miércoles, 24 de noviembre de 2010
Alfonso VIII de Castilla
Jimmy Wales Close Juramento del Juego de Pelota
El Juramento del Juego de la pelota es un compromiso de unión presentado el 20 de junio de 1789 entre los 577 diputados del tercer estado para no separarse hasta dotar a Francia de una Constitución, haciendo frente a las presiones del rey Luis XVI.
Con el pretexto de unas reparaciones que debían hacerse en la sala de los Menus-Plaisirs, en la que se celebraban las sesiones de los Estados Generales, la guardia impidió que los diputados del "tercer estado" se reunieran allí el 20 de junio de 1789. Los diputados entonces se reunieron en la sala del jeu de paume de Versalles. Con la ayuda del diputado Jean-Joseph Mounier, el abad Emmanuel-Joseph Sieyès se compromete a redactar la fórmula del célebre juramento del Jeu de Paume "de no separarse jamás, y reunirse siempre que las circunstancias lo exijan hasta que la constitución sea aprobada y consolidada sobre unas bases sólidas". Este texto fue leído por Jean Sylvain Bailly, y el juramento fue votado por unanimidad, excepto por una voz, la de: Martin d’Auch. La Asamblea Nacional se declaró Constituyente. Fue éste un acto determinante y una afirmación política de autodeterminación del pueblo llevada a cabo por sus representantes, y fue considerado como el nacimiento de la Revolución francesa.
La sala del jeu de paume (en francés, juego de pelota) se llamaba, antes del 20 de junio de 1789, "Tripot", y fue construida por Nicolas Cretteé en 1686 a fin y efecto de que los miembros de la Corte se distrajeran jugando al jeu de paume, un precedente de juegos de pelota como el tenis y la pelota vasca.
18 de brumario
El 18 de brumario del año VIII hace referencia a una fecha del calendario republicano francés, coincidente con el 9 de noviembre de 1799 según el calendario gregoriano. En esa fecha, Napoleón Bonaparte dio un golpe de Estado que acabó con el Directorio, última forma de gobierno de la Revolución francesa, e inició el periodo conocido como Consulado.
El día 18 de brumario del año VIII de la República (9 de noviembre de 1799) Napoleón Bonaparte, retornado desde la campaña de Egipto, y aprovechando la debilidad política del Directorio Ejecutivo gobernante en Francia, dio un sorprendente golpe de Estado contando con el apoyo popular y del ejército (sabedores de sus hazañas y capacidades en las diferentes campañas de las Guerras Revolucionarias Francesas), junto a algunos ideólogos de la Revolución como Sieyès. Ese día fue convocado con carácter de urgencia el Consejo de Ancianos para tratar una presunta conspiración de los jacobinos contra el gobierno. El Consejo tomó el acuerdo de trasladarse a Saint-Cloud por motivos de seguridad, pero al día siguiente Napoleón secuestró a la Asamblea con el apoyo del ejército. Aprovechando las intrigas y la división de competencias entre los aparatos legislativos y ejecutivos del Estado, y recurriendo por supuesto a la coacción personal, consiguió que los diputados franceses nombraran Cónsules provisionales a Sieyès, Roger Ducos y a él mismo.
De forma inmediata se preparó la reforma constitucional. Se tomaron medidas para asegurar el orden social en el país, acompañando las medidas económicas con el destierro de los jacobinos, al tiempo que Bonaparte aumentaba su popularidad gracias a estas medidas y a sus continuas apariciones públicas, ejerciendo el papel de salvador de la patria. A pesar de que la República contaba en teoría con tres cónsules, sólo Napoleón llegó a ejercerlo, merced a una truco legal consistente en iniciar el gobierno de los cónsules por orden alfabético (Bonaparte-Ducos-Sieyès).
Este golpe de Estado, que en principio pretendía acabar con la corrupción del anterior gobierno y favorecer los intereses de la nueva burguesía republicana le condujo a ocupar el título de Emperador de Francia el 2 de diciembre de 1804.
Durante mucho tiempo, se ha relacionado esta fecha (18 de brumario) con el concepto de golpe de Estado, tanto que en 1851, Karl Marx publica su obra titulada El 18 de brumario de Luis Bonaparte, relacionando el momento histórico con el concepto de cesarismo (véase también Julio César), aunque considerando Marx que dicho concepto no es aplicable a la realidad de su tiempo, debido al diferente carácter de las clases en pugna en comparación con las existentes durante el momento de Julio César.
