes. En el poco tiempo que estuve en Zamora tuve tres huelgas de hambre salvajes y luego la fuga". "Todavía está sin resolver el recurso que interpuse contra mi sancion, asi es que prefiero no decir nada".


Guerra psicológica
Jesús Domingo Guerra, hoy profesor de EGB en Toro, y en los años setenta funcionario de la cárcel de Zamora, tampoco quiere darle muchas vueltas a su memoria para rescatar aquel episodio. "Recuerdo aquella etapa como muy tensa, muy desagradable. Los internos, todos ellos muy politizados, mantenían una auténtica guerra psicológica contra nosotros los funcionarios". Domingo Guerra se acuerda muy vagamente del incendio de la capilla que provocaron los curas presos y de cómo los funcionarios se sentían en medio de una guerra implacable.Hoy, 118 presos, la mayoría por delitos comunes, viven en Zamora una vida casi mineral. En la parte nueva, con calefacción central y televisor en color, los chicos se benefician de la programación matinal, que cuenta con mayor afición que la práctica del deporte, el trabajo de los talleres o aquel ajedrez y frontón al que eran tan aficionados los curas. "Estudiar, la verdad es que los ultras estudian todos menos dos. Los de antes también lo hacían" -recuerda otro funcionario- "Bueno, los vascos, cosas relacionadas con la historia de Euskadi y su idioma, pero carrera universitaria sólo recuerdo que la estudiara García-Salve".

Pese al frío, dos o tres presos instalados en la enfermería pasan la mañana en la terraza con vistas al Duero. Un sexagenario que cumple condena por homicidio saluda afectuoso al director del centro y a sus acompañantes. "No se crea usted lo que le digan otros -dice a los periodistas-; aquí estamos estupendamente, bueno, dentro de lo que cabe. Claro, yo, además, tengo permiso de fin de semana, pero es que a las personas buenas", -sentencia- "se les trata bien en todas partes".

IFNI LA Guerra que perdió Franco

Apareció el marroquí con un borrico, seguido por otras dos personas. Cuando los militares españoles les dieron el alto, empezaron a disparar. Disparaban los tres marroquíes, pero también disparaban otros desde las casas próximas y muchos más que debían llevar horas emboscados en los palmerales de las riberas. El cauce seco, que hasta ese momento había estado sumido en una oscuridad apacible, se iluminó como el infierno. Los españoles respondieron con sus armas, a discreción. Uno de ellos, que hacía guardia en los polvorines, cayó muerto. Quince minutos más tarde, los disparos cesaron tan súbitamente como habían empezado. Entonces cuatro soldados se aventuraron por la ribera derecha, con la intención de sorprender a los rebeldes por la espalda. Avanzaban entre tinieblas. Un subfusil crepitó y la ráfaga abatió a los tres primeros. Aun herido, uno de ellos pudo lanzar una granada contra el lugar desde el que les habían disparado. El que había quedado ileso aprovechó la explosión y se lanzó sobre el rebelde emboscado. La lucha era cuerpo a cuerpo. Todo terminó cuando el soldado herido que había lanzado la granada logró recuperar su fusil y, de un tiro en la cara, acabó con el marroquí.

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Ifni y Sáhara se convirtieron en refugio de militares con ínfulas

Franco ordenó precaución para no enfadar a Marruecos

El verano de 1957, la tensión era máxima. Muchos militares nativos se pasaban al enemigo

La misera de la tropa era tal que hubo que permitir que los soldados desfilaran en alpargatas

Sitiados en la loma, los españoles aguantaron seis días bebiendo su orín y chupando plantas
Así comenzó la última guerra librada por España en Marruecos. Sucedió en las afueras de Sidi Ifni a las seis menos cuarto de la madrugada del 23 de noviembre de 1957. Por orden de Franco, la opinión pública nunca fue informada de las dimensiones del conflicto, que se extendió al Sáhara y provocó 198 muertos, 574 heridos y 80 desaparecidos entre los soldados españoles que protegían las colonias y un número indeterminado de bajas entre los partisanos marroquíes del Ejército de Liberación que trataban de desalojarlos.

