miércoles, 22 de diciembre de 2010

La Mano negra

Oficialmente unificación o muerte, era una sociedad secreta fundada en el Reino de Serbia en mayo de 1911, como parte del movimiento nacionalista de la Pan-Slavism, con la intención de unir todos los territorios que contenían las poblaciones eslavas del sur (servios, croatas, macedonios, eslovenas, etc.) anexas por Austria-Hungría.
La mano negra fue fundada por los miembros anteriores de una sociedad del semi-secreto nombrada Narodna Odbrana (defensa de la gente) dedicado a alcanzar la tan deciada Pan-Slavism y del nacionalismo por medio del asesinato. El propósito del grupo era reclutar y entrenar a los partidarios para una guerra posible entre Serbia y Austria para que serbia se libere de Austria. Conforme a su propaganda anti-Austríaca, organizaron espías y a saboteadores para funcionar dentro del imperio en las provincias formaron a los grupos apostados en Eslovenia, Bosnia, Hercegovina y Austria. En 1909, después de la crisis bosnia de la anexión, Austria ejerció presión sobre el gobierno servio para poner fin a su insurrección anti-Austríaca. En aquel momento Rusia careció de fuerza militar para apoyar completamente a Serbia en caso de una guerra, así que la organización fue forzada a detenerse. Desde entonces, Narodna Odbrana intentó disfrazarse como organización cultural cambiando de puesto su concentración a la educación y a la propaganda dentro de Serbia. 1912, las diferencias entre los dos grupos principales con los líderes políticos del partido radical y los oficial militares. Los líderes políticos prefirieron un acercamiento más pasivo de momento, incluyendo relaciones más pacíficas con Austria y concentrar en la consolidación de Serbia para la lucha futura, pero algunos de los oficiales del ejército estaban impacientes con las políticas radicales más moderadas. Por lo tanto, los miembros más entusiastas del Narodna Odbrana comenzaron a una nueva sociedad secreta,la mano negra fue fundada.
El dirigente de “La mano negra” era el coronel Dragutin Dimitrievich,conosido como la Apis(la abeja) un alto oficial del Estado Mayor serbio al servicio de Austria. Era de todos conocida la íntima relación que durante mucho tiempo mantuvo con los miembros de la dinastía Karageorgevich, con el emperador Pedro I y los demás miembros de la nobleza. Se cuenta que Dimitrievich era un personaje carismático e intensamente popular.


La organización "la mano negra" cambiaria el curso de la historia
El 28 de junio de 1914,el nacionalista serbio Gavrilo Princip, preparado por la organización anarquista Mano Negra, asesinó en Sarajevo, capital de la provincia de Bosnia, al archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austríaco, y a su esposa, Sofía. Las autoridades austríacas decidieron iniciar una tercera guerra de los Balcanes -anteriormente, se habían producido otras dos, una en 1912 y otra en 1913- con el fin de castigar a los serbios. Sin embargo, lo que en principio se pensó sería un conflicto breve, se convirtió en la chispa que desencadenaría la primera guerra mundial.
Así, el 28 de julio, un mes después del asesinato del archiduque Francisco Fernando, Austria-Hungría declara la guerra a Serbia; el 1 de agosto, Alemania declara la guerra a Rusia, y el 3 de agosto a Francia. El 6 de agosto, Serbia declara la guerra a Alemania y Austria-Hungría a Rusia. En una semana, las grandes potencias se encontraron enfrentadas en un conflicto que, además del hecho mencionado, tuvo entre sus causas la excesiva desconfianza entre los países involucrados, la falta de convicción de que el conflicto se podría haber evitado, pues ninguna nación quería renunciar a sus intereses; el desarrollo de una carrera armamentista y la rivalidad económica e imperialista.
Los seis asesinos fueron atrapados por los Austroungaros fueron torturados y condenados por traición. Colgaron al líder, Danilo Ilić. Los asesinos restantes en custodia no eran todavía veinte años a la hora del asesinato y así que fueron dados condenas de prisión. Dos de éstos fueron ejecutados. Absolvieron a algunos conspiradores periféricos. Una vasta investigación rodó encima de muchos jovenes mas, y la quinta columna que la mano negra servia habían intentado organizar fue eliminada. Serbia arrestó Voja importante Tankosić (miembro del comité de la mano negra que había sido precisado por los asesinos) pero fue soltado y vuelto a su unidad. El séptimo asesino se escapó a Montenegro en donde lo arrestaron. Austria-Hungría reclamaron su deportación pero las autoridades montenegrinas en lugar su le permitieron al asesino escapar a Serbia en donde él ensambló una nueva unidad Tankosić murió en noviembre de 1915 pero no antes de confesar su papel en el asesinato a los historiadores en Azania. Masterspy Rade Malobabić, militar servio Intelligence' el agente superior contra Austria-Hungría, fue arrestado en su vuelta a Austria-Hungría después del asesinato. En 1917 Serbia el gobierno de en exilio arrestó a los dirigentes de la mano negra que deseaba parar su influencia sobre el ejército y la política.luego los dirigentes fueron jusgados por planear el asesinato de Nikola Pašić y Príncipe heredero Aleksandar;a muchos les fueron dadas sentencias a la pena capital. Tres fueron al pelotón de fusilamiento, con la protestas del gobierno de Rusia. Antes de ser muerto, Dragutin Dimitrijević apis (la abeja) hizo una confesión escrita a la corte que decia que había pedido a Rade Malobabić para organizar el asesinato de Francisco Fernando. Malobabić hizo una confesión implicando a un sacerdote antes de que lo ejecutaran. Vulović' la confesión vino un ensayo él dijo que "recibi las órdenes firmadas por Serbia"

La Mano Negra

El 8 de octubre de 1908, dos días después de la anexión de Bosnia-Herzegovina por Austria-Hungría, varios militares, funcionarios y ministros del gobierno de Serbia tuvieron una reunión en el ayuntamiento de Belgrado. El objetivo era la fundación de Defensa Nacional, una organización semisecreta de carácter pan-eslava. El propósito del grupo era el reclutamiento y entrenamiento de partisanos para una posible guerra entre Serbia y Austria-Hungría, así como la propaganda y la actuación de espías y saboteadores dentro de las fronteras del Imperio, formando grupos satélites en Eslovenia, Istria y Bosnia-Herzegovina.