James Lind, el hombre que encontró la cura para el escorbuto
Los marineros que eran atacados por el escorbuto empezaban a padecer diversas dolencias: Hemorragias, dificultad para cicatrizar heridas, debilidad, manchas en la piel, pequeñas verrugas, encías sangrantes... Todo ello combinado podía acabar con la vida de un hombre en apenas un mes de enfermedad sin tratamiento.
Como todos sabréis ya, el causante de esta enfermedad era la falta de vitamina C, la cual escaseaba en las largas travesías marítimas. Las frutas y verduras frescas, principales portadoras de la vitamina en cuestión, no formaban parte de la dieta habitual en los grandes viajes a través del Atlántico. Esta escasez de vitaminas y la mala calidad de vida en general que padecían los marineros convertían al escorbuto en una enfermedad habitual.
Pero, ¿quién se dio cuenta de que la vitamina C era la causa y, al mismo tiempo, solución de esta enfermedad? El responsable de este descubrimiento que salvó miles de vidas fue James Lind, médico escocés que pertenecía a la Armada Británica. Antes de que él llegara y encontrara la solución, los marineros atribuían la enfermedad a todo tipo de causas disparatadas: El frío del océano, la sangre corrompida, las maderas enmohecidas...
Por supuesto, ninguna de esas hipótesis era cierta, y, por tanto, tampoco se conocía ninguna cura (se había probado desde hacer sangrías hasta tomar grandes dosis de café) . La impotencia de los médicos ante tal enfermedad era total. Lind solía decir que el escorbuto podría llegar a causar más muertes en la flota británica que los ataques de franceses y españoles (este dato no está comprobado, pero sirve para hacerse una idea del terror que causaba la enfermedad).
Pero volvamos de nuevo a la vida de James Lind. Había nacido en Escocia, en el año 1716, y desde muy pronto tuvo afición por la medicina: Había ayudado a otros cirujanos como aprendiz y, más tarde, había estudiado para ser médico en la universidad. Con 23 años empezó a ejercer como cirujano en la marina inglesa y viajó por todo el Mediterráneo y las costas africanas, por lo que conocía a la perfección las enfermedades que surgen en el mar.
En un primer momento, las investigaciones de Lind se basaron en las enfermedades venéreas, para las cuales publicó una tesis e investigó intensamente. Sin embargo, durante una travesía marítima, pudo presenciar un hecho que cambió el rumbo de su investigación: Su barco sufrió un brote de escorbuto y, de los 350 marineros que habían sido afectados, sólo llegaron vivos a tierra 80 de ellos.
Tras este hecho traumático, empezó a preocuparse cada vez más por el escorbuto y decidió ser el encargado de curar a los marineros en el próximo brote de la enfermedad. Y así fue. Unos meses más tarde, recibió a 12 marineros gravemente afectados de escorbuto. Era el momento ideal para hacer sus experimentos, así que empezó a aplicar distintas dietas para ver si influía en el desarrollo de la enfermedad. En su diario médico anotó lo siguiente:
"Todos tenían las encías podridas, manchas en la piel, lasitud y debilidad de las rodillas, y tuvieron la misma dieta: Gachas endulzadas con azúcar, caldo de cordero, budines, galleta cocida con azúcar, cebada, arroz, pasas, sagú y vino. Dos de estos enfermos recibieron diariamente, de forma extra, un cuarto de galón de sidra tres veces al día, otros dos tomaban 2 cucharadas de vinagre tres veces al día. Dos de los más graves recibían media pinta de agua de mar. Otros 2 recibían 2 naranjas y un limón por día. Dos más recibían 25 gotas tres veces al día de elixir de vitriolo. Los dos enfermos restantes tomaban semilla de nuez moscada tres veces al día y una mezcla de ajo, semilla de mostaza, bálsamo del Perú y resina de mirra"
Evidentemente, los enfermos que recibieron una dosis extra de naranjas y limones, cítricos con alto contenido en vitamina C, se recuperaron a una velocidad asombrosa. De hecho, uno de ellos estaba perfectamente curado y listo para volver al trabajo en sólo seis días. Por poner un ejemplo, el limón posee 501,6 mg/L de vitamina C, y cualquier otra fruta similar tendrá un contenido parecido.
A pesar de que una gran parte de animales y plantas son capaces de sintetizar por sí mismos la vitamina C, el ser humano es incapaz de lograrlo, ya que carece de la enzima necesaria para su síntesis.
A pesar de que James Lind no fue el primero que sugirió la ingesta de frutas frescas como prevención y remedio para el escorbuto, fue el primero en demostrar científicamente su eficacia mediante el experimento comentado anteriormente.