Ifni era entonces un destino codiciado por los militares profesionales. La independencia de Marruecos, proclamada poco más de un año antes, había dejado huérfanos a miles de africanistas. Como el propio dictador, ellos habían hallado en el país vecino una vía rápida para ascender, sueldos que duplicaban a los de sus compañeros de la Península y un prestigio social impensable en la metrópoli, donde sólo podían aspirar al pluriempleo. Finiquitado el Protectorado del Norte y expulsados del Rif y del Yebala, sólo les quedaban Ifni y el Sáhara para continuar disfrutando de una sociedad a su medida. Las dos colonias olvidadas se habían convertido en su último refugio.

EL SÁHARA OCCIDENTAL (entonces Sáhara Español) era un desierto habitado por menos de cien mil nómadas en donde la arena y el siroco amargaban la existencia a los españoles. Pero Ifni era un lugar de extraña belleza, con altos montes de tierra roja cubiertos de cactus de un verde brillante y regado por numerosos arroyos. El territorio, de 1.700 kilómetros cuadrados (tres veces el municipio de Madrid), se hallaba incrustado al sur de Agadir. El Atlántico batía sus 60 kilómetros de costa y suavizaba la temperatura. Cuando estalló el conflicto, estaba habitado por 50.000 personas. De ellas, sólo el 18% eran europeas: militares, funcionarios, comerciantes y sus familias. Las demás eran bereberes pertenecientes a la tribu Ait Baamarán, que 20 años antes había contribuido con 11.000 hombres a la Cruzada de Franco.

Los españoles no llevaban mucho tiempo en Ifni. Aunque, en teoría, su presencia se remontaba a cinco siglos, sólo se había materializado 13 años antes del estallido del conflicto. En 1934 el Gobierno de la República había encomendado ocupar el territorio al coronel Osvaldo Capaz. Él eligió el lugar en donde fue levantada la ciudad de Sidi Ifni, que pronto se convirtió en la capital del África Occidental Española. Estaba situada sobre una meseta, al borde del océano y en torno al aeropuerto. La calle principal, en la que se hallaban las oficinas de Correos, el cine y los principales comercios, marcaba la división entre sus habitantes: de un lado, las casas de los europeos; del otro, el “barrio moro”, donde los primeros no solían aventurarse. El interior del territorio estaba salpicado de fuertes y puestos militares en torno a los cuales los nativos habían instalado jaimas o levantado casas de adobe. El cable telefónico era la única comunicación entre esos puestos y la capital.

CUANDO A FRANCO le comunicaron que los guerrilleros del Ejército de Liberación habían lanzado un ataque general contra Ifni, ordenó al almirante Carrero Blanco, entonces ministro de la Presidencia, evitar a toda costa un baño de sangre que provocara la guerra con Marruecos. Esa idea ya venía siendo repetida por Carrero en sus misivas a los sucesivos gobernadores del África Occidental: “El Ejército de Liberación es un instrumento de la URSS, con el que persigue crear dificultades a los occidentales en África”, le escribió el 21 de marzo de 1957 al entonces gobernador, el general Ramón Pardo de Santayana. “Nos interesa conservar nuestro territorio sin crear dificultades a nuestras relaciones con Rabat y nos conviene acabar con el Ejército de Liberación sin llegar a una situación de guerra, con una activa política de desprestigio”, informando a “nuestros indígenas” de que sus integrantes “son unos malos musulmanes que sirven a Rusia, enemiga de Dios, y que son traidores al sultán”.

La realidad tenía poco que ver con lo que escribía el almirante. El Ejército de Liberación estaba formado por miembros del partido nacionalista Istiqlal, era respaldado por el sultán Mohamed V y estaba dirigido desde la sombra por el príncipe Muley Hassan, que cuatro años más tarde subiría a trono con el nombre de Hassan II. Su jefe directo era un antiguo mercenario de la Legión Extranjera francesa llamado Ben Hamú. Los rebeldes habían instalado su cuartel general en la localidad marroquí de Gulimín, fronteriza con Ifni y a 50 kilómetros de Sidi Ifni. Eran entre 4.000 y 5.000 hombres y mantenían sitiado el territorio. Los soldados españoles encargados de defenderlo no llegaban a la mitad: eran menos de 2.000.