Las acciones del grupo fueron bastante efectivas, pero en 1909 y a raíz de las presiones de Viena y a la falta de respaldo de Rusia, el gobierno serbio decidió parar las acciones de insurrección dentro de las fronteras imperiales. Desde entonces, Defensa Nacional se dedicó a la propaganda dentro de las fronteras serbias.

Pero muchos exmiembros de la organización decidieron formar una nueva organización armada y continuar con las acciones terroristas. El 9 de mayo de 1911 nacía Unión o Muerte, mas conocida popularmente como La Mano Negra. En 1914 disponían de centenares de miembros, muchos de ellos funcionarios y militares serbios. El objetivo del grupo era la creación de la Gran Serbia, utilizando para ello todos los medios posibles. La organización entrenó saboteadores y guerrilleros y fue responsable de numerosos asesinatos. La Mano Negra se organizaba básicamente a nivel de células de entre 3 y 5 miembros, por encima de las cuales estaban los comités de distrito, y por encima de ellos el Comité Central en Belgrado formado por diez miembros, cuyo jefe era el coronel Dragutin Dimitrijevic, alias Apis. Dimitrijevic era el Jefe de Inteligencia del Estado Mayor de Serbia. Cada miembro de una célula sabía muy poco o casi nada sobre las otras células. Los nuevos miembros juraban: Ante Dios, por mi honor y mi vida, ejecutaré todas las misiones y órdenes sin preguntar. Juro ante Dios, por mi honor y mi vida, que me llevaré a la tumba todos los secretos de esta organización.


Sello de la organización

La organización mantenía importantes lazos con el gobierno. El propio príncipe heredero Alejandro era uno de sus financiadores. Pero en 1914 las buenas relaciones empezaron a agriarse: el primer ministro Nikola Pasic no era del agrado de La Mano Negra, pues lo consideraban poco entusiasta de la causa de la Gran Serbia. Pasic, por su parte, empezó a temer a La Mano Negra pues sabía lo peligroso que era enemistarse con ellos.

En 1914, Apis dio su visto bueno al asesinato del heredero del trono de Austria-Hungría (no está claro si fue idea suya o si apoyó un plan ideado por los propios ejecutores). Tres miembros de la organización (Princip, Cabrinovic y Grabez) fueron armados, llevados hasta Sarajevo y cobijados por la red de La Mano Negra. Parece ser que el Comité Ejecutivo no estaba al tanto de la operación y que cuando el plan trascendió Apis hizo una simulación de detener la operación, sin duda para dar a entender que él no estaba detrás del crimen. Lo cierto es que los asesinos estuvieron muchos días en Sarajevo a la espera y que si se quería haber detenido la operación se había tenido tiempo más que de sobra.

Cuando los ejecutores y sus cómplices en Sarajevo fueron detenidos después del magnicidio quedó claro para todos que La Mano Negra y por extensión el gobierno de Serbia estaban detrás del crimen, sobre todo cuando tras los interrogatorios algunos de los detenidos dieron los nombres de Dimitrijevic y de otros oficiales serbios.

En diciembre de 1916, Pasic decidió acabar con la organización. En la primavera de 1917 Apis y los demás jefes del grupo fueron detenidos y juzgados por un tribunal militar, acusados de intentar asesinar al príncipe regente Alejandro. Los testigos eran numerosos, pero estaba claro que todo era un montaje pues las pruebas eran insustanciales. Siete jefes de La Mano Negra fueron condenados a muerte, peró sólo se ejecutó por fusilamiento a cuatro (Apis uno de ellos). Inmediatamente la organización fue declarada ilegal. No obstante, posteriormente a su ilegalización y descabezamiento, hubieron varios asesinatos de adversarios de la organización que nunca fueron reivindicados.

¿Qué era la Mano Negra?

La Mano Negra era una organización anarquista de carácter secreto y violento a la que se atribuía la intención de organizar atentados. De dudosa existencia, la organización supuestamente actuó en Andalucía a partir de 1881. La extensión del rumor de la presencia de la Mano Negra coincidió con la tensión social motivada por las malas cosechas y la constitución de la Federación de Trabajadores de la Región Española FTRE), de corte anarquista.

La Guardia Civil de Jerez de la Frontera, presionada por unos terratenientes molestos por el auge de las organizaciones campesinas de carácter revolucionario, detuvo en diciembre de 1882, en la localidad gaditana de San José del Valle, a 16 miembros de la FTRE acusados de asesinato. En los registros, la policía se incautó del reglamento de la asociación, identificada por el símbolo de una mano negra. La misma suerte corrieron campesinos de otras regiones andaluzas: llegó a haber 2.000 presos en Cádiz y 3.000 en Jerez.

De mayo a junio de 1883 se celebraron tres procesos contra presuntos miembros de esta organización, con el resultado de siete ejecuciones sin ninguna prueba. Entre los ajusticiados se hallaba el presunto cabecilla de la Mano Negra, Pedro Corbacho.