Tras hacer este descubrimiento, Lind dejó de viajar e instaló una consulta médica en tierra. Durante ese período, escribió su estudio final sobre el escorbuto, "Tratado sobre la naturaleza, las causas y la curación del escorbuto", el cual publicó en el año 1753.
Por desgracia, la marina inglesa ignoró completamente este estudio, que cayó en el olvido durante largo tiempo. "La peste del mar", que así era como la llamaban los ingleses, siguió siendo algo incurable. No fue hasta el año 1794 (cuarenta años más tarde de las publicaciones de Lind) cuando un segundo experimento confirmó los beneficios de la vitamina C no sólo como cura, sino también como método preventivo: La embarcación Suffolk, dirigida por el almirante Alan Gardner, puso en marcha una dieta basada en grandes dosis de frutas frescas a lo largo de un viaje de 23 semanas hacia la India. En estos viajes de tan larga duración, era prácticamente inevitable que surgiera un brote de escorbuto; sin embargo, gracias al uso del zumo de limón en la dieta de los marineros, la travesía finalizó sin ningún afectado.
Desde ese día, el uso de jugo de limón y naranja fue algo casi obligatorio en cualquier embarcación de la marina inglesa, que acabó reconociendo el trabajo de James Lind.
El doctor Lind murió en el año 1794, dejando tras de sí el remedio para una de las enfermedades más devastadoras de los marineros. Pero eso no fue lo único que hizo para mejorar los viajes marítimos. James Lind mejoró notablemente la calidad de vida de los marineros, que vivían en un medio sucio y hostil: Logró que se les concediera una ropa adecuada y seca, presionó para que se realizaran fumigaciones y limpiezas en los barcos...
Y más importancia tiene su descubrimiento si tenemos en cuenta que, en su época, todavía no estaba descubierta la vitamina C. Elaboró toda su teoría basándose en sus experimentos. El descubridor de esta vitamina fue el húngaro Albert Szent-Györgyi (a quien podéis ver en la imagen izquierda). Este científico (ganador de un premio Nobel) fue el que finalmente confirmó, en la primera mitad del siglo XX, los experimentos de Lind mediante sus estudios sobre la vitamina C y su relación con el escorbuto.
A día de hoy, gracias a los precisos y sólidos argumentos de Lind y a la confirmación "completa" por parte de Albert, el escorbuto es una enfermedad mucho menos temida y más fácil de tratar.
Benito Pérez Galdós
Curiosidades que desconoces sobre Benito Pérez Galdós
Benito Pérez Galdós fue uno de los más importantes novelistas del realismo, y uno de los mayores representantes de la literatura española del siglo XIX. Autor de grandes novelas y de sus famosos episodios nacionales, este escritor se ha ganado un puesto asegurado en la literatura. Hoy, veremos algunas de las anécdotas más interesantes de su vida:- Desde pequeño, Galdós ya se fue instruyendo en el conocimiento de la historia: Su padre, que era coronel del ejército, solía contarle historias y batallas de la Guerra de la Independencia. Su madre, (que, por cierto, era hija de un secretario de la Inquisición), también avivaba su imaginación como podía. Su ingreso en un colegio bastante avanzado en materia educativa (Colegio de San Agustín) hizo el resto para formar el precoz intelecto de este escritor.
- Sin embargo, su primera afición no fue la escritura, sino el dibujo. Le encantaba pintar con carboncillo y retratar personajes y paisajes, por lo que se matriculó en la carrera de "Bellas Artes". Sin embargo, la escritura también se le presentó como afición muy tempranamente, y en seguida empezó a colaborar en periódicos con algunas poesías, cuentos cortos...
- Uno de sus objetivos de la juventud fue estudiar la carrera de Derecho. Así que se fue a Madrid a estudiar. Sin embargo, allí se fomentó más su faceta como escritor que como estudiante de derecho: Iba a teatros, se relacionaba con escritores famosos, estudiaba filosofía... De hecho, en numerosas ocasiones hizo novillos para escaparse de sus aburridas clases e irse a desarrollar su verdadera pasión, la escritura.