Los primeros heraldos de la guerra habían aparecido en enero. El día 29 de ese mes, los rebeldes arrancaron 50 metros de cable telefónico y dejaron incomunicado el puesto fronterizo de Tiliuín, al sur. A primeros de marzo, una bomba mató a un niño e hirió gravemente a su madre en Zoco el Arbag. El 6 de mayo mataron a tiros a un alférez indígena de la policía; el día 7, a un sargento, y el día 9, a un agente. El 12 de junio, en la calle principal de Sidi Ifni, asesinaron de un tiro en la espalda a un capitán de Tiradores de origen marroquí. El día 18 cortaron las comunicaciones telefónicas entre la capital y el puesto de Telata de Isbuía. El 10 de julio fue hallado el cadáver de un policía indígena. El 18 de ese mismo mes ardieron misteriosamente 80.000 litros de gasoil almacenados en la playa de Sidi Ifni. El 10 de agosto, una patrulla española fue tiroteada cuando intentaba reparar la línea telefónica cerca de Tiguisit. Y el 16 de agosto se produjo el primer enfrentamiento armado entre los soldados y los rebeldes marroquíes: una columna que volvía a Sidi Ifni repelió una emboscada cerca de la capital. Cuatro rebeldes murieron y un español resultó herido.

La tensión era máxima en Sidi Ifni. Las tiendas habían echado el cierre, españoles y nativos se habían encerrado en sus casas. Los soldados, armados con un mosquetón y cuatro granadas, patrullaban las calles en grupos de tres. Muchos militares nativos se pasaron a los rebeldes y los mandos decidieron apartar del servicio a buena parte de los demás. Entonces comenzaron a producirse deserciones entre los españoles. Un informe del 15 de septiembre relata que, sólo en la II Bandera Paracaidista, se habían fugado seis soldados y que la mayoría se habían pasado al enemigo.

SI LOS ESPAÑOLES eran pocos, su penuria de medios era escandalosa. Los transportes de la Bandera Paracaidista se reducían a dos jeep, dos camiones Ford y una ambulancia. Los soldados utilizaban viejos mosquetones Mauser. Para los escasos ejercicios de tiro recibían sólo diez balas y cuando acababan de disparar debían entregar los casquillos o devolver los proyectiles sobrantes. Los aviones eran ancianos Junker y Heinkel más peligrosos para sus pasajeros y tripulantes que para el enemigo: en mayo se estrelló uno cuando trataba de despegar (14 muertos) y en agosto se estrelló otro cuando intentaba aterrizar (seis muertos). En vísperas de la guerra, cada soldado disponía de sólo 288 balas. El arsenal parecía extraído de la guerra de Gila, pero los muertos eran de verdad.

La miseria en que se hallaba la tropa ha quedado reflejada en un informe redactado por el jefe de la II Bandera Paracaidista en septiembre de 1957, sólo un mes antes del estallido de la guerra: “El traje de faena comienza a deteriorarse, especialmente en aquellos que sólo tienen un traje de faena, por no haber podido entregar el segundo reglamentario por falta de existencias. En lo que se refiere al calzado (…), se encuentra francamente deteriorado en general. (…) Estas necesidades se han tendido que solucionar permitiendo que los legionarios compraran en el comercio de Ifni calzado no reglamentario y dando orden para que toda clase de servicios e instrucción (…) se realizaran en alpargatas.”

Pocos días antes, el 23 de junio, se había producido un relevo en la cúpula del gobierno del África Occidental. El nuevo gobernador, el general Mariano Gómez de Zamalloa, recibió el primer baño de realidad cuando el Junker que le trasladaba desde Canarias estaba a punto de aterrizar en Sidi Ifni. El teniente coronel encargado de recibirle le comunicó por radio que, dado que todos los soldados estaban movilizados, no disponía de tropa para formarle la guardia de honor en el aeropuerto.

Si el ataque de la madrugada del 23 de noviembre contra Sidi Ifni fue un fracaso, no ocurrió lo mismo con la ofensiva de los rebeldes contra los puestos del interior. Las noticias que llegaban a la capital desde aquellos fuertes aislados eran alarmantes. Hameidusch había caído y su jefe, un sargento, había sido fusilado delante de sus hombres. Bifurna había sido tomado y nada se sabía de sus cinco defensores. En Tabelcut, un teniente, un cabo, un guardia civil y cinco soldados eran dados por desaparecidos. En Tiugsa, que soportaba un duro asedio, los rebeldes habían asesinado a un tendero español y le habían vaciado los ojos. En Tamucha, el teniente que se hallaba al mando había muerto de un tiro en la cabeza. En Tenín había caído un soldado. Telata de Isbuía, al sur del territorio, se hallaba bajo fuego de mortero y varios de sus defensores estaban gravemente heridos. Ésas eran las noticias cuando los guerrilleros comenzaron a cortar los cables del tendido telefónico y, uno tras otro, los puestos fueron quedándose mudos.