EL ATENTADO DE SARAJEVO-(28.6.1914)

La organización secreta la "Mano negra", al comenzar 1914 tenía ya el proyecto de atentar en contra de Francisco-José y el rey Fernando de Bulgaria. Cuando los responsables de la organización terrorista se enteran en mayo de ese año que el archiduque Francisco-Fernando debe viajar a Bosnia para supervisar las maniobras militares, una elección rápida se hace para designar a los terroristas que participarán en el acto magnicida. Entre las condiciones a cumplir, el "candidato" al magnicidio debe ser nacido en Bosnia, que tenga menos de veinte años de edad - lo que le evitaría ser condenado a muerte si era atrapado después del atentado- y estar dispuesto a sacrificar su vida por el ideal de la gran Serbia. Los tres jóvenes serbios elegidos serán: Subrilovič, Grabege y Gavrilo Princip; a este último, con tuberculosis, se le consideraba que no viviría mucho tiempo más. Los tres habían sido fanatizados por la "Gran Serbia" y eran miembros de la asociación "Joven Bosnia" controlada por la "Mano negra". El jefe de la "Mano negra", ApisDimitrijević, dirige todas las operaciones junto al embajador ruso en Belgrado, Harvig, quien hace traer desde San Petersburgo tres cápsulas de cianuro para ser utilizadas por los terroristas si llegan a caer prisioneros. Estos van a Belgrado para recibir todas las instrucciones y las armas que utilizarán en el crimen. Antes de regresar a Sarajevo el 2 de Junio de 1914, con las cápsulas de cianuro, son recibidos por Alejandro Karageorgevich, quien ya a tomado el poder gracias a la "Mano negra" que le ha facilitado el camino neutralizando al viejo Pedro I desde 1911.



Esperando la llegada de Francisco-Fernando, los terroristas se alojan en un hotel de Sarajevo, cuyo propietario es el tío del embajador serbio Spalajković en San Petersburgo. El 28 de Junio de 1914, día de San Guido (Vidov Dan), aniversario del desastre de Kosovo en 1389, el principe heredero de AustriaHungría, el archiduque Francisco-Fernando acompanado de su esposa la duquesa Sofia de Hoheberg, es recibido por la ciudad de Saraj evo a donde llega en visita de inspección por las maniobras que está realizando su ejército. Ese día, domingo en la mañana, hacia las diez horas, en la ciudad en donde la visita había sido mal preparada y con un servicio de seguridad muy débil, ocho jóvenes serbios, repartidos en dos grupos, esperaban la pasada de la comitiva real y el archiduque, que debían dirigirse al edificio del Ayuntamiento de la ciudad. Avanzando por la avenida de la Miljačka (miliachka), el cortejo - dos vehículos descapotados y dos de escolta - pasa ante el primer grupo: Gavrilović lanza una bomba sobre el automóvil de Francisco-Fernando, falla, pero hiere gravemente a un oficial austríaco del segundo vehículo. El cortejo acelera hacia el Ayuntamiento en donde Francisco-Fernando, furioso, le grita al alcalde:

MI ABUELO: Testimonio de Guerra 1/2

MI ABUELO: Testimonio de Guerra 2/2

El movimiento obrero

1 guerra mundial

(2/6) PRIMERA GUERRA MUNDIAL Frente Occidental (El Siglo de la Guerras)

Fotos Primera Guerra Mundial

1ª e 2ª Guerra Mundial

Apresentação da Bomba Nuclear

primera guerra mundial

Los Rostros de la Guerra

video de la primera guerra mundial

LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL(1914-1918)

Fotos Primera Guerra Mundial

martes, 21 de diciembre de 2010

ATENTADO DE ALFONSO XIII

El 31 de mayo de 1906, murieron en Madrid 28 personas en la calle Mayor por la bomba que lanzó un anarquista contra la carroza de Alfonso XIII . Este atentado contra Alfonso XIII tiene el triste honor de ser el , por el número de muertos, el tercer hecho más trágico de la historia de Madrid . Ese día iba a ser una jornada de alegría y fiesta, ya que en la iglesia de los Jerónimos se iba a celebrar la boda del rey con la princesa Victoria Eugenia de Battemberg. Madrid estaba engalanada para la ocasión y los madrileños se echaron a las calles para ver a la joven pareja.




EL TERRORISTA : MATEO MORRAL

(Sabadell, 1880 - Torrejón de Ardoz, 1906) fue un anarquista catalán. Nació en el seno de una familia rica de Sabadell , con buen nivel de conocimiento, hablaba tres idiomas , viajó a toda Europa y en uno de sus viajes a Alemania se hizo anarquista. A la vuelta del viaje, rompió con su padre le pidio la legítima (unos 30.000 € de 2007 ) y decidió abandonar el negocio textil familiar, comenzando a trabajar con el anarquista Francisco Ferrer Guardia como bibliotecario, período durante el que sería autor de algunos breves textos, como "Pensamientos Revolucionarios de Nicolás Estévanez". Ferrer Guardia, un masón libertario y anticlerical que había fundado en la Ciudad Condal la "Escuela Moderna", centro de enseñanza racionalista y anarquista donde Morral encontró empleo, aunque este centro de neseñanza fue un auténtico forjador de anarquistas, Pedro Mateo Morral, ya era entonces un anarquista de convicción, quería matar a Alfonso XIII el día de su boda....
Tenía 26 años cuando se suicidó, después de matar al guarda rural que lo había detenido.

EL ATENTADO







En mayo de 1906, Mateo Morral viajó a Madrid para preparar el atentado contra el Rey. La bomba , tipo Orsini como la del atentado del Liceo, de fabricación casera estaba oculta en un ramo de flores que arrojó desde el balcón de la pensión en la que se hospedaba , tercer piso del número 88 de la calle Mayor . Lanzada contra la carroza real al paso de la comitiva, estalló entre la multitud que estaba observando la comitiva. Los reyes salieron ilesos, pero 28 personas murieron y más de 100 fueron heridas . Después del 11M , marzo 2004, y del accidente aéreo de la T4 de Barajas el 20 de agosto de 2008 , es el tercer hecho más relevante por el número de muertos y heridos en la Capi.