- Mientras está en Madrid, Galdós presencia un hecho que marcó fuertemente su pensamiento: La Noche de San Daniel. Este acontecimiento fue una revuelta estudiantil que enfrentó a unos universitarios y a la guardia civil y el ejército. Éstos últimos reprimieron violentamente una manifestación que los alumnos habían presentado para apoyar al rector de la universidad (el cual había tomado unas decisiones muy polémicas que no gustaron a todo el mundo). Galdós escribió sobre ello:
"Presencié, confundido con la turba estudiantil, el escandaloso motín de la noche de San Daniel —10 de abril del 65—, y en la Puerta del Sol me alcanzaron algunos linternazos de la Guardia Veterana, y en el año siguiente, el 22 de junio, memorable por la sublevación de los sargentos en el cuartel de San Gil, desde la casa de huéspedes, calle del Olivo, en que yo moraba con otros amigos, pude apreciar los tremendos lances de aquella luctuosa jornada. Los cañonazos atronaban el aire... Madrid era un inferno"
- Su personalidad tenía un rasgo muy distintivo: Era enormemente tímido. Se dice que sufría al hablar en público y siempre utilizaba el menor número de palabras posible. Siempre vestía con tonos sombríos y de forma despreocupada, para pasar desapercibido. Se cortaba el pelo todo lo posible y a menudo usaba bufandas para resguardarse del frío. También era imprescindible en su aspecto un puro o cigarro, el cual siempre llevaba consigo (de hecho, en algunas novelas suyas como "Marianela", algunos personajes siempre llevan un cigarro encima).
- Una de sus cualidades más destacadas era su capacidad para recordar con exactitud todo lo que veía (hay quien incluso cree que podría tener algún indicio de memoria eidética). Le encantaba buscar todos los detalles de cualquier papel o folleto, e incluso podía recordar capítulos enteros del Quijote sin grandes dificultades.
- Con el tiempo, Galdós empezó a traducir obras de otros grandes escritores como Balzac o Dickens, por lo que acabó dejando por completo su carrera de derecho. Su faceta literaria creció con enorme rapidez y los periódicos y revistas le pedían colaboraciones y relatos. De hecho, cuando publicó su primer libro (La fontana de oro), lo hizo con ayuda de revistas literarias con las que colaboraba habitualmente.
- Un aspecto que destaca en la personalidad de Galdós durante esta época de revoluciones y cambios ideológicos, fue su enorme respeto político. Él tenía una ideología muy clara y había participado en algunos partidos políticos (en el partido progresista de Sagasta), pero se llevaba bien con las personas que tenían un pensamiento totalmente contrario. Siempre luchó contra el fanatismo político, y creía que se podía combinar el respeto y la actividad política mediante discusiones civilizadas.
- Galdós, a pesar de tener una popularidad enorme entre el público, en los últimos años de su vida tuvo bastantes gastos y problemas económicos. Tenía bastante facilidad para endeudarse y debía recurrir a préstamos y usureros, como bien dice el escritor Ramón Pérez de Ayala en el siguiente texto:
"En una ocasión don Gabino Pérez, su editor, le quiso comprar en firme sus derechos literarios de las dos primeras series de los Episodios nacionales por quinientas mil pesetas, una fortuna entonces. Don Benito replicó: «Don Gabino, ¿vendería usted un hijo?». Y, sin embargo, don Benito no sólo no disponía jamás de un cuarto, sino que había contraído deudas enormes (...) Era cliente y vaca lechera de todos los usureros y usureras matritenses, a quienes, como se supone, había estudiado y cabalmente conocía en la propia salsa y medio típico, con todas sus tretas y sórdida voracidad. ¡Qué admirable cáncer social para un novelista!"
- Una de sus aficiones fue la de recorrer toda España en vagones de ferrocarril de tercera clase (es decir, la los pobres). Se codeaba con los pobres y se hospedaba en hostales y posadas baratos. En sus viajes, se levantaba pronto, cogía su pluma y anotaba todo lo que se le viniera a la mente. Aprovechaba también las travesías en tren para espiar las conversaciones de los viajeros y obtener así ideas para los diálogos en sus novelas.
- En sus últimos años mantuvo un estilo de vida muy cultural: Leía grandes autores de España y de otros países (Cervantes, Shakespeare, Dickens, Tolstói...), daba enormes paseos por Madrid y adquirió un gran gusto por la música. Iba a conciertos siempre que podía y, después, hacía críticas musicales de lo que había oído. Durante largos años mantuvo su pasión por la música.
- Como ya dijimos antes, tuvo una fuerte ideología política. De hecho, la ciudad de Madrid lo eligió como representante en las Cortes de 1907 y llegó a ser el dirigente de la coalición republicano-socialista. Sin embargo, acabó renegando de la vida política y se separó de su partido, alegando que "no se sentía político".
