viernes, 9 de octubre de 2009

DESTRUCCION DE LA SELVA AMZONICA






















La selva amazónica en Brasil respira un poco más tranquila. Según los datos extraídos del último balance oficial, entre mediados de 2005 y 2006 se perdió una superficie equivalente a la provincia de Sevilla de selva amazónica, unos 14.039 kilómetros cuadrados. Pese a la magnitud de las cifras, el proceso de destrucción de la selva del período es un 25% inferior a la que se perdió durante el 2004 y el 2005.
El Gobierno de Brasil se felicitó del retroceso en la destrucción de la selva, pero no ocultó su decepción al desvelar que esperaban que los índices de desaparición no superaran los 13.100 kilómetros cuadrados. Además, la deforestación aumentó en un 24% en las zonas protegidas.
Para realizar el análisis actual, el Gobierno ha empleado por primera vez satélites de gran resolución, que permiten una mayor precisión en los cálculos. El Gobierno ha detectado un incremento de la deforestación en áreas pequeñas, por lo que ha anunciado la mejora de los equipos de vigilancia para el incremento de controles.






Según datos oficiales del gobierno del Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, la destrucción de la selva amazónica se ha reducido de un 25,3%, del 2005 al 2006. La noticia la dieron conjuntamente las ministras de Medio Ambiente, Marina Silva, una ambientalista convencida y de la Casa Civil, la ex guerrilera, Dilma Rousself. Según las ministras, lo que se propone el gobierno Lula,en su segundo mandato, es acabar definitivamente con el grave problema de la destrucción de una de las florestas mayores del planeta, considerada como al gran pulmón de la humanidad donde se concentra además el 25% del agua potable de la tierra.






En ese mismo periodo, en el que ha sido constatada la disminución de un 25% de la destrucción de los bosques, aún fueron destruidas, en efecto, 14.000 kilómetros cuadrados. En el año anterior, la destrución habia sido de 18.000 kilómetros y en el periodo del 2003 al 2004, la cifra habia alcanzado los 27.000 kilómetros. El record había tenido lugar en el periodo de 1994-1995, cunado fueron destruidos 29.000 kilómteros cuadrados.
Con la sóla reducción del 25% en doce meses, del 2005 al 2006, ya se vitataron la emisión de 410 millones de toneladas de gás carbónico, casi un 10% de lo que los paises desarrollados deberán disminuir en emisión de C02, caso cumplieran las metas del Protocolo de Kioto para el periodo 2008-2012. Los datos fueron calculados por José Capobianco, secretario ejecutivo del Ministerio del Medio Ambiente.
De los nueve estados que componen la Amazonia, en dos de ellos la destrucción siguió creciendo: en los de Amazonia y Roraima. En los demás hubo disminuación. La crítica organización Greenpeace ha conmemorado las cifras ofrecidas por el gobierno Lula, aunque ha alertado sobre los nuevos peligros que acechan actualmente la Amazonia donde puede crecer el cultivo de soja para la creación de biocombustible o bien donde pueden refugiarse los nuevos ganaderos, expulsados de regiones dedicadas al cultivo de caña de azucar.
Por su parte, el WWF ha subrayado que a pesar de esa disminución de un 25% de la destrucción de la Amazonia actualmente están activos cerca de 20.000 incendios, considerados en su mayoria dolosos y que en los cinco años del gobierno Lula, la Amazonia ha perdido en total 85.000 kilómetros cuadrados de bosque.






La selva amazónica es la selva tropical más extensa del mundo. Se considera que su extensión llega a los 6.000.000 de km² repartidos entre ocho países sudamericanos: Brasil y Perú que poseen la mayor extensión de la amazonia seguidos por Bolivia, Colombia , Ecuador, Guyana, Venezuela y la Guayana Francesa que forma parte de la región ultraperiférica de la Unión Europea (UE).