Una vez finalizado el acto religioso en la iglesia de San Jerónimo, la larga comitiva emprenden su lento camino hacia Palacio; el intervalo de paso del cortejo supera la hora y media. Son las dos y veinte de la tarde cuando la carroza que transporta a la pareja pasa bajo el balcón donde Morral, permanece expectante. Pasa completamente desapercibido, es uno más entre los miles de españoles que aplauden con entusiasmo el paso de la comitiva. La bella Reina de España saluda sonriente a la multitud tenía fama de ser "la Princesa más bella de Europa". El coche real se detiene unos instantes justo en el portal del número 88 de la calle Mayor. Es la ocasión que esperaba Mateo Morral quien, decidido, lanza a la calle un espléndido ramo entre cuyas pálidas rosas ha ocultado la bomba Orsini, la bomba cae cerca de la carroza de los novios....y la escena es indescriptible, el gentío , antes feliz, huye despavorido presa del pánico. La confusión es enorme y Mateo Morral sale del portal y se pierde entre la muchedumbre, con la ayuda de José Naskens, director de "El Motín", un periódico que se caracteriza por sus furibundos ataques a la monarquía y la iglesia, se traslada a Torrejón de Ardoz desde donde tiene organizado su regreso en tren a Barcelona ; pero el 2 de junio fue reconocido por varias personas en un ventorrillo, cercano a Torrejón de Ardoz, donde se detuvo para comer. Estas personas avisaron a un guarda jurado particular de campo, Fructuoso Vega, que le conminó a seguirle. Se entregó pacíficamente, pero cuando era conducido por el guarda al cuartelillo de Torrejón de Ardoz, Morral le mató de un tiro y se suicidó a continuación de un disparo en el pecho.

Mateo Morral había evitado que el garrote vil o en el paredón hubieran acabado con su vida, que ése será el final de su maestro y amigo Ferrer Guardia, cuando sea fusilado, el 13 de octubre de 1909, por su implicación en los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona.

En el posterior juicio José Nakens, Francisco Ferrer Guardia y otros anarquistas fueron condenados por conspiración y un año después fueron también "típicamente" indultados.












En la calle Mayor de Madrid, podemos ver un pequeño monumento que nos recuerda el terrible atentado ocurrido el 31 de mayo de 1906. Cuando lo que iba a ser una jornada de alegría y celebración, otra vez el idealismo y la acción directa de un anarquista se llevó en Madrid la vida de 28 inocentes y mandó al hospital a más de 100. Situado delante de la iglesia del Sacramento, fue construido en 1963 por el escultor Coullaut Valera, para sustituir uno anterior que fue derribado durante la Segunda República.
El monumento original que estuvo en la Calle Mayor , situado donde está el actual, es el siguiente:




Mucho más bonito y espectacular que el actual, pero el paso de la segunda república acabó con este monumento a las victimas del atentado anarquista.

Este monumento, realizadó a iniciativa de la duquesa de la Conquista por el escultor Algueró, siguiendo un proyecto del arquitecto Enrique María Repullés y Vargas, estaba formado por tres columnas agrupadas que representaban al pueblo, el ejército y la aristocracia. En las aristas formadas por las intersecciones de las columnas, las tres clases ascendían simbolizadas por guirnaldas de flores hasta los pies de la imagen de la Virgen del Amor Hermoso, que representaba el día en que ocurrió el atentado.

HOMENAJE DE LA 2ª REPUBLICA A MATEO MORRAL


Como curiosidad, resaltar que durante la II República , el ayuntamiento de Madrid tuvo el detalle de dar su nombre a dos calle de Madrid . La primera , cuando la Calle Mayor , escenario del atentado, fue renombrada como Mateo Morral; y también durante el mismo periodo, la actual calle de San Cristóbal, en el distrito Centro, se llamó travesía Mateo Morral.

Boda de Alfonso XIII y atentado


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sábado, 18 de diciembre de 2010

La Lechera , Goya

La lechera de Burdeos de Goya
La lechera de Burdeos de Goya


149,00

I.V.A. incluido

Juan Prim

Juan Prim y Prats (Reus, 16 de diciembre de 1814 - Madrid, 27 de diciembre de 1870), conde de Reus, marqués de Castillejos y vizconde del Bruch, fue un militar y político progresista español del siglo XIX que llegó a ser Presidente del Consejo de Ministros de España.

En su vida militar participó en la Primera Guerra Carlista y en la Guerra de África, donde mostró relevantes dotes de mando, valor y temeridad. Tras la Revolución de 1868 se convirtió en uno de los hombres más influyentes en la España del momento, patrocinando la entronización de la Casa de Saboya en la persona de Amadeo I. Murió asesinado poco después.
Juan Prim

Amadeo I

Amadeo de Saboya nació en Turín el día 30 de mayo de 1845, hijo
del rey de Italia Víctor Manuel II. Tras la Revolución de 1868,
España se declaró como una monarquía constitucional, aunque la
dificultad era la de encontrar el monarca apropiado. Amadeo,
duque de Aosta, aceptó el cargo. Su llegada coincidió con el
asesinato de Juan Prim, su principal valedor. La vida política
española carecía de estabilidad: conspiraciones republicanas y
borbónicas, luchas personales entre los partidos leales, gobiernos
efímeros, levantamientos carlistas (1872), atentados, separatismo
en Cuba. Obligado a firmar la disolución del cuerpo de artilleros,
anunció su abdicación a la Corona española (1873). Su mensaje a
las Cortes (Parlamento) definió a los españoles como
ingobernables. Amadeo volvió a Italia. Respetado, pero poco
querido, había vivido aislado en un país para él incomprensible.

Carlistas-Oriamendi

Primera República Española

La Primera República Española fue el régimen político que hubo en España desde su proclamación por las Cortes, el 11 de febrero de 1873, hasta el 29 de diciembre de 1874, cuando el pronunciamiento del general Martínez Campos dio comienzo a la Restauración borbónica en España.

El primer intento republicano en la Historia de España fue una experiencia corta, caracterizada por la profunda inestabilidad política y social y la violencia. La República fue gobernada por cuatro presidentes distintos hasta que, tan sólo once meses después de su proclamación, se produjo el golpe de Estado del general Pavía y la instauración de una república unitaria dominada por el Duque de la Torre.