- Finalmente, Galdós acabó padeciendo de ceguera total. Perdió toda capacidad de visión. Sin embargo, sus admiradores y lectores decidieron construir una estatua en su honor, para honrar el enorme trabajo que había hecho por la literatura. Galdós, que no podía ver, pidió que le subieran a lo alto de la estatua y que le permitieran palpar la cara, para comprobar si la había retratado con exactitud. Tras hacerlo, echó a llorar en medio de todo el mundo mientras aplaudía el enorme trabajo que le habían dedicado. Todo el mundo se sumó a su emoción en medio de aplausos y llantos, mientras que el escritor seguía tocando la cara de la estatua.
- En el día el 4 de enero de 1920, murió en su casa, en la calle Hilarión Eslava de Madrid. Se dice que, mientras se estaba muriendo en su cama, llamó al doctor Centeno, uno de los personajes ficticios que él había creado. Más de 20.000 madrileños lo acompañaron en su entierro, en un enorme acontecimiento multitudinario.
viernes, 12 de noviembre de 2010
El Rococó es un movimiento artístico nacido en Francia, que se desarrolla de forma progresiva entre los años 1730 y 1770.
El Rococó se define por el gusto por los colores luminosos, suaves y claros. Predominan las formas inspiradas en la naturaleza, en la mitología, en la belleza de los cuerpos desnudos, en el arte oriental y especialmente en los temas galantes y amorosos. Es un arte básicamente mundano, sin influencias religiosas, que trata temas de la vida diaria y de las relaciones humanas. Es un estilo que busca reflejar lo que es agradable, refinado, exótico y sensual.
urante el reinado de Luis XV, la vida de la corte se mantiene en el palacio de Versalles, extendiendo el cambio artístico del palacio real y permiten su difusión a toda la alta sociedad francesa. La delicadeza y la alegría de los motivos Rococó han sido vistos a menudo como una reacción a los excesos del régimen de Luis XIV.Si lo Barroco estaba al servicio del poder absolutista, el Rococó está al servicio de la aristocracia y la burguesía. El artista deja de ser un servidor del poder y trabaja con más libertad y se inicia el mercado del arte. El Rococó se presenta como un arte al servicio de la comodidad, el lujo y la fiesta. Las escenas de su pintura recogen este nuevo estilo de vida.
Con respecto a la vertiente social, se inicia un cambio en el papel de la mujer, que se convierte en organizadora de reuniones para hablar de literatura, política, juegos de ingenio o para bailar. Este entorno de alta actividad social dentro la alta burguesía es el lugar adecuado para que los artistas se promocionen y hagan clientes. Los motivos del Rococó buscan reproducir el sentimiento típico de la vida aristocrática, libre de preocupaciones, o de novela ligera, más que batallas heroicas o figuras religiosas.
martes, 9 de noviembre de 2010
“La muerte de Marat”
“La muerte de Marat” es la Obra de David más conocida; Jean Paul Marat es el periodista y parlamentario revolucionario que fue asesinado por Carlota Corday, en ella David muestra todo el afecto que tenía por su intimo amigo.
David tenia un defecto en su boca, producto de una bala recibida durante un duelo, esto no le permitía hablar con fluidez, todo lo contrario de su amigo Marat que asombraba a su público con una oratoria digna de aplaudir.
Vemos en esta Obra un tratamiento “Sacro”, que nos remite a los mártires católicos, quizás producto de la influencia italiana de David. También nos recuerda, de cierta manera, el claroscuro de Caravaggio. Una contradicción, al final, esta Obra revolucionaria pintada de forma tan ortodoxa.
Hay que acotar, a su vez, los vaivenes políticos que influyen en la admiración de una Obra de Arte. Como espectadores siempre veremos los hechos desde el prisma que nuestra cultura nos permita entender. “La muerte de Marat” nos brindó la imagen de un héroe asesinado por una arpía, para después esa misma mujer ser el emblema de una persona que antepone su vida en pos de los intereses de su Nación. Sublime.
El cuadro fue olvidado por 50 años, hasta que Charles Baudelaire lo sacó del injusto anonimato, con su crítica magnifica en el año 1846.
¿Por qué Marat escribia sus obras en la bañera? Porque tenía una enfermedad en la piel y el agua caliente le aliviava los dolores.
La batalla de Waterloo
Hulton Deutsch.
Retirada de Napoleón en Waterloo.
La batalla de Waterloo del 18 de junio de 1815 alteró el equilibrio de poder en Europa. Las tropas de Napoleón fueron definitivamente derrotadas por los ejércitos aliados de Gran Bretaña, los Países Bajos, Hannover y Bélgica. Sólo la valiente actuación de la Vieja Guardia permitió escapar a Napoleón.