El explorador español Francisco de Orellana fue el primer europeo en recorrer el Río Amazonas en 1542. Partió desde el Cuzco, en el Perú en 1541, llegando a Quito (Ecuador) desde donde a fines de dicho año parte por el río Napo, llegando hasta su desembocadura en el Perú, cerca de la actual ciudad de Iquitos, hasta que en agosto de 1542 alcanzó la desembocadura del Amazonas en el Océano Atlántico.
Así mismo, Orellana informó que la zona estaba densamente poblada, sugiriendo niveles de población que exceden incluso los que se presentan hoy en día. A pesar de que es posible que Orellana haya exagerado el nivel de desarrollo de los amazónicos, sus descendientes seminómadas tienen la extraña particularidad entre las sociedades primitivas de una aristocracia hereditaria, aunque sin tierras, una anomalía histórica para una sociedad sin una cultura agraria sedentaria.
Esto sugiere que estas culturas fueron anteriormente sociedades agrarias más civilizadas pero que, después de la catástrofe demográfica en América tras la llegada de los europeos en los siglos XVI y XVII, revirtieron a modos de existencia menos complejos aunque manteniendo ciertas tradiciones. Además, muchos pueblos indígenas se vieron forzados a adaptarse a una vida nómada para protegerse del colonialismo. Esto pudo hacer menos atractivos algunos beneficios de la terra preta, como su capacidad para autorenovarse, debido a que los granjeros debían mudarse para estar seguros. «Talar y quemar» pudo entonces haber sido una adaptación a esas condiciones.
El primer ascenso del río Amazonas por un europeo fue en 1638 por Pedro Teixeira, portugués, quien invirtió la ruta de Orellana y alcanzó Quito a través del río Napo. Regresó en 1639 con los padres jesuitas Acuna y Artieda, delegados del virrey del Perú para acompañar a Texeira.
A principios del siglo XX, Manaos vivía intensamente de la denominada Fiebre del caucho. Considerada la ciudad brasileña más desarrollada y entre las más prósperas del mundo, Manaos era la única ciudad del país en tener luz eléctrica y sistema de agua por caños y alcantarillas. El apogeo del ciclo del Caucho se dio entre los años 1890 y 1920, época en que la ciudad gozaba de tecnologías que otras ciudades del sur de Brasil aún no tenían, como tranvías eléctricos, avenidas construidas sobre pantanos, y edificios imponentes y lujosos, como el Teatro Amazonas, el Palacio de Gobierno, el Mercado Municipal y el predio de la Aduana.
El Ferrocarril Madeira-Mamoré, construido entre 1907 y 1912 en el estado de Rondônia, también conocido como el ferrocarril del diablo debido a las miles de muertes ocurridas durante su construcción, el último trecho de la vía férrea, fue inaugurado con la llegada del primer tren a la ciudad de Guajará Mirim, fundada en esa misma fecha. El ferrocarril tenía como propósito principal transportar la producción de caucho de Bolivia y Brasil hacia el puerto de Belém.
La línea férrea fue parcialmente desactivada en los años 1930 y totalmente desactivada en 1972. Volvió a funcionar en 1981 en un trecho de apenas siete kilómetros de los 364 del total original y solamente para fines turísticos.






Grupos humanos
Desde el punto de vista cultural la selva amazónica es una de las regiones más diversas del planeta. Los pueblos autóctonos de la región pertenecen a diferentes grupos lingüísticos entre los que no se ha probado una relación filogenética clara, lo cual sugiere que tanto la diversidad cultural como lingüística se remonta a milenios atrás. Esta diversidad pudo darse, en parte porque a diferencia de otras regiones donde desde antiguo existieron importantes imperios, en esta región no existieron sociedades estatales suficientemente duraderas como para tener un efecto nivelador en el plano cultural y lingüístico. Las grandes grupos lingüísticos de la región son:
Lenguas tupí, es la familia de lenguas autóctonas actualmente más extendida en la región, aunque parte de su expansión dentro de la región pudo darse en un período reciente.
Lenguas ye o gê, tras las lenguas tupí es la familia más extendida en la región amazónica.
Lenguas caribe, es una familia que se expandió probablemente desde la parte septentrional de la Amazonía, aunque existen miembros de esta familia lingüística en el centro de la Amazonía.
Lenguas arawak, es una familia ubicada básicamente en la región circunamazónica propiamente dicha.
Lenguas pano-tacanas, Amazonía suroccidental.
Además de estas unidades filogenéticas de tipo lingüístico existen un número importante de pequeñas familias de lenguas que no han podido ser convenientemente relacionadas con estas y por tanto se consideran grupos independientes.






La selva amazónica se desarrolla alrededor del río Amazonas y de su cuenca fluvial. Las altas temperaturas favorecen el desarrollo de una vegetación tupida y exuberante, siempre verde. El título de el pulmón del planeta que ostenta la Amazonia no es metafórico ya que mantiene un equilibrio climático: los ingresos y salidas de CO2 y de O2 están balanceados. Los científicos ambientalistas concuerdan en que la pérdida de la biodiversidad es resultado de la destrucción de la selva, y que se evidencia con la aparición en el área del Caquetá a un sistema anterior del bosque selvático en el cual se utilizaron suelos de forma permanente “tierras pretas” gracias a su progresivo abono y por lo que así evitó las migraciones.