TELATA DE ISBUÍA era un cruce de caminos. El fuerte, situado en una hondonada, se hallaba rodeado de montañas muy quebradas. Tal vez porque los asaltantes sabían que contaba con una guarnición importante (130 hombres, de los que casi el 40% eran indígenas) y porque sabían que en el recinto había mujeres y niños, su ataque fue feroz. Los heridos necesitaban atención médica inmediata. El general Gómez de Zamalloa ordenó que una compañía de la Brigada Paracaidista acudiera a su rescate. Aquella decisión desencadenó el episodio más dramático de la guerra.

El convoy, al mando del teniente Antonio Ortiz de Zárate, estaba formado por tres viejos camiones y una ambulancia. Además de los cuatro conductores, en los vehículos viajaban 60 soldados, un capitán médico y un brigada practicante. Cada soldado llevaba rancho para un día (una lata de sardinas, un chusco de pan y una cantimplora de agua) e iba armado con un mosquetón y seis cartucheras con 20 balas cada una. Además, el grupo contaba con una ametralladora, un viejo mortero y una radio. Eran las 17.35 del día 23. En el patio del cuartel de Sidi Ifni y ya con un pie en el estribo del camión, el teniente se despidió de sus compañeros: “¡Entraré en Telata o en el cielo!”, proclamó. Resultó lo segundo, y en el tránsito le acompañaría buena parte de sus hombres.

Desde Sidi Ifni hasta Telata de Isbuía hay 35 kilómetros. El camino entre ambos lugares es hoy un agradable paseo de 20 minutos en coche. Pero para los 66 militares de la expedición de Ortiz de Zárate duró diez días y fue un infierno.

La carretera era un camino de cabras. Nada más partir, comprobaron que los radioteléfonos con los que debían comunicarse entre los vehículos no funcionaban. Avanzaban en fila india, casi al ralentí. En dos horas sólo lograron recorrer 20 kilómetros. A las 19.30 el teniente, que temía una emboscada nocturna, ordenó acampar y situar los vehículos en círculo, con las cabinas apuntando hacia fuera.

A las 7.30 del día siguiente reemprendieron la lenta marcha. Dos horas más tarde se toparon con las primeras barreras colocadas por los rebeldes. Los soldados saltaron de los camiones. Mientras unos retiraban las piedras de la carretera, otros se desplegaban a los lados del camino para protegerlos. Siguieron adelante. A las diez, se averió el primer camión. Lograron volver a arrancarlo, pero los obstáculos colocados en el camino eran cada vez más numerosos y los soldados tuvieron que descender, formar dos columnas y caminar flanqueando los vehículos. A las 10.45 empezaron a dispararles desde tres puntos diferentes. El teniente, que se había parapetado tras la rueda de un camión, ordenó un contraataque. Lograron acabar con cuatro guerrilleros, pero varios soldados cayeron heridos. A uno de los rebeldes lo mató un cabo primero a machetazos.

Continuaron avanzando. Cuatrocientos metros más adelante, ya a la vista de Telata de Isbuía, encontraron la pista completamente cortada por una montaña de piedras y empezaron a lloverles balas. Uno de los soldados cayó con el pecho atravesado. Los rebeldes disparaban desde una loma y el teniente envió un grupo a tomarla. Desde lo alto del monte, Ortiz de Zárate comprendió que era inútil intentar avanzar hacia el fuerte y ordenó hacer un campamento. Envió a un grupo de hombres a recoger las mantas y un poco de comida que habían dejado en los camiones. Al pasar junto al cadáver de su compañero, vieron que lo habían acuchillado en la cara y en el pecho y le habían quitado hasta las botas. Cuando volvían a subir por la ladera, un rebelde surgió tras una roca, soltó una ráfaga y mató a dos de ellos.