Napoleón Bonaparte
Napoleón I Bonaparte fue un militar y gobernante francés, general republicano durante la Revolución y el Directorio, artífice del golpe de Estado del 18 de Brumario que le convirtió en Primer Cónsul (Premier Consul) de la República el 11 de noviembre de 1799; cónsul vitalicio desde el 2 de agosto de 1802 hasta su proclamación como Emperador de los franceses (Empereur des Français) 18 de mayo de 1804, siendo coronado el 2 de diciembre; proclamado Rey de Italia el 18 de marzo de 1805 y coronado el 26 de mayo, ostentó ambos títulos hasta el 11 de abril de 1814 y, nuevamente, desde el 20 de marzo hasta el 22 de junio de 1815.
Durante un periodo de poco más de una década, adquirió el control de casi toda Europa Occidental y Central mediante una serie de conquistas y alianzas, y sólo tras su derrota en la Batalla de las Naciones, cerca de Leipzig, en octubre de 1813, se vio obligado a abdicar unos meses más tarde. Regresó a Francia y al poder durante el breve período llamado los Cien Días y fue decisivamente derrotado en la Batalla de Waterloo en Bélgica, el 18 de junio de 1815, siendo desterrado por los ingleses a la isla de Santa Elena, donde falleció.
Napoleón es considerado como uno de los mayores genios militares de la Historia, habiendo comandado campañas bélicas muy exitosas, aunque con ciertas derrotas igualmente estrepitosas. Sus agresivas guerras de conquista se convirtieron en las mayores operaciones militares conocidas hasta ese momento en Europa, involucrando a un número de soldados jamás visto en los ejércitos de la época. Además de estas proezas bélicas, a Napoleón también se le conoce por el establecimiento del Código Napoleónico y es considerado por algunos un «monarca iluminado» debido a su extraordinario talento y capacidad de trabajo. Otros, sin embargo, lo estiman un dictador tiránico cuyas guerras causaron la muerte de millones de personas, así como uno de los personajes más megalómanos y nefastos de todos los tiempos.
Se le juzga como el personaje clave que marcó el inicio del siglo XIX y la posterior evolución de la Europa contemporánea.
Sus soldados lo llamaban el Pequeño Cabo (Le Petit Caporal), en tanto que los ingleses se referían a él con el despectivo Boney y las monarquías europeas como el tirano Bonaparte, el Ogro de Ajaccio o el Usurpador Universal.Partido del Té: revuelta populista contra Obama y Wall Street
La catástrofe rebasa los confines de Massachusetts y ha puesto en tela de juicio la capacidad de gestión de Obama, lo cual conlleva profundas implicaciones en la política exterior de Estados Unidos.
Anna Fifield, de The Financial Times (19/1/10), diagnostica correctamente que detrás del triunfo sorprendente del republicano Scott Brown (un óptimo candidato) se encuentra el Partido del Té (The Tea Party), que catalizó a la extrema derecha populista y racista.
Ya habíamos anticipado el ascenso irresistible del Partido del Té (ver Bajo la Lupa, 13/12/09), genuina protesta ciudadana frente a los atracos descarados de los banqueros de Wall Street.
Como hace más de dos siglos, hoy se repite en el mismo Boston la revuelta populista en contra de los excesos de un mal gobierno que ignora el malestar ciudadano.
Anna Fifield pone en relieve que el Partido del Té ha absorbido a la extrema derecha televangelista y racista del Partido Republicano.
Puntualiza que el Partido del Té “está bien organizado, y bien financiado (sic) por una red de grupos conservadores” cuya punta de lanza la constituyen FreedomWorks y Americans for Prosperity, que han congregado masivas manifestaciones en Washington en las que “se oponen a todo (sic), desde la legislación del cambio climático hasta el paquete de estímulo económico”, en donde han insultado con ataques racistas a Obama, tildado de “marxista musulmán” (otros lo han vilipendiado como instrumento de los banqueros israelíes Rotschild).
Cita a Faiz Shakir, del Centro del Progreso Estadunidense, centro de pensamiento cercano a los demócratas, quien considera que las protestas del Partido del Té “persistirán”, debido a su enorme financiamiento proveniente del “sector petrolero (¡súper-sic!) y/o de Wall Street”, quienes saben que no serán favorecidos por Obama, por lo que “usan la furia popular para sus propios intereses empresariales”. ¿Pues qué se esperaban los ingenuos demócratas?