Toda la fauna de la selva tropical húmeda sudamericana está presente en la Selva Amazónica. Existen en ella innumerables especies de plantas todavía sin clasificar, miles de especies de aves, innumerables anfibios y millones de insectos.
Desde los insectos hasta los grandes mamíferos como el jaguar, el puma, la danta y los venados. Reptiles como tortugas, caimanes, babillas y serpientes, como la famosa anaconda, también lo habitan. Hay aves (entre las que se destacan el guacamayo, el tucán, el águila arpía, etc.) y peces de todas las especies, plumajes y escamas, también en sus aguas vive el Delfín Rosa o rosado. En las lagunas a lo largo del Río Amazonas florece la planta Victoria amazonica, cuyas hojas circulares alcanzan más de un metro de diámetro.
Es tan amplio su aporte en especies de peces y plantas acuáticas que enumerarlas ocupa muchísimo lugar.
Para los aficionados al acuarismo, se trata de la fuente que provee la mayor cantidad de especies piscícolas que hoy en día pueblan los comercios y acuarios del planeta. Un 20% de las especies mundiales de aves y plantas se halla en el bosque amazónico, cada año desaparecen más de 2000 especies.
La Amazonía Peruana es una de las regiones de mayor riqueza biológica del mundo, pues la presencia de diferentes pisos altitudinales que posee en su unión con la Cordillera de los Andes, origina gran cantidad de zonas aisladas y, por lo tanto, un alto índice de endemismos.








Entre el 27 de enero y el primero de febrero del 2009 se realizará una nueva edición del Foro Social Mundial (FSM). En esta ocasión, en Belém de Pará, emblemática entrada de la Amazonía brasileña. Desde su creación en 2001, el FSM se ha convertido en un espacio de articulación de las principales redes y movimientos sociales a nivel planetario

La edición de Belén estará marcada por un doble desafío. No sólo limitarse al diagnóstico de una crisis que ya nadie discute. Sino también acelerar la proposición de las alternativas a la misma. “Debemos apostar a la imaginación”, subraya en esta entrevista exclusiva Antonio Martins, periodista y militante social, uno de los promotores del nacimiento del FSM. Fundador de ATTAC Brasil; miembro del equipo organizador de los primeros foros; actual director de la versión brasilera de Le Monde Diplomatique en Internet, Martins integra también el Consejo Internacional del FSM, es decir el espacio facilitador del FSM.

P: Un nuevo Foro Social Mundial, esta vez en Belém de Pará. ¿Qué de nuevo puede aportar un escenario particularmente “provincial” del interior de Brasil a la reflexión más globalizada, altermundialista?
R: Le elección de Belén se hizo en mayo del 2007 durante una sesión del Consejo Internacional realizada en Berlín. Jugaron en la designación de lugar, dos factores. El primero - aunque no el principal- fue la vuelta a Brasil para recuperar visibilidad internacional. Hay que recordar que en 2006 se hicieron tres foros descentralizados en Malí, Venezuela y Pakistán. En 2007 se convocó en Nairobi, Kenya. Y en el 2008, se promovieron una gran cantidad de iniciativas y actividades en muchos lugares. Pero todo fue menos impactante que los foros anteriores, realizados entre 2001 y 2005. Cuatro veces en Porto Alegre, y la quinta, en 2005, en Mumbai. Entonces, se apuesta en 2009 a asegurar de nuevo la gran participación social que se dio en las primeras cinco ediciones y transmitir la energía movilizadora que se protagonizó en las mismas. Por otra parte, al designar a Belém, se apostó a que en Brasil, ciertas ideas clave como horizontalidad, diversidad, múltiples protagonismos están ya bastante enraizadas y que no hay que temer problemas de competencias partidistas o bien de falta de transparencia entre quien organiza y quien financia el Foro.

Sin embargo, estoy persuadido que el factor decisivo para designar a Belém esta ligado al valor simbólico de realizar un encuentro mundial en la Amazonía. Una región bajo presión constante de las fuerzas más salvajes del capitalismo: la devastación de la selva; la explotación irresponsable del medio ambiente - para responder a las “necesidades” del mercado mundial-; el asesinato de campesinos e indígenas; la presencia más activa del crimen organizado y de grandes propietarios terratenientes con más peso que el mismo Estado.