El período estuvo marcado por tres guerras civiles simultáneas: la Tercera Guerra Carlista, la sublevación cantonal en la península Ibérica y la Guerra de los Diez Años en Cuba. Los problemas más graves para la consolidación del régimen fueron la falta de verdaderos republicanos, la división de éstos entre federalistas y unitarios y la falta de apoyo popular.

El 29 de diciembre de 1874, el general Martínez Campos se pronunció en Sagunto a favor de la restauración en el trono de la monarquía borbónica en la persona de don Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II. El gobierno de Sagasta no se opuso a este pronunciamiento, permitiendo la restauración de la monarquía. El triunfo de la restauración borbónica se logró gracias al trabajo previo de Antonio Cánovas del Castillo, que sin embargo era contrario al pronunciamiento militar.

Hasta 1931, los republicanos españoles celebraban el 11 de febrero, aniversario de la Primera República. Posteriormente, la conmemoración se trasladó al 14 de abril, aniversario de la proclamación de la Segunda República, que además, entre 1932 y 1938 fue fiesta nacional.


La Flaca (revista)

La Flaca : revista liberal y anticarlista o simplemente La Flaca, fue una revista española de carácter principalmente satírico, de una tendencia política republicana y federal, publicada en Barcelona entre el 27 de marzo de 1869 y el 3 de marzo de 1876, coincidiendo con el Sexenio Democrático, momento en que la libertad de prensa permitió este tipo de publicaciones. El semanario gráfico, de unas cuatro páginas, era en castellano, de tirada nacional e incluso con venta a Ultramar, Francia o Italia. Sufrió diversas suspensiones y, para poder evitar la censura, fue publicada bajo distintos encabezados: La Carcajada, La Risotada, La Risa, La Madeja política, El Lío y La Madeja.

Análisis y revistas coetáneas

El título La Flaca ironiza con la situación del pueblo español, ya que con la escúalida matrona con escudo y corona de laureles, acompañada de un león tan raquitico como ella que encabeza la portada, la imagen de la revista revisita con su peculiar pespectiva la alegoría impuesta en el siglo XIX de la pareja formada por matrona y león, símbolos respectivamente de la alianza entre la monarquía y el pueblo, dando a entender gráficamente que ésta se había quedado reducida a los huesos, es decir en su mínima expresión.

Posiblemente se trata de una réplica de la publicación también satírica La Gorda, publicada en Madrid, que a pesar de subtitularse liberal era de un carácter bastante antiliberal o si se prefiere de un estilo más conservador, que surgió para competir con esta; o sus réplicas más futuras como La Mosca (1881-83), El Motín (1881-1926) o el semanario gráfico barcelones El Loro (1879-85) este último con el que compartía colaboraciones de igual manera de litografías en color del mismo Tomás Padró. Publicó como Gil Blas caricaturas a doble página, pero usando lo que la calificaría de revolucionaria: el color. Comparte también amplias similitudes con la histórica revista inglesa Punch, de la misma época, en particular por sus caricaturas satíricas, aunque La Flaca estaba más centrada en las de tipo político que en la crítica social en las que se centraba Punch.


Prim, Serrano y Topete subastan los atributos del trono español, publicado en La Flaca, abril de 1869. Posterior a La Gloriosa o Revolución de 1868.

Está considerada por diversos historiadores como la publicación más incisiva y crítica de la realidad de su tiempo. Poseía buenos colaboradores; los textos aparecían sin firmar o con pseudónimo, pero lo más destacable es la calidad de sus ilustraciones, realizadas en cuatricromía por Tomás Padró. La revista La Flaca publicó escritos en prosa y en verso, con un cuerpo de texto base grande (en torno a 11 o 12 puntos), y titulines a una columna ligeramente mayores, separados por plecas bastante simples una veces y más historiadas en otras ocasiones. La calidad de su papel fue sobresaliente para la época. Se impone por la vistosidad de sus representaciones gráficas que ocupan cada vez más espacio, saltando éstas de la cuarta página a las ya mencionadas dos páginas centrales con gran lujo de colores y formas. Las caricaturas marcaron época, fijando el estilo y el tipo de caricaturismo político español del siglo XIX.

Historia

En los primeros años La Flaca realizó una férrea oposición al General Prim, hasta que con el número 100, se suspende la publicación en el verano de 1871. Comenzando a realizarse, en base a la primera suspensión, sus cambios de nombre (La Carcajada, La Risotada, La Risa), recuperando después su título primitivo de La Flaca. A partir de 1872, al iniciarse la 3a guerra carlista, continuando publicándose bajo diversos títulos (La Madeja política, El Lío, La Madeja), se mostró claramente anticarlista, hasta el punto que aquella se convirtió en el único motivo de su existencia; dejó de publicarse al acabar la guerra, con el número La Paz ¡bienvenida seas!.

Los primeros números de esta revista se pueden ver en la colección digital de la Biblioteca Nacional de Madrid (www.bne.es). La biblioteca de Ciencias de la Comunicación de la UAB tiene una colección completa.


File:Caricatura editada en la revista La Flaca en 1869. El clero visto como cómplice del carlismo.JPG




Caricatura del carlismo



Los borbones son expulsados de España

Benito Pérez Galdós

Benito María de los Dolores Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843 - Madrid, 4 de enero de 1920), conocido como Benito Pérez Galdós, fue un novelista, dramaturgo y cronista español. Se trata del mayor representante de la novela realista del siglo XIX en España, y uno de los más importantes escritores en lengua española.
Las primeras obras

Retrato de Benito Pérez Galdós por Joaquín SorollaEn 1870 publicó su primera novela, La Fontana de Oro, escrita entre 1867 y 1868, en parte durante uno de sus viajes a Francia, gracias al dinero de su tía. En realidad, en esa época la publicación de un libro se hacía gracias a la ayuda de los periódicos y de las revistas o corría a cuenta del autor. Esta obra, con los defectos de toda obra primeriza, bosqueja la situación ideológica de España durante el Trienio Constitucional (1820–1823).