Anna Fifield asevera que la influencia del Partido del Té es ya “muy significativa en la política interna de Estados Unidos” y que está apoyado por Sarah Palin, la fracasada candidata a la vicepresidencia, y Rush Limbaugh, “el incendiario conductor de Fox News”.
Mas que votar por el Partido Republicano y/o el Partido del Té, el iracundo electorado estaría votando en contra de Obama, quien ha sufrido una transmogrificación (transformación a una forma extraña) al actuar más como presidente del statu quo del establishment que como “el presidente del cambio” del Partido Demócrata que se esperaba, pretendiendo ignorar, a su cuenta y riesgo, la gravedad de la situación económica y financiera de Estados Unidos, que ha martirizado primordialmente a la clase media, ya no se diga a los miserables desahuciados, en beneficio de una caterva de banqueros parasitarios.
El Obama de inicios de 2010 no tiene nada que ver con el candidato de 2008 que tanta esperanza le infundió a Estados Unidos y al mundo.
El Obama de todo el 2009 fue un espejismo insalubre que pretendió engañar con su seductora grandilocuencia desvinculada de sus actos de gobierno y que dejó perdidas sus promesas en el desierto de sus maravillosos discursos de conciliación biosférica en Egipto, Turquía y Trinidad-Tobago.
El ascenso del Partido del Té es imponentemente real, como reflejo de una profunda crisis que se manifiesta más que en otro lado en el cementerio masivo del desempleo: 5 millones de estadunidenses perdieron su trabajo en 2009; solamente en diciembre se alcanzó medio millón de despedidos, mientras los banqueros de la plutocracia parasitaria de Wall Streeet se gratificaban con bonificaciones subvencionadas por los contribuyentes.
La reforma de salud de Obama ha quedado en el aire, mientras en Alemania lo dan por liquidado (Der Spiegel, 21/1/10).
No nos preocupa tanto la elección de “medio término” en noviembre de este año, cuando, en caso de proseguir la tendencia de la justificada revuelta ciudadana, el Partido del Té no solamente le quitaría las mayorías que todavía conserva el Partido Demócrata en las dos cámaras, amén de paralizar la lubricación del Ejecutivo con el Legislativo, sino, peor aún, pudiera llevar a la ominosa defenestración (impeachment) de un Obama pusilánime e irreconocible para sus electores defraudados.
domingo, 7 de noviembre de 2010
Maximilien Robespierre
Maximilien Robespierre era el hijo mayor de Maximilien-Barthélémy-François de Robespierre (nacido en 1732), abogado ante el Consejo Supremo de Artois, y Jacqueline-Marguerite Carraut (nacida en 1735), hija de un cervecero de Arras. Después de conocerse en 1757, los dos jóvenes se casaron el 2 de enero de 1758. Nacido en Arras el 6 de mayo siguiente, Robespierre fue por lo tanto concebido fuera del matrimonio. Su padre era descendiente de una familia de artesanos textiles: su abuelo, Maximilien (1,694 - 1762) también fue consejero del Consejo Supremo de Artois, su bisabuelo Martín (1.664 - 1.720) fiscal en Carvin, su bisabuelo Robert (1627 - 1707) notario en Carvin y agente judicial de Oignies. La pareja tuvo cuatro hijos mas: Charlotte, en 1760, Henriette-Eulalie-Françoise en 1761 y Agustin en 1763, el más joven nació el 4 de julio de 1764. Pero la madre murió diez días después, a la edad de veintinueve, falleciendo a continuación el recién nacido. Robespierre tenía seis años. De acuerdo a Las Memorias de Charlotte, François de Robespierre habría abandonado a sus hijos poco después de la muerte de su esposa. Por contra, según Gerard Walter, encontramos rastros de él en Arras, hasta marzo de 1766 y de nuevo en octubre de 1768. Existen dos cartas de François de Robespierre enviadas a Mannheim, confirmando que vivió en Alemania en junio de 1770 y octubre de 1771. Al año siguiente, según el Registro de las audiencias del Consejo de Artois, habría vuelto a Arras, donde sostuvo quince casos del 13 de febrero a mayo de 22. Por último, en marzo de 1778, a la muerte de su padrastro, una sentencia de los regidores de Arras, indicaba que aun ausente, estaba representado. Posteriormente, de acuerdo a este documento se pierde su pista. Sin embargo, un acta de entierro sitúa su muerte en Munich el 6 de noviembre de 1777, de acuerdo a la versión de Henri Guillemin y Catherine Fouquet pero esto es rechazado por Gérard Walter, como hipótesis de un periplo en América.