AISLADOS EN LO ALTO de la loma, los españoles montaron la enorme radio Marconi para pedir ayuda a Sidi Ifni, pero el aparato no funcionaba. Desesperado, el teniente levantó el trasto sobre su cabeza y lo despeñó por la ladera. El mortero también estaba averiado.

Durante todo ese día y el siguiente fueron hostigados por disparos. Los soldados permanecían tumbados, para ofrecer el menor blanco posible. A las seis de la mañana del día 26, los rebeldes intentaron asaltar la posición. El teniente fue alcanzado por una ráfaga en el pecho y cayó muerto, y un soldado se derrumbó con una bala en la cabeza. A media tarde, un avión lanzó varios paquetes de comida y un paracaídas con una garrafa de agua. Pero los soldados sólo lograron recuperar dos de los paquetes; los demás cayeron en manos de los guerrilleros.

Sitiados en lo alto de la loma, los españoles soportaron durante seis días los ataques de los rebeldes y aplacaron la sed chupando las plantas y bebiéndose sus orines. Por fin, el 2 de diciembre oyeron el cornetín que anunciaba la llegada de refuerzos. Los rebeldes se evaporaron y rescatadores y rescatados se dirigieron con los cadáveres medio podridos al fuerte de Telata, donde fueron recibidos como héroes.

La liberación de Telata de Isbuía y de los otros puestos sitiados costó decenas de vidas. La mayoría de los muertos eran jóvenes soldados de reemplazo. Su sacrificio sirvió de poco. En el palacio del Pardo, Franco había llegado a la conclusión de que aquellos fortines eran indefendibles. Prohibió cualquier intento de reconquistarlos y ordenó que fuesen dinamitados. Las tropas se retiraron a Sidi Ifni y dejaron el resto del territorio en manos de Marruecos. También entregaron a Mohamed V el llamado Protectorado del Sur, una franja de desierto casi tan extensa como Cataluña, situada al norte del Sáhara Occidental. Sólo habían transcurrido tres meses desde el primer ataque contra Sidi Ifni.

Secuestro del diario "Madrid", Calvo Serer: "No al general De Gaulle" (1968)

CASAS DE LOS CORONELES

Coroneles se encuentra situada en La Oliva, destacando sobremanera por sus magnitudes arquitectónicas y por el significado histórico en el ámbito socio-económico de la Isla de Fuerteventura. Está ubicada en medio de un vasto llano que limitan el lomo del Pájaro, la Montaña del frontón, la Montaña de Escanfraga , y el Volcán de la Arena, origen del malpais de mismo nombre. En concreto al sur del núcleo urbano de La Oliva, con la Montaña del Frontón al fondo; el entorno de las edificaciones es completamente llano, surcado tan sólo por los caños que conducen el agua a las diferentes zonas de cultivo, las paredes de piedra de los cercados, y las serventias y viales.

EL EDIFICIO

Dentro del Conjunto se pueden definir cinco tipos de espacios diferentes:
1.- La plaza de armas frente a la Casa limitada al norte por el aljibe, un terreno rectangular de 75 x 55 metros.
2.- El conjunto de edificaciones tradicionales, formado por dos espacios que encierran los dos subgrupos edificatorios, con marcado carácter estancial.
3.- Las caballerizas. Cerco rectangular de 87 x 40 metros, de paredes de piedra seca con dos accesos principales.
4.- La explanada de actos que situamos en la parte norte del aljibe, que ha servido de fuelle de protección del conjunto.
5.- El rededor agrícola.

El edificio de trata de un volumen cuadrangular de, aproximadamente 42 metros de lado, y dos plantas de altura, horadado por tres patios de los cuales, uno es la rótula mediante la que se articula todo el resto de dependencias, y los otros son superficies de servicio y/o de apoyo a las labores agrícolas.
Dentro del volumen destacan las dos almenas laterales que conforman la composición de la fachada principal destacando como dos cuerpos almenados, sobre el resto de las cubiertas de cuatro aguas.

RESEÑA HISTORICA

La Conquista de Fuerteventura finalizó en 1403, y Betancuria, lugar recóndito, escondido en un valle que previene de los ataques piráticos y razzias de los vecinos del continente africano, fue el lugar escogido para capital, y desde ella se Gobierna La Isla. Fundada la capital, Pájara, al sur de Betancuria, y La Oliva, al Norte, formaran la primigenia espina dorsal de Fuerteventura.

