domingo, 14 de marzo de 2010

El Platano Canario


Importancia económica
La explotación del plátano, en régimen de monocultivo, comenzó a finales del siglo XIX con la instauración de los Puertos Francos y, desde entonces, ha sido uno de los pilares fundamentales de la economía canaria. Fue implantada por compañías inglesas que controlaban su producción y exportación al continente europeo, principalmente a Inglaterra. Junto con el plátano, los ingleses también desarrollaron el monocultivo del tomate, cuyas primeras plantaciones se establecieron en el sur de las islas de Gran Canaria y Tenerife. La Ley de Puertos Francos de Canarias, promulgada por el ministro Bravo Murillo en 1852, vino a suponer la liberalización de la entrada y salida de mercancías, impulsando desde entonces la economía isleña y constituyendo un importante incentivo fiscal para el comercio con y desde las islas hasta la implantación del Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF) y el mercado único europeo.
Fue a principios de la década de 1880 cuando algunas compañías exportadoras inglesas se establecerían en las islas para comenzar los envíos esporádicos de frutas a los mercados de su país. Se considera que el británico Peter S. Reid, establecido en Tenerife desde 1867 fue el encargado de organizar la primera exportación de plátanos que se llevó a cabo en 1878.
Ya en la década siguiente, Gran Canaria experimentaba un mayor dinamismo en su sector frutero gracias a las iniciativas comerciales de Alfred Lewis Jones, director de la compañía carbonera Grand Canary Coaling Co. Ltd. y hombre de importancia en la naviera Elder Dempster Co. Ltd. que, con el auge de las exportaciones, acabaría por instalarse en el Puerto de La Luz en 1884. Este favorable clima empresarial vino a favorecer la implantación en Las Palmas de Gran Canaria, en 1882, de Fyffes Ltd., la primera gran compañía exportadora británica en establecerse en las islas, que en 1888 comenzaría sus exportaciones de plátanos hacia el puerto de Londres mediante una línea regular de vapores.
En la isla de Tenerife, las incipientes actividades comerciales de Henry Wolfson también contribuyeron decisivamente a la expansión del negocio frutero. Tras su asociación con Wolfson, Fyffes extendió sus actividades a Tenerife, llegando a ser una de las principales compañías productoras y exportadoras de la isla.

