Curiosidades que desconoces sobre Benito Pérez Galdós
Benito Pérez Galdós fue uno de los más importantes novelistas del realismo, y uno de los mayores representantes de la literatura española del siglo XIX. Autor de grandes novelas y de sus famosos episodios nacionales, este escritor se ha ganado un puesto asegurado en la literatura. Hoy, veremos algunas de las anécdotas más interesantes de su vida:- Desde pequeño, Galdós ya se fue instruyendo en el conocimiento de la historia: Su padre, que era coronel del ejército, solía contarle historias y batallas de la Guerra de la Independencia. Su madre, (que, por cierto, era hija de un secretario de la Inquisición), también avivaba su imaginación como podía. Su ingreso en un colegio bastante avanzado en materia educativa (Colegio de San Agustín) hizo el resto para formar el precoz intelecto de este escritor.
- Sin embargo, su primera afición no fue la escritura, sino el dibujo. Le encantaba pintar con carboncillo y retratar personajes y paisajes, por lo que se matriculó en la carrera de "Bellas Artes". Sin embargo, la escritura también se le presentó como afición muy tempranamente, y en seguida empezó a colaborar en periódicos con algunas poesías, cuentos cortos...
- Uno de sus objetivos de la juventud fue estudiar la carrera de Derecho. Así que se fue a Madrid a estudiar. Sin embargo, allí se fomentó más su faceta como escritor que como estudiante de derecho: Iba a teatros, se relacionaba con escritores famosos, estudiaba filosofía... De hecho, en numerosas ocasiones hizo novillos para escaparse de sus aburridas clases e irse a desarrollar su verdadera pasión, la escritura.
- Mientras está en Madrid, Galdós presencia un hecho que marcó fuertemente su pensamiento: La Noche de San Daniel. Este acontecimiento fue una revuelta estudiantil que enfrentó a unos universitarios y a la guardia civil y el ejército. Éstos últimos reprimieron violentamente una manifestación que los alumnos habían presentado para apoyar al rector de la universidad (el cual había tomado unas decisiones muy polémicas que no gustaron a todo el mundo). Galdós escribió sobre ello:
"Presencié, confundido con la turba estudiantil, el escandaloso motín de la noche de San Daniel —10 de abril del 65—, y en la Puerta del Sol me alcanzaron algunos linternazos de la Guardia Veterana, y en el año siguiente, el 22 de junio, memorable por la sublevación de los sargentos en el cuartel de San Gil, desde la casa de huéspedes, calle del Olivo, en que yo moraba con otros amigos, pude apreciar los tremendos lances de aquella luctuosa jornada. Los cañonazos atronaban el aire... Madrid era un inferno"
- Su personalidad tenía un rasgo muy distintivo: Era enormemente tímido. Se dice que sufría al hablar en público y siempre utilizaba el menor número de palabras posible. Siempre vestía con tonos sombríos y de forma despreocupada, para pasar desapercibido. Se cortaba el pelo todo lo posible y a menudo usaba bufandas para resguardarse del frío. También era imprescindible en su aspecto un puro o cigarro, el cual siempre llevaba consigo (de hecho, en algunas novelas suyas como "Marianela", algunos personajes siempre llevan un cigarro encima).
- Una de sus cualidades más destacadas era su capacidad para recordar con exactitud todo lo que veía (hay quien incluso cree que podría tener algún indicio de memoria eidética). Le encantaba buscar todos los detalles de cualquier papel o folleto, e incluso podía recordar capítulos enteros del Quijote sin grandes dificultades.
- Con el tiempo, Galdós empezó a traducir obras de otros grandes escritores como Balzac o Dickens, por lo que acabó dejando por completo su carrera de derecho. Su faceta literaria creció con enorme rapidez y los periódicos y revistas le pedían colaboraciones y relatos. De hecho, cuando publicó su primer libro (La fontana de oro), lo hizo con ayuda de revistas literarias con las que colaboraba habitualmente.
- Un aspecto que destaca en la personalidad de Galdós durante esta época de revoluciones y cambios ideológicos, fue su enorme respeto político. Él tenía una ideología muy clara y había participado en algunos partidos políticos (en el partido progresista de Sagasta), pero se llevaba bien con las personas que tenían un pensamiento totalmente contrario. Siempre luchó contra el fanatismo político, y creía que se podía combinar el respeto y la actividad política mediante discusiones civilizadas.
- Galdós, a pesar de tener una popularidad enorme entre el público, en los últimos años de su vida tuvo bastantes gastos y problemas económicos. Tenía bastante facilidad para endeudarse y debía recurrir a préstamos y usureros, como bien dice el escritor Ramón Pérez de Ayala en el siguiente texto:
"En una ocasión don Gabino Pérez, su editor, le quiso comprar en firme sus derechos literarios de las dos primeras series de los Episodios nacionales por quinientas mil pesetas, una fortuna entonces. Don Benito replicó: «Don Gabino, ¿vendería usted un hijo?». Y, sin embargo, don Benito no sólo no disponía jamás de un cuarto, sino que había contraído deudas enormes (...) Era cliente y vaca lechera de todos los usureros y usureras matritenses, a quienes, como se supone, había estudiado y cabalmente conocía en la propia salsa y medio típico, con todas sus tretas y sórdida voracidad. ¡Qué admirable cáncer social para un novelista!"
- Una de sus aficiones fue la de recorrer toda España en vagones de ferrocarril de tercera clase (es decir, la los pobres). Se codeaba con los pobres y se hospedaba en hostales y posadas baratos. En sus viajes, se levantaba pronto, cogía su pluma y anotaba todo lo que se le viniera a la mente. Aprovechaba también las travesías en tren para espiar las conversaciones de los viajeros y obtener así ideas para los diálogos en sus novelas.
- En sus últimos años mantuvo un estilo de vida muy cultural: Leía grandes autores de España y de otros países (Cervantes, Shakespeare, Dickens, Tolstói...), daba enormes paseos por Madrid y adquirió un gran gusto por la música. Iba a conciertos siempre que podía y, después, hacía críticas musicales de lo que había oído. Durante largos años mantuvo su pasión por la música.
- Como ya dijimos antes, tuvo una fuerte ideología política. De hecho, la ciudad de Madrid lo eligió como representante en las Cortes de 1907 y llegó a ser el dirigente de la coalición republicano-socialista. Sin embargo, acabó renegando de la vida política y se separó de su partido, alegando que "no se sentía político".
- Finalmente, Galdós acabó padeciendo de ceguera total. Perdió toda capacidad de visión. Sin embargo, sus admiradores y lectores decidieron construir una estatua en su honor, para honrar el enorme trabajo que había hecho por la literatura. Galdós, que no podía ver, pidió que le subieran a lo alto de la estatua y que le permitieran palpar la cara, para comprobar si la había retratado con exactitud. Tras hacerlo, echó a llorar en medio de todo el mundo mientras aplaudía el enorme trabajo que le habían dedicado. Todo el mundo se sumó a su emoción en medio de aplausos y llantos, mientras que el escritor seguía tocando la cara de la estatua.
- En el día el 4 de enero de 1920, murió en su casa, en la calle Hilarión Eslava de Madrid. Se dice que, mientras se estaba muriendo en su cama, llamó al doctor Centeno, uno de los personajes ficticios que él había creado. Más de 20.000 madrileños lo acompañaron en su entierro, en un enorme acontecimiento multitudinario.
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