La creación de las milicias de Fuerteventura en 1708, conlleva el nombramiento de la figura del Coronel, que pasará de residir en Betancuria a La Oliva. La Corona, los reyes castellanos, comienzan a aunar esfuerzos que equilibre el poder de los Señores. La familia Arias de Saavedra, que hereda de generación en generación, el Señorío de Fuerteventura, no reside en La Isla; se han establecido en Tenerife y cada vez son menos frecuentes las visitas. En este marco, el poder militar, que también está en manos del Señor de la Isla, pasa, poco a poco, a los Coroneles. El primer Coronel de las Milicias fue D. Pedro Sánchez de Dumpierrez.

A partir del siglo XVIII, los Coroneles no sólo ostentarán el poder militar, sino que pasará a sus manos el poder civil, nombrando o destituyendo los cargos del Cabildo, convirtiéndose en los verdaderos terratenientes. El nombramiento de Coronel se convierte en vitalicio y hereditario.

A lo largo del siglo XIX, las nuevas coyunturas económicas, políticas y sociales, marcan el lento deterioro del poder militar en Fuerteventura, Poblaciones de nueva planta como Puerto Cabras y Antigua van adquiriendo importancia como núcleos poblacionales. Los Coroneles perderán el poder político-militar, no así el económico, que mantendrán aún después de la desaparición del cargo.

La Marcha Verde en el "Sáhara Ocidental"

LA MARCHA VERDE Y LOS ACUERDOS TRIPARTITOS

Los intereses políticos y económicos de España tuvieron más importancia que los del pueblo saharaui a la hora de decidir su futuro.

Tras poner diferentes obstáculos a la celebración del referéndum de autodeterminación propuesto por la ONU, Hassan II decidió organizar una marcha de 350.000 hombres y mujeres marroquíes con la intención de tomar posesión del Sáhara Occidental. A esta Marcha Verde se añadieron 25.000 soldados marroquíes.

España inicialmente manifestó su voluntad de proteger el territorio y celebrar el referéndum según el mandato de la ONU, y así lo manifestó el entonces príncipe Juan Carlos de Borbón, actual rey de España, en la visita que realizó a El Aaiún el 7 de octubre de 1975.

Pero una semana después, el 14 de noviembre de 1975, se firmaron en Madrid los Acuerdos Tripartitos por los cuales los españoles entregaban el Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania. A cambio de compensaciones económicas y políticas, España abandonó a su suerte al Pueblo Saharaui.
La Marcha Verde en el "Sáhara Ocidental"
Que ha sido de estos niños:
Yo soy el de gafas. Arriba com turbante.
Estube en el Sáhara hasta que empezo la Marcha Verde .Era un legionario del IV Tercio de Alejandro Farnesio . Patrullamos todo el Sahara, protegiendo al pueblo Saharagui .
Era una guerrilla contra Marruecos que se queria apoderar del territorio.
Estabamos defendiendo a un plueblo que casi se sentian españoles, estudiaban en Español y Arabe ,eran bilingues. En aquel tiempo querian seguir perteneciendo a España .
Yo me ocupaba de llevar a un comandante que visitaba todas las tribus y hacia entrevistas a los jefes de las tribus, todos estaban de acuerdo en seguir perteneciendo a España y en el caso de no poder ser asi,querian la autodeterminación.
Todos los soldados españoles estabamos preparados para defender a este pueblo que tanto amor nos dispensaba.Un pueblo que nos impresionaba con su calor, acogimiento y amor con el que trataban a todos.
Nada que ver con los morroquís que conociamos bien ,ya que habia muchos infiltrados en la zona,se distingian bien de los saharaguis.
Me pregunto :Que paso? Por que España les dio la espalda y los abandono .A cuantos eliminaron de este pueblo los marroquis sin que nadie haya hecho nada por impedirlo.
Nadie vé en que condiciones viven y cuantos quedan de todos los que habia en el 1975.
Nos encontrabamos en Smara cuando por el horizonte aparecio la marcha verde.
Yo me tenia que licenciar en esa fecha.Pero nada. Nos dijeron que habia que quedar mientras duráse la Guerra.Que guerra? , a los dos dias nos dijeron que todo habia acabado,nos podiamos ir a casa ,alli ya no habia nada que hacer.
Yo lo sient
o, pero esto a España nunca se lo podré perdonar y jamas lo haré ,en esto fallo la Monarquia Española.
España tiene una deuda con este pueblo que nunca podra pagar.La tristeza me dura todavia ,pienso que no sere feliz hasta que a ese pueblo no le den la independencia y pueda ir de vacaciones a visitarlos.
LLegara ese dia?.Lágrimas de arena_Ebnu