La Sombra fue publicada en noviembre de 1870, por entregas, en La Revista de España. A pesar de que fue editada posteriormente a la La fontana de oro, los críticos ponen de relieve la posibilidad de que fuera redactada uno o dos años antes.

Los Episodios nacionales
En 1873 comenzó a publicar los Episodios nacionales (el título se lo sugirió su amigo José Luis Albareda), un intento de entender la memoria histórica reciente de los españoles, y donde se refleja la vida íntima de éstos en el siglo XIX, así como su contacto con los hechos de la historia nacional que marcaron el destino colectivo del país. Se trata de 46 episodios en cinco series de diez novelas cada una, salvo la última, que quedó inconclusa. Arrancan con la batalla de Trafalgar y concluyen con la Restauración borbónica en España.

La primera serie (1873–1875) trata de la Guerra de la Independencia (1808–1814) y tiene por protagonista a Gabriel Araceli, «que se dio a conocer como pillete de playa y terminó su existencia histórica como caballeroso y valiente oficial del ejército español» (Memorias de un desmemoriado, p. 202).

La segunda serie (1875–1879) trata de las luchas entre absolutistas y liberales hasta la muerte de Fernando VII en 1833. Su protagonista es el liberal Salvador Monsalud, que encarna, en gran parte, las ideas de Galdós y en quien «prevalece sobre lo heroico lo político, signo característico de aquellos turbados tiempos» (id.).

Tras un paréntesis de veinte años vuelve a escribir la tercera serie (1898–1900), tras recuperar los derechos sobre sus obras que detentaba su editor, con el que había pleiteado interminablemente. Esta serie cubre la Primera Guerra Carlista.

La cuarta serie (1902–1907) se desarrolla entre la Revolución de 1848 y la caída de Isabel II en 1868. La quinta (1907–1912), incompleta, acaba con la Restauración de Alfonso XII.

Este conjunto novelístico constituye una de las obras más importantes de la literatura española de todos los tiempos y ejerció un influjo considerable en la trayectoria de la novela histórica española. El punto de vista adoptado es vario y multiforme, y se inicia con la perspectiva de un joven chico que se ve envuelto en los hechos más importantes de su época mientras lucha por su amada. La evolución ideológica de Galdós es perceptible desde el aliento épico de la primera serie hasta el amargo escepticismo final, pasando por la radicalización política y agresividad socialista-anarquista de las series tercera y cuarta.
Madurez
En 1876 se publicó Doña Perfecta, una novela contra la intolerancia ideológica asentada en una imaginaria ciudad mesetaria, Orbajosa, semejante a la Ficóbriga de Gloria, su siguiente novela (1877). Pese a las oposiciones que suscitó la obra entre los neos, o neocatólicos, Galdós fue elegido miembro de la Real Academia Española en 1889.

Podría decirse que la sociedad llega a un punto de su camino en que se ve rodeada de ingentes rocas que le cierran el paso. Diversas grietas se abren en la dura y pavorosa peña, indicándonos senderos o salidas que tal vez nos conduzcan a regiones despejadas(...). Contábamos, sin duda, los incansables viajeros con que una voz sobrenatural nos dijera desde lo alto: por aquí se va, y nada más que por aquí. Pero la voz sobrenatural no hiere aún nuestros oídos y los más sabios de entre nosotros se enredan en interminables controversias sobre cuál pueda o deba ser la hendidura o pasadizo por el cual podremos salir de este hoyo pantanoso en que nos revolvemos y asfixiamos. Algunos, que intrépidos se lanzan por tal o cual angostura, vuelven con las manos en la cabeza, diciendo que no han visto más que tinieblas y enmarañadas zarzas que estorban el paso; otros quieren abrirlo a pico, con paciente labor, o quebrantar la piedra con la acción física de substancias destructoras; y todos, en fin, nos lamentamos, con discorde vocerío, de haber venido a parar a este recodo, del cual no vemos manera de salir, aunque la habrá seguramente, porque allí hemos de quedarnos hasta el fin de los siglos

Fragmento del discurso leído por Pérez Galdós ante la Real Academia Española
Galdós asistía con regularidad al viejo Ateneo de la Calle de la Montera y trabó amistad con personajes de ideología nada afín a la suya, pues era hombre poco inclinado a fanatismos ideológicos. Así, se hizo un gran amigo de José María de Pereda, de Antonio Cánovas del Castillo, de Francisco Silvela y de Marcelino Menéndez Pelayo. También frecuentaba las tertulias del Café inglés, de la Iberia y del viejo Café de Levante. Hizo viajes por Francia, Inglaterra e Italia varias veces, pero por su amistad con Pereda se aficionó a Santander (Cantabria), ciudad a la que estuvo estrechamente vinculado y donde tomó la costumbre de veranear en El Sardinero junto a Pereda y Menéndez Pelayo. Allí se construyó su célebre casa de San Quintín. También gustaba de visitar Toledo, ciudad por la que sentía una gran predilección y a la que hizo escenario de algunas de sus novelas, como Ángel Guerra o Tristana. En 1884 viajó a Portugal en compañía de su amigo Pereda.

Influencias de la amistad le regalaron el acta de diputado por Puerto Rico (1885) y asistió a las cortes en la legislatura del año siguiente sin apenas despegar los labios: el Congreso fue para él un nuevo observatorio desde el que analizar «la sociedad española como materia novelable», que sería el título de su futuro discurso de ingreso en la Real Academia. De 1886 a 1890 se comprometió poco activamente en política, ya que era diputado por el partido de Sagasta.

El 15 de marzo de 1891 la gran actriz María Guerrero estrenó Realidad, con el papel de Augusta. Esa noche la recordó Galdós como «solemne, inolvidable para mí» en sus Memorias. El buen éxito de la obra y la insistencia de Mario y María Guerrero le movieron a estrenar al año siguiente La loca de la casa, pero hubo que reducirla porque era muy extensa, y cambiar el final, entre otras modificaciones en las cuales se contó con la ayuda de José Echegaray, que asistió a los ensayos. Siguió La de San Quintín, estrenada el 25 de enero de 1893 y el éxito más resonante que hasta entonces obtuvo Galdós en el teatro, durando en cartel cincuenta noches.