Problemática actual
En la actualidad el comercio del plátano está pasando una dura etapa de competencia comercial, desconocida hasta ahora, debida a la liberalización del mercado europeo, en donde se hallan sus principales clientes. Hoy existen seis organizaciones de productores de plátanos de Canarias agrupadas en ASPROCAN (Asociación de Productores de Plátanos de Canarias). Estas entidades son: Grupo Regional de Cooperativas Plataneras (COPLACA) (la mayor organización de productores de plátanos de la Unión Europea), Cooperativas unidas de La Palma (CUPALMA), Europlátano, Agricultores de Tenerife, Plataneros de Canarias y Platacan.
Conforme a lo establecido por la Unión Europea, la producción de plátano de Canarias, Madeira, Martinica y los países del Área ACP (África, Caribe y Pacífico), goza de preferencia de comercialización en los mercados de la UE. Esto obliga a los productores del resto del mundo a limitar sus exportaciones a la zona euro para que estás no sobrepasen el 50% del mercado comunitario, gravando la entrada de sus productos, que están sometidas a un complejo sistema de licencias que fomenta que los importadores europeos solo puedan traer a la UE el barato plátano centroamericano, siempre que antes se hayan vendido las correspondientes cuotas de plátano comunitario de los países ACP.
Inconformes con esta situación, las grandes multinacionales estadounidenses (Dole, Chiquita y Del Monte) han declarado ante la UE la denominada Guerra del banano lo que puede llevar al riesgo de que el Plátano de Canarias se vea desplazado en las fruterías españolas por el banano centroamericano (importado por estas multinacionales), mucho más barato.
La entrada en vigor de la OCM del plátano en la UE en 1993, trajo consigo el fin de la reserva del mercado español que desde 1972 favorecía las producciones del Plátano de Canarias. Tras un periodo inicial de desconcierto, el balance que los productores hacen de la OCM del plátano es positivo, dado que, por una parte, el agricultor ha mantenido, e, incluso, mejorado su renta; y que, por otra, el consumidor español se ha decantado por el plátano canario, escogiéndolo por su sabor más dulce.
Evolución y destino de la producción (1995-2005)
Península/UE
Canarias
Otros países
1995
340.968.391
29.485.712
754.409
1996
315.105.964
32.778.211
203.560
1997
372.078.487
33.468.666
452.266
1998
407.773.278
31.016.666
321.283
1999
333.030.642
30.359.803
188.649
2000
366.362.372
33.019.791
47.628
2001
387.532.343
32.856.412
1.764
2002
374.218.429
33.774.021
2003
368.971.815
33.016.662
2004
382.452.984
34.381.919
1.132.962
2005
315.467.992
29.455.202
80.352
En kilogramos. Fuente: Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (ASPROCAN)
En el año 2004, las estadísticas agrarias del Gobierno de Canarias otorgaban al plátano el segundo puesto, tras el cultivo de la la vid y por delante de las papas (patatas), en cuanto a superficie cultivada en todo el Archipiélago con 9.710 hectáreas. Según la misma estadística si atendemos a su evolución desde 1994 se observa un incremento de la superficie dedicada a este cultivo de más de mil hectáreas.
No obstante, en cuanto a producción, el plátano es el primer cultivo de las islas con 417.968 toneladas cosechadas en ese mismo año, siguiéndole el tomate destinado a la la exportación (214.224 Tn) y las papas, de las que se recogieron 111.772 Tn en 2004. El valor de la producción platanera en ese año supuso unos 115,5 millones de euros. Su importancia en la producción agrícola del Archipiélago es tal que un 22,15% de sus cultivos agrícolas están vinculados al plátano, siguiéndole los dedicados al tomate de exportación que representa un 16% del total. Tras ellos, también tienen importancia en las islas los cultivos de la papa, las flores y plantas ornamentales y la vid.
Más del 90% de los plátanos que se produjeron en Canarias en el año 2005 fue consumida fuera de las islas y sólo el 8% fue destinado a consumo local. Las islas con mayor volumen de producción en ese año fueron Tenerife, que con cerca de 136 mil toneladas acaparó el 48% de la producción, seguida de La Palma con 118 mil Tn (38%) y Gran Canaria con más de 52 mil Tn de plátanos recogidos (el 17%). Las islas de La Gomera y El Hierro arrojan valores residuales, con 5.600 y 2.500 Tn respectivamente (3%), que completan la estadística, ya que en Lanzarote y Fuerteventura hay poca cosecha.
El plátano da trabajo a más de 35.000 personas de las islas, entre empleos directos e indirectos, en todas las fases de su producción: desde la cosecha y recolección hasta el empaquetado y distribución.
Sin embargo en Canarias, el del plátano es un cultivo que, en comparación con otras épocas, está en franco retroceso y ya no tiene un papel tan protagonista en la economía del Archipiélago como antaño. Ello es debido, en parte, a factores económicos (entre ellos la implantación del mercado único europeo), urbanísticos, sociales y a la rotación por otros cultivos, nuevos o en expansión, con menor necesidad de recursos. Pese a ello aún persisten en las islas grandes fincas de plataneras con sus naves de empaquetado y su correspondiente infraestructura hidráulica, en localidades en las que su cultivo continúa siendo parte fundamental de su economía, tales como La Orotava e Icod de los Vinos en Tenerife; San Andrés y Sauces y Los Llanos de Aridane en La Palma; y Arucas, Telde y la comarca de Guía y Gáldar en Gran Canaria.

Importancia económica
La explotación del plátano, en régimen de monocultivo, comenzó a finales del siglo XIX con la instauración de los Puertos Francos y, desde entonces, ha sido uno de los pilares fundamentales de la economía canaria. Fue implantada por compañías inglesas que controlaban su producción y exportación al continente europeo, principalmente a Inglaterra. Junto con el plátano, los ingleses también desarrollaron el monocultivo del tomate, cuyas primeras plantaciones se establecieron en el sur de las islas de Gran Canaria y Tenerife. La Ley de Puertos Francos de Canarias, promulgada por el ministro Bravo Murillo en 1852, vino a suponer la liberalización de la entrada y salida de mercancías, impulsando desde entonces la economía isleña y constituyendo un importante incentivo fiscal para el comercio con y desde las islas hasta la implantación del Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF) y el mercado único europeo.
Fue a principios de la década de 1880 cuando algunas compañías exportadoras inglesas se establecerían en las islas para comenzar los envíos esporádicos de frutas a los mercados de su país. Se considera que el británico Peter S. Reid, establecido en Tenerife desde 1867 fue el encargado de organizar la primera exportación de plátanos que se llevó a cabo en 1878.
Ya en la década siguiente, Gran Canaria experimentaba un mayor dinamismo en su sector frutero gracias a las iniciativas comerciales de Alfred Lewis Jones, director de la compañía carbonera Grand Canary Coaling Co. Ltd. y hombre de importancia en la naviera Elder Dempster Co. Ltd. que, con el auge de las exportaciones, acabaría por instalarse en el Puerto de La Luz en 1884. Este favorable clima empresarial vino a favorecer la implantación en Las Palmas de Gran Canaria, en 1882, de Fyffes Ltd., la primera gran compañía exportadora británica en establecerse en las islas, que en 1888 comenzaría sus exportaciones de plátanos hacia el puerto de Londres mediante una línea regular de vapores.
En la isla de Tenerife, las incipientes actividades comerciales de Henry Wolfson también contribuyeron decisivamente a la expansión del negocio frutero. Tras su asociación con Wolfson, Fyffes extendió sus actividades a Tenerife, llegando a ser una de las principales compañías productoras y exportadoras de la isla.

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