Tiempo de escombros
que se derrama
sobre la miseria infantil.
El pan se fosiliza
en un horno fantasma
y la leche se evapora
en los pechos secos
del espejismo.
El agua emigra
acia el norte
y un niño pregunta
por el mar.
Las lágrimas de arena
surcan el rostro del viento.
Una madre sin esperanza
comienza a llorar
y un padre de impotencia
vuelve los ojos
hacia La Meca
y se pone a rezar.


Etiquetas: Ebnu
PRIMER ACTO.- Gestación.
Parece ser que fue proyectada por un gabinete de estudios estratégicos, cuyo peso financiero había corrido a cargo de Arabia Saudí. Se mantuvo oculta a la opinión española aunque el Departamento de Estado Norteamericano tenía conocimiento de ella.
Esta operación es tomada como una cooperación entre países aliados antes que como una agresión hacia España.
El 21 de agosto de 1.975 Kissinger es informado y da luz verde a la operación.
Con anterioridad, había mandado emisarios a España para incitar a las conversaciones con Marruecos, pero no se informó de lo que se preparaba.



SEGUNDO ACTO.-Anuncio.
El 16 de octubre de 1.975 la Marcha Verde es anunciada por Hasán II; el mismo día de la publicación del dictamen de la Corte Internacional de Justicia.
La salud de Franco empeora gravemente, pero esto es desconocido por los españoles.
El 21 de octubre su salud empeora aún mas y Arias Navarro ordena a Solís que acuda a entrevistarse con Hasán II y acepte un principio de acuerdo, o sea, la retrocesión a Marruecos del Sáhara.
La suerte está echada. La opinión pública desconoce que se estén evacuando los puestos aislados en el Sáhara.
La tensión crece en el Sáhara y primeros rumores de enfrentamientos entre marroquíes y saharauis.
Tropas Nómadas Españolas son disueltas.Don Juan Carlos accede interinamente a la Jefatura de la Nación y el Ministro marroquí Laraki habla de devolución del Sáhara.
Es difícil saber hacia donde se dirige la política exterior española.



TERCER ACTO.-Puesta en marcha.
Dos de noviembre, Don Juan Carlos visita El Aaiún (este acto hace ver al mundo que España no va a vender ni regalar el Sáhara, mas confusión todavía).
Arias Salgado en la ONU dice que no permitirá la entrada de la Marcha Verde (pero al día siguiente se entrevista con Osman, cuñado de Hasán II.
La Marcha Verde llega al borde de la frontera y se establecen los primeros campamentos.
A la vez, unidades militares marroquíes se encuentran en Smara, combates con los saharauis.
El Consejo de Seguridad insta a Marruecos a detener la invasión. Hasán II contesta que la marcha seguirá.
España intenta que el Consejo de Seguridad condene la actitud de Marruecos pero tropieza con el veto de EEUU.



CUARTO ACTO.-Llegada a la frontera.
300.000 personas se encuentran en el paralelo 27º 40´ y la frontera militar. El Ministro español de la Presidencia visita el Cuartel General de las tropas marroquíes. Una Resolución de la ONU invita a Marruecos a retirar los efectivos de la Marcha Verde, pero de nada sirve. Marruecos : “soberanía en el Sáhara o enfrentamiento bélico”. Violentos enfrentamientos entre marroquíes y polisarios.
Comienza la operación “Golondrina”.(evacuación de la población española en el Sáhara)
El 9 de noviembre Hasán II anuncia que los objetivos de la Marcha Verde se han cumplido. Carro, Ministro Español de la Presidencia sigue negociando.
Satisfacción entre los mas allegados al Régimen.



