Abd el-Krim fue un dirigente de la resistencia contra la administración colonial española y francesa en el Rif, región de cultura bereber en el norte del actual reino de Marruecos, y presidente de la efímera República del Rif (1923-1926). Abdel Krim nació en Axdir en 1882 (o 1883) y murió exiliado en El Cairo (Egipto) el 6 de febrero de 1963 a los 79 u 80 años de edad. Abd el-Krim fue hijo de Abd El-Karim Al-Jattabi, un cadí, miembro del clan de los Ait Jattab, una facción de la belicosa tribu de los Ait Waryagar o Beni Urriaguel. De su padre, jefe del clan, recibió una educación religiosa tras lo cual fue enviado a cursar bachillerato español en Tetuán y Melilla, después estudió derecho islámico en la mezquita Qarawiyyin de Fez, y más adelante derecho en la Universidad de Salamanca. Sirvió a la administración colonial española como traductor y escribiente de árabe en la Oficina Central de Tropas y Asuntos Indígenas en Melilla, donde también trabajó para el periódico El Telegrama del Rif, en el que escribía un artículo diario en árabe. Aún joven fue nombrado cadí, y a la edad de 32 años qādī al-qudāt, jefe de los cadíes. En 1915, ante las sospechas francesas de que colaboraba con los alemanes (son los años de la Gran Guerra) se le abrió un expediente que dejó al descubierto sus verdaderos sentimientos contra la administración europea. Fue enjuiciado, permaneciendo encarcelado en el fuerte de Rostrogordo, de donde intentó fugarse, rompiéndose una pierna al descolgarse por la muralla. No recobró la libertad hasta un año más tarde y al poco tiempo, se retiró a su cábila para comenzar a preparar la lucha contra los administradores europeos. Para 1921 era ya el líder del movimiento anti-protectorado de Marruecos y desde esa posición preparó la sublevación general del Rif, atrayendo a su causa a gran parte de los soldados indígenas al servicio del ejército español, por lo que tras el Annual el ejército español se vio forzado a replegarse. Bajo el emirato de Abd el-Krim el Rif se organizó como territorio independiente. Creó la denominada República del Rif, que no fue bien vista por España y Francia —con la excepción de Inglaterra, que contaba con razones estratégicas para avalar la decisión— por cuanto su finalidad era arrebatar a franceses y españoles la administración del territorio rifeño y de todo Marruecos. España y Francia se aliaron en su contra, y la contraofensiva conjunta, que comenzó el 8 de septiembre de 1925 con el desembarco de Alhucemas, bajo el mando del General Miguel Primo de Rivera, acabó con la derrota de los rifeños sublevados en 1926. Después de la derrota, el líder rifeño fue denunciado por algunos guerrilleros rifeños, pero él, antes de ser juzgado por los españoles, prefirió entregarse a las tropas francesas. Las autoridades del protectorado convinieron su deportación a la isla de La Reunión, una posesión francesa de ultramar próxima a Madagascar. En 1947, tras lograr autorización del gobierno francés para su traslado a la metrópoli, escapó durante una escala en Puerto Saíd. El gobierno egipcio, encabezado por el rey Faruq I, lo acogió como refugiado. Desde Egipto encabezó el comité de liberación del Magreb. En 1956, tras la independencia de Marruecos, rechazó la oferta del rey Mohammed V de regresar con honores a su patria. Murió en El Cairo en 1963, poco después de ver completa la descolonización del Magreb, tras la independencia de Argelia
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