Un laudo arbitral de 1897 independizó a Galdós de su primer editor, Miguel Honorio de la Cámara, y se dividió todo en dos partes, de lo que resultó que Galdós, en veinte años de gestión conjunta, había recibido unas 80.000 pesetas más de lo que le correspondía. Después se averiguó que De la Cámara no había sido del todo legal respecto al número y fecha de las ediciones de sus obras, de suerte que a Galdós le quedó en suma un déficit de 100.000 pesetas en ese trato. Sin embargo, quedó en su propiedad el cincuenta por ciento del fondo de sus libros que quedaba en espera de venta, 60.000 ejemplares en total. Para librarse de ellos abrió el escritor una casa editorial con el nombre de "Obras de Pérez Galdós" en la calle Hortaleza (número 132 bajo, hoy 104). Ansioso por recuperar el terreno perdido, comenzó a anunciar sus ediciones de Doña Perfecta y El abuelo. Continuó esta actividad editorial hasta 1904, año en que, cansado, firmó un contrato de edición con la Editorial Hernando.

Vida sentimental
La vida sentimental de Galdós no ha sido muy estudiada, en parte por la discreción que le envolvió en tales asuntos y de la que hizo gala incluso en sus estudiadamente anodinas Memorias de un desmemoriado, que parecen escritas casi para desalentar empeños biográficos ulteriores, en forma más bien de diario de viajes. El caso es que permaneció soltero, si bien fue asiduo cliente de amores mercenarios y tuvo una hija natural en 1891 de una madre que se suicidó posteriormente, Lorenza Cobián. También se conoce bien su relación con la actriz Concha Morell y con la novelista Emilia Pardo Bazán.

Últimos años
Durante sus últimos años se consagró fundamentalmente al teatro, para el que entregó 22 piezas, sin contar multitud de obras de juventud que (a excepción de la llamada Un joven de provecho) hoy se han perdido, ni Antón Caballero, que no llegó a terminar. Algunas de ellas eran adaptaciones de sus novelas, cuya evolución le iba reclamando además la forma dialogada. En esta época empieza a aparecer el espiritualismo europeo en su obra, cuando Galdós empieza además a sentir un gran interés por la obra de León Tolstói. También en la última parte de su vida padeció las consecuencias de sus descuidos económicos y su tendencia a endeudarse de forma continua. Según el testimonio de Ramón Pérez de Ayala:

En una ocasión don Gabino Pérez, su editor, le quiso comprar en firme sus derechos literarios de las dos primeras series de los Episodios nacionales por quinientas mil pesetas, una fortuna entonces. Don Benito replicó: «Don Gabino, ¿vendería usted un hijo?». Y, sin embargo, don Benito no sólo no disponía jamás de un cuarto, sino que había contraído deudas enormes. Las flaquezas con el pecado del amor son pesadas gabelas. Pero éste no era el único agujero por donde el diablo le llevaba los caudales, sino, además, su dadivosidad irrefrenable, de que luego hablaré. En sus apuros perennes acudía, como tantas otras víctimas, al usurero. Era cliente y vaca lechera de todos los usureros y usureras matritenses, a quienes, como se supone, había estudiado y cabalmente conocía en la propia salsa y medio típico, con todas sus tretas y sórdida voracidad. ¡Qué admirable cáncer social para un novelista! (Léase su Fortunata y Jacinta y la serie de los Torquemadas). Cuando uno de los untuosos y quejumbrosos prestamistas le presentaba a la firma uno de los recibos diabólicos en que una entrega en mano de cinco mil pesetas se convierte, por arte de encantamiento, con carácter de documento ejecutivo o pagaré al plazo de un año, en una deuda imaginaria de cincuenta mil pesetas, don Benito tapaba con la mano izquierda el texto, sin querer leerlo, y firmaba resignadamente. Los intereses de la deuda ficticia así contraídos le llevaban casi todo lo que don Benito debía recibir por liquidaciones mensuales de la venta de sus libros. Muy pocos años antes de la muerte de don Benito, un periodista averiguó por esto su precaria situación económica y la hizo pública, con que se suscitó un movimiento general de vergüenza, simpatía y piedad(...). A principios de mes acudían a casa de don Benito, o bien le acechaban en las acostumbradas calles, atajándole al paso, copiosa y pintoresca colección de pobres gentes, dejadas de la mano de Dios; pertenecían a ambos sexos y las más diversas edades, muchos de ellos de semblante y guisa asaz sospechosos; todos, de vida calamitosa, ya en lo físico, ya en lo moral, personajes cuyas cuitas no dejaba de escuchar evangélicamente(...). Don Benito se llevaba sin cesar la mano izquierda al bolsillo interno de la chaqueta, sacaba esos papelitos mágicos denominados billetes de banco, que para él no tenían valor ninguno sino para ese único fin, y los iba aventando.

Ramón Pérez de Ayala, «Más sobre Galdós», en Divagaciones literarias, Madrid: Biblioteca Nueva, 1958, pp. 162–163.
Para conocer bien España se dedicó a recorrerla en coches de ferrocarril de tercera clase, codeándose con los míseros y hospedándose en posadas y hostales de mala muerte.

Se levantaba con el sol y escribía regularmente hasta las diez de la mañana a lápiz, porque la pluma le hacía perder el tiempo. Después salía a pasear por Madrid a espiar conversaciones ajenas (de ahí la enorme frescura y variedad de sus diálogos) y a observar detalles para sus novelas. No bebía, pero fumaba sin cesar cigarros de hoja. A primera tarde leía en español, inglés o francés; prefería los clásicos ingleses, castellanos y griegos, en particular Shakespeare, Dickens, Cervantes, Lope de Vega y Eurípides, a los que se conocía al dedillo. En su madurez empezó a frecuentar a León Tolstói. Después volvía a sus paseatas como no hubiera un concierto, pues adoraba la música y durante mucho tiempo hizo crítica musical. Se acostaba con las gallinas y casi nunca iba al teatro. Cada trimestre acuñaba un volumen de trescientas páginas.