ACTO QUINTO.-Retirada.
Desacuerdo entre Marruecos y Argelia. Cierre de fronteras y repliegue de embajadores.
La Marcha Verde se retira hacia Tarfaya.
El 12 de noviembre comienzan las conversaciones en Madrid entre las delegaciones de España, Marruecos y Mauritania.14 de noviembre de 1.975.-
Declaración de Madrid sobre el Sáhara. Desde todos los escaños de las Cortes se quejan de la falta de información en todo el proceso. Sigue habiendo desinformación en prensa y todos los lugares.

Aquí nació la democracia

España se encuentra inmersa en la celebración del 30 aniversario de las primeras elecciones municipales. Al ritmo de Betty Missiego, los españoles se acercaron, aún temerosos, cada vez menos, a las urnas después de un dilatado período de dictadura para envueltos en el abrigo constitucional dar vida a los primeros ayuntamientos.

Es la historia de la libertad. De equivocarse, incluso, por uno mismo. De sentir, por primera vez, que el pueblo tenía el mando. En Santa Cruz de La Palma es un sentimiento más añejo. Un orgullo que tiene siglos. Fue en 1773 cuando realmente tuvo lugar el primer sufragio universal en España. Fue aquí, en tierras palmeras, después de que los nuevos grupos sociales de la época, amparados en las reformas de Carlos III, se revelaran contra los regidores perpetuos. En verdad, ya lo habían hecho desde hacía años antes, ya que el pleito se inicio allá por 1771 en el marco de una precaria situación económica.

Aquellos, los primeros, donde destacó la figura de Anselmo Pérez de Brito, no aceptaron bajo ningún concepto decisiones caciquiles ni abusos de caudales públicos. La "guerra" estaba abierta y todo acabó con la celebración de las primeras elecciones, nombrándose regidores bienales en lugar de perpetuos, tras una resolución favorable de la Corona de Castilla.

Discurso de O'Daly. En el desarrollo de los acontecimientos fue decisivo el discurso del adinerado comerciante de origen irlandés Dionisio O'Daly, que en su nombramiento como Síndico Personero (cargo de responsabilidad insular), después de superar una batalla con el entonces Cabildo palmero, que lo había intentado inhabilitar para el ejercicio público, acusó abiertamente a los regidores de faltas graves en la gestión de los fondos municipales. El Consejo de Castilla, de 3 de diciembre de 1771, decidió castigar a los regidores perpetuos con multas y separarlos de su responsabilidad pública. Con tal resolución, se abrió el caminó para las elecciones que tuvieron lugar dos años más tarde.

Existe una confusión casi generalizada entre la población de que aquel primer ayuntamiento democrático se constituyó en la cueva de Carías, en la zona norte de la ciudad, una creencia que incluso se puede encontrar en diferentes páginas de internet y que es totalmente errónea. Casi un disparate. En 1771, cuando comenzó el pleito de los regidores perpetuos, ya estaban, y de lejos, las edificaciones municipales actuales.

Cueva de Carías. El error puede estar fundamentado en que ciertamente la cueva de Carías fue, según diferentes historiadores gracias a narraciones orales, el antiguo palacio municipal en donde se celebraron los primeros cabildos y donde se aprobaron las primeras ordenanzas municipales; es decir, fue la primera sede del Concejo de la Isla, cuyas decisiones afectaban a toda el territorio, pero no era democrático ni elegido por sufragio. Se cree que era la sede del cantón prehispánico de Tedote, uno de los doce en que estaba dividida La Palma antes de su incorporación a la Corona de Castilla, y que fue reutilizada por parte de los nuevos pobladores como sede primitiva de aquel concejo de La Palma desde 1495.

De ayuntamiento a hospital. La cueva de Carías, que no está bien conservada, ni mucho menos, para la historia que asume, pese a los intentos por ponerla en valor de técnico de Patrimonio Histórico como Víctor Correa, ha ido evolucionando con el transcurrir de los años. Tras dejar de ser sede del Concejo de La Palma, en caso de que realmente lo hubiera sido, fue utilizada, entre otras funciones, como hospital de elefantiasis, síndrome caracterizado por el aumento enorme de algunas partes del cuerpo, especialmente de las extremidades inferiores y de los órganos genitales externos, aunque también produce hipertrofia de las capas dérmicas y subdérmicas, igual que la lepra.

En la actualidad, aquel primer ayuntamiento, que no democrático, se usa como espacio para el tradicional Auto de los Reyes Magos y para el Idolo de Asís con motivo de las fiestas de San Francisco.