Después de la muerte de su madre, las niñas fueron recogidas por sus tías paternas, los chicos por su abuelo materno, Jacques Carraut. Maximilien ingresa, en 1765, en el colegio de Arras (Antigua institución jesuita ahora administrada por un comité local designado por el obispo). Charlotte, en sus memorias, dice que la actitud de Maximilien había experimentado un gran cambio en el tiempo y que, consciente de que de alguna manera ya era el cabeza de la familia, se hizo más grave y serio. En 1769, gracias a la intervención del canónigo Ayme con obispo de Arras, obtuvo una subvención de 450 libras al año de la Abadía de San Vaast y entró en el Colegio Louis-le-Grand de París.
A pesar de su extrema pobreza, fue un brillante estudiante en el Colegio Louis-le-Grand (de 1769 a 1781), donde tuvo por compañeros de clase a Camille Desmoulins, y Louis-Marie Stanislas Fréron. Su nombre fue citado en repetidas ocasiones en la distribución de los premios del Concurso General: Segundo para el premio en Latín y el sexto accésit para la versión latina de 1772, cuarto premio de verso latino y la versión latina en 1774, dos segundos premios en Latín y el cuarto accésit de versión griega en 1775, el primer premio en retórica en 1776, etc. Según el Abad Proyart prefecto de la universidad, fue un alumno estudioso, dedicado exclusivamente a trabajar, solitario y soñador, poco expansivo. Muy apreciado por sus maestros, fue elegido, aprovechando la visita posterior a su coronación que hizo en 1775 Luis XVI al Liceo Louis-le-Grand donde Maximilien Robespierre (de 17 años) leyó un discurso en latín para el Rey cargado de loas y honores. El día del discurso, Robespierre y la multitud esperaron bajo la lluvia varias horas a que el rey y la reina llegaran. Tras su llegada ambos permanecieron en el carruaje durante la ceremonia y se marcharon justo a su finalización. Se cree que Robespierre pudo estar entre quienes gritaron "muerte al rey".
Según las memorias póstumas de Brissot, testimonio rechazado por Gérard Walter por inverosímil, por razones cronológicas, habría sido empleado durante cierto tiempo del hijo del Procurador Nolleau. Se licencia en Derecho por la Facultad de París el 31 julio de 1780, se graduó en concesión de licencias el 15 de mayo de 1781 y se inscribió en el registro de los abogados de la asamblea de París, después de dos semanas. El 19 de julio, tras un informe del director de la escuela, se le concede una recompensa de 600 libras.
Socialismo utópico
Socialismo utópico es una expresión que designa un conjunto heterogéneo de doctrinas de reforma social, previas al auge del marxismo y el anarquismo, que surgieron a comienzos del siglo XIX como respuesta a los serios problemas que acarreaba el triunfo del industrialismo y el liberalismo en Europa.
Los representantes más destacados de esta corriente son Robert Owen en Inglaterra, y Henri de Saint-Simon, Charles Fourier y Étienne Cabet en Francia. Algunos rasgos comunes se pueden encontrar también en las corrientes insurreccionalistas de Graco Babeuf, Filippo Buonarroti y Auguste Blanqui.
Las diferentes corrientes del socialismo utópico se disolvieron o se fueron integrando al vasto movimiento socialista hegemonizado desde la Asociación Internacional de Trabajadores (1864-1876) por las ideas de Marx y Bakunin. Pero dejaron una impronta significativa, en particular en el cooperativismo, la socialdemocracia, el hippismo, el capitalismo estatista, el ecologismo, el feminismo, las ecoaldeas y el cristianismo social.
Alonso Fernández de Lugo
Alonso Luis Fernández de Lugo nació en Sanlúcar de Barrameda (España) durante el reinado de los Reyes Católicos. Se alistó en la Marina llegando a obtener el título de Adelantado y de capitán General de las costas de África. Participó en la conquista de Gran Canaria, y conquistó las islas de La Palma y Tenerife, las últimas Islas Canarias anexionadas por la corona castellana. Alonso Fernández de Lugo fue el Primer Adelantado Mayor de Canarias.
Fernández de Lugo dio el actual apodo a la ciudad de San Cristóbal de La Laguna en Tenerife ("La Ciudad de Los Adelantados"). Fallece el 20 de mayo de 1525 y sus restos reposan actualmente en la antigua parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, hoy, Santa Iglesia Catedral de La Laguna (Tenerife), adonde fueron trasladados en la segunda mitad del siglo XIX.