Otra relación hombre-naturaleza
P: ¿Con una presencia activa de actores y movimientos sociales?
R: En efecto. La Amazonía, expresa, al mismo tiempo, la posibilidad de establecer otra relación entre el ser humano y la naturaleza. A pesar del embate brutal del modelo económico preponderante, el 80 % de la floresta todavía está en pié. Los movimientos sociales y la sociedad civil organizada están activamente presentes, de forma capilar, en toda esa vasta región. Incluso en ciudades o pueblos pequeños es imaginable de encontrar un grupo activo de mujeres, una organización de quilombolas. La población indígena, que conserva su herencia cultural, está conquistando reservas naturales. Hay una fuerte presencia también de grupos que se relacionan con la naturaleza y con la producción de forma alternativa: cooperativas de extracción sostenible; agricultura orgánica, asentamientos campesinos, comercio justo y cambios solidarios.




La selva amazónica es considerada la mayor selva tropical del mundo. Ocupa una superficie aproximada de seis millones de Km2 . y alberga un sinnúmero de especies vegetales y animales La preocupación actual se centra en las constantes presiones a las que se encuentra sometida, entre ellas, el continuo avance de la frontera agrícola.




El nivel de deforestación de la selva amazónica creció de manera alarmante en 2004 y se convirtió en uno de los peores que se hayan registrado, según cifras difundidas por el gobierno brasileño. Los nuevos datos sorprendieron a los ambientalistas locales, un año después de que el gobierno brasileño anunciara un paquete de medidas por 140 millones de dólares para reducir la destrucción.Fotografías satelitales muestran que los hacendados, los agricultores de soja y madereros quemaron o cortaron grandes extensiones de árboles, alcanzando un récord de 26.130 kilómetros cuadrados de bosques tropicales en 12 meses hasta el mes de agosto del 2004, dijo el ministerio del Ambiente de Brasil. La destrucción fue casi un 6% mayor que en el mismo período un año antes, cuando fueron destruidos 24.600 kilómetros cuadrados. “Se trata de una tragedia, una demostración de que se necesita hacer más por parte del gobierno”, dijo Paulo Adario, jefe del programa de Greenpeace para el Amazona. “Claramente, evitar la deforestación del Aamazonas no constituye una prioridad del gobierno por ahora” , agregó. “Es claro que el gobierno ha fracasado en implementar un plan de acción para proteger la selva amazónica”, sostuvo Adario. “El hecho de que el promedio de destrucción en los últimos tres años haya sido de más de 23.000 km2 es simplemente inaceptable. Es una vergüenza nacional”. Adario dijo que aún más grave es que el 70% de la devastación hubiese ocurrido entre mayo y julio de 2004, durante el período de quema de bosques, cuando el gobierno del Lula da Silva se jactaba de haber implantado un plan para frenar la deforestación. Según Adario, los agronegocios son los principales responsables, y la mayor deforestación se produjo en el estado de Mato Grosso. El estado, vecino a Bolivia y Paraguay, está gobernado por Blairo Maggi, uno de los más grandes plantadores de soja. “Le toca al gobierno decidir entre combatir la deforestación o promover la expansión del agronegocio para pagar la deuda externa brasileña”, dijo. Brasil se ha convertido en una potencia agrícola en los últimos años. Tiene la mayor población mundial de ganado vacuno y la expansión de sus campos de soja lo han colocado a los talones de Estados Unidos, el mayor productor mundial del producto. “Pocos sectores del gobierno procuran el desarrollo sustentable y la mayoría busca acciones con impacto negativo pues favorecen la especulación con la tierra de las florestas”, dijo en una declaración World Wildlife Fund de Brasil. Los agricultores de la soja aseguran que sólo se limitan a abrir claros en el bosque. Pero los ambientalistas argumentan que el éxito de la soja elevó el valor de los claros al punto que muchos hacendados venden sus tierras de pastoreo, luego queman nuevas porciones de selva y de paso venden la madera a las empresas madereras. La selva tropical brasileña es del tamaño de Europa occidental. Según los expertos, unos 800.000 km2 de su 4,1 millón km2 han sido destruidos por la deforestación.
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RÍO DE JANEIRO.- El ritmo de deforestación de la Amazonía brasileña ha vuelto a incrementarse en este año pese a la esperanza suscitada por tres años consecutivos de reducción. Pese a que las estadísticas definitivas no se conocerán hasta 2008, las estadísticas parciales recogidas por el diario 'O Estado de Sao Paulo' anuncian el aumento de la amenaza para el que es conocido como 'pulmón' del planeta.
La alerta del repunte de la deforestación surge tanto de algunos cálculos oficiales como otros de organizaciones no gubernamentales. Las cifras se refieren principalmente al estado de Mato Grosso, una de las principales fronteras entre la selva amazónica y las áreas de cultivo de Brasil.
Según los datos oficiales citados por el diario, la deforestación aumentó un 107% entre junio y septiembre en esta zona en comparación con el mismo período del año pasado. Además, los incrementos fueron del 53% en el estado de Rondonia y del 3% en el estado de Acre.
Según la organización no gubernamental Imazon, la deforestación aumentó en agosto por cuarto mes consecutivo en Mato Grosso y llegó a 262 kilómetros cuadrados tan sólo ese mes.
Los especialistas atribuyen tal crecimiento principalmente al aumento de las áreas de cultivo de soja, un producto con un precio al alza en el mercado internacional.
"Ese es un factor de preocupación. Las señales son de recuperación del mercado de materias primas y, con la expectativa de ganancias, las personas se arriesgan más", admitió el director de operaciones para la Amazonía del Ministerio de Medio Ambiente, André Lima, recoge el diario brasileño.
Para el viceministro de Medio Ambiente, Joao Paulo Capobianco, los indicadores demuestras que es necesario "corregir algunos controles y reformular algunas estrategias de fiscalización". Capobianco agregó que todo apunta a que la deforestación está de nuevo aumentando, a pesar de los intentos para que "no se consolide".
Golpe para los logros de Lula
Los indicios de aumento de la deforestación se producen después de que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en diferentes actos internacionales, alabara la significativa reducción del área devastada en la Amazonía en los últimos años.
La deforestación había caído gradualmente desde 2004, cuando se devastaron 27.000 kilómetros cuadrados de selva.
Según las últimas estadísticas del Ministerio de Medio Ambiente, la Amazonía perdió 14.039 kilómetros cuadrados de selva entre agosto de 2005 y julio de 2006, un 25% menos que en el mismo periodo de 2004-2005 (18.793 kilómetros cuadrados).
El Ministerio, además, calcula que la deforestación amazónica pudo haberse reducido hasta los 9.600 kilómetros cuadrados en el 2006, con lo que Brasil habría conseguido regresar el año pasado a los niveles de deforestación de la década de 1970.
Según los cálculos oficiales, con la reducción de la deforestación en el período 2005-2006, Brasil evitó la emisión de 410 millones de toneladas de gas carbónico, la destrucción de 600 millones de árboles, y la pérdida de más de 20.000 aves y de más de 750.00 primates.