Ingresó en la Real Academia Española en 1889, contestándole Menéndez Pelayo. A los pocos días le correspondió a él contestar al discurso de su gran amigo José María de Pereda. En 1890 y 1891 fue reelegido diputado por Puerto Rico. Habiéndose unido a las fuerzas políticas republicanas, Madrid lo eligió representante en las Cortes de 1907. En 1909 fue jefe, junto a Pablo Iglesias, de la coalición republicano-socialista, pero él, que «no se sentía político», se apartó enseguida de las luchas «por el acta y la farsa» y se dedicó de nuevo a la novela y al teatro.

En 1919 se realizó una escultura suya, reconociendo su éxito en vida. A pesar de su ceguera, pidió ser alzado para palpar la obra y lloró emocionado al comprobar la fidelidad de la escultura. Cargado de laureles, el indiscutido gran novelista español del siglo XIX murió en su casa de la calle Hilarión Eslava de Madrid el 4 de enero de 1920. El día de su entierro, unos 20.000 madrileños acompañaron su ataúd hacia el cementerio de la Almudena (zona antigua, cuartel 2B, manzana 3, letra A).

Obras

Busto de Benito Pérez GaldósDe su muy amplia producción literaria podemos citar las siguientes obras:

En Doña Perfecta se hace el estudio de una ciudad imaginaria, Orbajosa, anclada en una tradición cerril de inmovilismo. Al llegar el ingenuo ingeniero progresista Pepe Rey para casarse con la hija de la mujer que da título al libro, doña Perfecta, comienza una serie de intrigas en que crecientemente se empieza a desacreditar al ingeniero por parte del sector reaccionario y el clero de la ciudad. La obra termina trágicamente.
En Marianela, Galdós construye una sólida narración en torno al pobre personaje huérfano que le da título, deforme y enamorada del joven burgués ciego conocido como Pablo al que sirve de lazarillo y al que la ciencia le hace recobrar la vista, en el ambiente de un pueblo minero. El final de la obra es trágico.
Fortunata y Jacinta, novela realista cuyo eje argumental es el enamoramiento de dos mujeres de diferentes clases sociales de un mismo hombre: Juan Santa Cruz, prototipo del hijo de familia acomodada. Jacinta, mujer de alta condición social, estéril, acaba casándose con Santa Cruz y adoptando al hijo que su marido ha tenido con Fortunata, de baja condición. Uno de los personajes secundarios de esta novela, el usurero Torquemada, protagonizó otras cuatro obras (Torquemada en la hoguera, Torquemada en la cruz, Torquemada en el purgatorio, Torquemada y San Pedro).
Cabría agrupar varias novelas unidas por la problemática religiosa. Si en Doña Perfecta Galdós se muestra anticlerical al modo de entonces y refleja un impactante panorama de la hostilidad provinciana conservadora a un recién venido de ideas modernas, en cambio, en Ángel Guerra y, sobre todo, en Nazarín, se advierte que no hay en él irreligiosidad, sino al contrario, un profundo sentir cristiano, disconforme con los compromisos temporales y sociales de los hombres de la Iglesia.
También hay que destacar Miau, que es la pequeña epopeya del cesante, del funcionario de Hacienda que, dejado en la calle por un cambio ministerial, se alimenta de la esperanza, mientras detrás de él su inconsciente familia trata de mantener las apariencias de la «gente bien». Por otro lado, Misericordia nos sumerge en los estratos más bajos del Madrid de entonces, en contraste con la gente acomodada pero venida a menos. En ella encontramos una espléndida pareja de figuras: el moro ciego Almudena y la criada Benina, que representa la exaltación de la caridad. Otras novelas suyas son Tormento, relato del conflicto entre la imaginación y la realidad, entre la libertad de elegir el propio destino y las resistencias del ambiente a permitirlo, y, finalmente, La desheredada.
Galdós ensayó también el teatro, insistiendo a veces en temas ya tocados en sus novelas, como El abuelo. En su momento algunas de sus composiciones teatrales fueron muy celebradas.
Fórmulas narrativas
Galdós empezó cultivando una novela de tesis en que los personajes aparecían cortados por un patrón maniqueo, que los dividía entre reaccionarios y liberales. Después empezó a interesarse por los aspectos más costumbristas y por facetas más espirituales e intentó describir la burguesía española de su época y buscar sus orígenes en la historia reciente, mediante el uso de la novela histórica. También ensayó otras fórmulas narrativas, como la novela dialogada.
Estilo
Galdós poseía una especial sensibilidad por el lenguaje popular; Baroja decía de él que «sabía hacer hablar» al pueblo. Consciente de esta gran virtud, suele utilizar muy a menudo el diálogo e incluso llega a ensayar novelas absolutamente dialogadas.

Su estilo busca la naturalidad y rehúye cualquier artificio retórico a fin de ofrecer, según postulados estéticos realistas, la visión más directa posible de lo que pretende expresar. Cuando narra su estilo es transparente, académico, pero siempre castizo; se trasluce sin embargo el humor y la ironía. En los diálogos, el lenguaje se impregna frecuentemente de términos corrientes e incluso vulgares y en alguna ocasión el narrador canario, víctima de ese frenesí costumbrista, llega a mostrar un poco ridículos e infantiles a los personajes que describe. Es frecuente en él un humor piadosamente irónico de sesgo cervantino (Galdós fue un gran lector del Quijote).

Galdós fue uno de los más firmes candidatos al Premio Nobel de Literatura de 1912, pero una campaña por parte de sus enemigos políticos disuadió a la Academia Sueca de galardonarlo. Trazos de esto se ven en los Episodios nacionales escritos desde entonces, que destilan un cierto tono anticlerical.