Esta es una de esas noticias que cuando la ves en el periódico te provoca una mezcla de ensoñación y pena... ganas de coger un avión y ir a hacer de antropólogo amateur, y por otro lado, lástima por algo que estñá en peligro, condenado a desaparecer...Vista en elMundo.es
RIO DE JANEIRO MADRID.- Una tribu de indios amazónicos, aislada y desconocida hasta el momento, ha sido descubierta este pasado jueves por una expedición que sobrevolaba la zona donde viven, una región brasileña colindante con la frontera peruana.Las imágenes que se tomaron desde la aeronave muestran a un grupo de unas 15 personas con las caras pintadas con pigmentos rojos y ataviados con arcos, que contemplaban con asombro la existencia del avión y tratando de alcanzarlo con las flechas. Este descubrimiento incide en la hipótesis de que aún quedan grupos tribales en la selva del Amazonas por descubrir, aunque como apunta un representante gubernamental brasileño que formaba parte del grupo, estas poblaciones son cada vez menores debido a las injerencias externas y la tala ilegal de árboles."Lo que ocurre en esta región es un crimen monumental contra la naturaleza, las tribus, la fauna, que no es otra cosa más que el testimonio de la completa irracionalidad con la que nosotros, el mundo 'civilizado', trata al mundo", aseguró José Carlos Meirelles."El mundo necesita tomar conciencia de esto y asegurar que este territorio está protegido de acuerdo con las leyes internacionales. De otra manera, todo esto se extinguirá muy pronto", dijo Stephen Corry, el director de 'Survival International', una organización que defiende los derechos de este tipo de etnias.Se calcula que hay aproximadamente un centenar de tribus aún por descubrir a lo largo del planeta, de las que más de la mitad viviría en Brasil o Perú, según esta entidad, que añade como posibles peligros para ellos la presencia de enfermedades y epidemias.













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